• Óscar Martínez y Efren Lemus
  • 23 Mayo 2013
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Por: Óscar Martínez y Efren Lemus (El Faro.net)

 

En días pasados, en la ciudad de San Salvador, en la república de El Salvador, se llevó a cabo el Foro Centroamericano de Periodismo 2013 organizado por el periódico digital El Faro (http://www.elfaro.net/). Con el  evento, este medio centroamericano celebró 15 años de haber lanzado su propuesta periodística en línea. Con esta cuarta edición, el Foro se consolida como un espacio de encuentro y reflexión entre periodistas, ciudadanos y especialistas para el análisis de los retos que enfrenta el periodismo en la región y el mundo. Es una convocatoria internacional a la que acuden más de 60 periodistas de 15 países, de distintas generaciones y especialidades, todos con un alto perfil y gran prestigio en la profesión.

El sábado 18, y como cierre de estas jornadas de debate sobre el periodismo en el mundo, participaron dos de los más reconocidos periodistas de Estados Unidos, y lo hicieron con una mecánica muy peculiar:  el corresponsal de guerra de la revista New Yorker, Jon Lee Anderson entrevistó a Seymour Hersh, periodista con 50 años de carrera que ha influenciado la opinión pública estadounidense como investigaciones que marcaron época --en particular, en 1969, cuando Hersh apenas tenía 32 años, al revelar al público la masacre de My Lai, que,  al desenmascarar la brutalidad extrema a la que podían llegar los soldados norteamericanos embarcados en la guerra de Vietnam, provocó un vuelco en la valoración internacional en torno de lo que ocurría en esa nación asiática. “Entonces --dice Sy Hersh-- empezó a morirse el sueño americano.”

Los periodistas de El Faro.net , Óscar Martínez y Efrén Lemus, escriben esta reseña que Mundo Nuestro reproduce con la autorización de sus editores, y lo hace como reconocimiento al esfuerzo que lleva adelante este medio centroamericano para subrayar la importancia del periodismo narrativo para el conocimiento de la historia latinoamericana.

http://www.elfaro.net/es/201305/noticias/12127/

Seymour Hersh, el mítico periodista estadounidense que reveló la masacre de My Lai, en Vietnam, a finales de la década de los sesenta; el mismo que reveló las torturas contra iraquíes en la cárcel de Abu Ghraib, en Iraq, dio una cátedra de periodismo en el cierre del Foro Centroamericano de Periodismo que organizó El Faro, la noche del sábado. Hersh enfatizó en la importancia de la moral, en la importancia de la lectura y en esa necesidad constante de exigir rendición de cuentas al poder. "El papel del periodista", dijo Hersh, "no es ser amigo del poderoso".

 “Fue una inyección de energía, de ganas de seguir”, dijo Ramón Lobo, el mítico periodista español de 58 años que tiene la cobertura de más de cinco guerras en sus espaldas. “No podía dejar de escucharlo”, añadió. Bastaba conversar con algunos de los periodistas que abandonaban la sala, incluso a algunos bastaba con verles la expresión emocionada en el rostro, para saber que lo que le ocurrió a Lobo le ocurrió a muchos. Lo que había ocurrido la noche del pasado sábado 18 de marzo en el salón Ernesto Álvarez, del Museo de Arte de El Salvador ante más de 200 personas, le había tocado la médula a muchos de los reporteros que se reunieron en la ceremonia de cierre del Foro Centroamericano de Periodismo 2013. Y lo que ocurrió fue esto: el célebre reportero estadounidense Jon Lee Anderson, que escribió sobre las guerras en Iraq y Afganistán como pocos lo hicieron, se había sentado a entrevistar al legendario reportero estadounidense Seymour Hersh, que descubrió una de las peores masacres durante la guerra de Vietnam: la masacre de My Lai. Por esos reportes ganó el Pulitzer. Hersh fue esa inyección de energía. Hersh fue esas ganas de seguir.

 

Uno de los más vergonzosos crímenes de guerra realizados por las fuerzas armadas de Estados Unidos fue el asesinato de entre 347 y 504 civiles vietnamitas, muchos de ellos mujeres y niños que fueron torturados y violados por las fuerzas norteamericanas.

