• Gilberto Maringoni
  • 27 Junio 2013
".$creditoFoto."
Gilberto Maringoni • Ricardo Antunes • Cristovam Buarque • Henrique Carneiro

 

La revista sinpemiso publica esta semana un dossier sobre Brasil, la nación que el lunes 17 de junio amaneció para la rebelión social en un movimiento de masas que estalló por fuera de toda organización política reconocida. “Las redes sociales”, decimos fácilmente, y con ello cerramos de un carpetazo los complejísimos procesos existentes tras una explosión social de esta magnitud. Ocurrió en Turquía apenas quince días antes: igual, inusitada, una rebelión nacional que parte de la defensa de un parque público. Ocurre hoy en Brasil, con el aumento al pasaje del transporte urbano.

Mundo Nuestro reproduce el arranque de tres textos que nos permiten profundizar en un acontecimiento que demanda análisis y reflexión profundos. México está asomado desde hace tiempo a un abismo cuya hondura no se conoce hasta que te absorbe sin remedio. En buena medida estamos en él y los reconocemos en sus rasgos más evidentes: la pobreza de millones de ciudadanos; la violencia y la incapacidad para frenarla; el desempleo de más de dos millones y medio de personas; la desastrosa calidad de los servicios urbanos, su ausencia;  la catástrofe ambiental por la deforestación extrema, el envenenamiento de las cuencas hidráulicas y el irrefrenable crecimiento urbano; la parálisis económica y el fracaso incontestable del sistema educativo, que deja a uno de cada cuatro  jóvenes  fuera de las escuelas y sin trabajo.

Hace tiempo que estalló México. ¿Cuánto tardarán las masas en confirmarlo?

http://www.sinpermiso.info/


Un rayo iluminó el paisaje social y político brasileño, que había permanecido calmo una década hasta el pasado lunes 17. La velocidad con que se expandió la protesta social, iniciada por jóvenes autoconvocados por las redes sociales bajo el nombre de Movimiento  Pase Libre (MPL) sacudió al gobierno, al conjunto de las clases rectoras y a los medios de comunicación tradicionales, entretenidos con la copa de las Confederaciones de fútbol en curso y encandilados hasta ese día con los próximos fastos de la Copa Mundial de fútbol y de las Olimpíadas. Cientos de miles de manifestantes en las calles de las principales ciudades del país cambiaron la agenda política y social y abrieron nuevos debates.  Más rápido en reflejos que varios de sus intelectuales orgánicos, el gobierno federal y los gobiernos locales dieron marcha atrás con el aumento de las tarifas del  transporte, el detonante de la crisis. La presidenta Dilma reconoció la justicia de la protesta callejera en materia transporte, salud, educación y seguridad.  El gobernador de Río Grande do Sul, Tarso Genro, que siempre fue una referencia de la izquierda del PT, advirtió sobre la importancia de la siempre aplazada reforma política e insistió en la perentoria necesidad de más democracia y transparencia en la gestión. En la misma línea,  Raul Pont (miembro del Consejo Editorial de SinPermiso) aseguró que el MPL  es  un movimiento "saludable, ciudadano,  que ha logrado movilizar con éxito a la población y cuyas victorias benefician a toda la sociedad".  Los obreros metalúrgicos organizados del ABC,  particularmente los de la región Este de San Pablo, se sumaron a las movilizaciones, al mismo tiempo que sus dirigentes se reunían con Lula  para discutir la coyuntura y el futuro de la acción sindical en Brasil. Como ocurre en la naturaleza, en los aluviones políticos también las aguas bajan turbias. Grupos de la ultraderecha aprovechan el río revuelto para ver qué pueden sacar de allí: sin embargo, poner el ojo en ellos  –como hacen os sectores menos inteligentes del oficialismo— es obnubilarse con el dedo que señala a la luna. La derogación del aumento del transporte, un triunfo incontestable del movimiento, estimula nuevas marchas a favor de ulteriores reivindicaciones y exigencias populares: salud, educación, seguridad, violencia policial, infraestructura pública básica, etc. Según la última encuesta de Datafolha, el 65 por ciento de los paulistas que participaron en las protestas dijeron que las mismas traían más beneficios que perjuicios. Ofrecemos aquí cuatro artículos que dan cuenta de las movilizaciones, de sus causas y de las opciones que se le plantean