En la mañana del 16 de marzo de 1968 más de 100 soldados estadounidenses llegaron por helicóptero al poblado de My Lai en Vietnam y, sin encontrar al enemigo, durante varias horas mataron a 350 civiles, la mayoría mujeres, niños y viejos.

El reportero e historiador Seymour Hersh cuenta que a menos de cuatro kilómetros de My Lai esa misma mañana, otra agrupación de soldados estadounidenses iniciaron un asalto al poblado de My Khe, y de nuevo al no encontrar a las fuerzas enemigas, asesinaron a todas las mujeres, niños y viejos que se encontraron, entre 60 y 155 civiles.

Pronto los soldados empezaron a disparar contra cualquier cosa que se moviera (incluso animales de granja, como cerdos, gallinas, patos y vacas). Las tropas gritaban dentro de las pequeñas chozas para que sus habitantes salieran, y les indicaban con señales de mano que debían salir. Si nadie respondía, tiraban granadas dentro de los refugios y casamatas. Muchos soldados no se molestaron en usar este procedimiento y lanzaron granadas de mano dentro de las chozas, estuvieran o no ocupadas




La noche prometió mucho desde que Anderson dijo las primeras palabras. “Hersh es el periodista que más admiro. Desde que tengo memoria siempre ha tenido el mote de legendario”. Anderson, el autor de libros que marcaron época como La caída de Bagdad o La tumba del león, el más célebre reportero de guerras en África, Medio Oriente y América Latina de la revista periodística más prestigiosa del mundo, The New Yorker, el reportero que “despierta para contar las tempestades de la Tierra”, como lo describió el escritor mexicano Juan Villoro, estaba a punto de entrevistar en público al reportero que él, Jon Lee Anderson, más admira. “Es como si Maradona fuera a entrevistar a… pues al futbolista que más admire”, comparó un joven asistente a la clausura.



Seymour Hersh. Foto Mauro Arias

 

Anderson lanzó una pregunta retórica: ¿Vale la pena el periodismo? “Basta con ver su carrera (la de Hersh). My Lai marcó mi generación. Mostró que éramos capaces (los estadounidenses) de hacer cosas tan atroces como los nazis”, continuó Anderson.

La masacre de My Lai ocurrió durante la guerra de Vietnam en marzo de 1968. Una sección del ejército estadounidense llegó a My Lai, una zona vietnamita donde pensaban que encontrarían combatientes vietcong. Sin razón alguna, el segundo teniente William Laws Calley permitió que sus tropas violaran durante más de cuatro horas a las mujeres y niñas del poblado, y arrinconaran después a toda la población. Los acribillaron a todos, mataron al ganado y quemaron las chozas. Se estima que en My Lai fueron masacradas como mínimo 350 personas.

Dos años después de la masacre, cuando la guerra de Vietnam aún continuaba, el joven reportero Hersh, de 32 años, publicó la historia en el diario St. Louis Post Dispatch: “My Lai 4: informe sobre la masacre y sus secuelas”. Hersh reconstruyó con detalle lo que ocurrió en ese lugar, explicó cómo la masacre empezó con un soldado que siguió las órdenes de su teniente de no dejar a ningún vietnamita vivo en ese lugar, y atravesó con su bayoneta a un aldeano al azar, lo lanzó en un pozo y arrojó una granada. Así se inauguró la masacre.

Si bien solo el teniente Calley fue condenado y apenas pasó tres años de arresto domiciliario gracias a un indulto del presidente Richard Nixon, la historia que publicó Hersh dio la vuelta al mundo y empezó a desmantelar el mito de que un ejército libertario peleaba sin descanso contra unos comunistas asesinos. Para muchos, la historia de Hersh fue la primera piedra de una avalancha de desprestigio que luego caería sobre las actividades estadounidenses en Vietnam, y que terminaría sacando a su ejército de ese país en 1975.

“Ahí comenzó a fragmentarse, incluso a morirse el sueño americano, y no nos recuperamos todavía”, dijo Anderson este sábado en San Salvador mientras Hersh escuchaba atento por sus audífonos la traducción al inglés de las palabras de su colega.


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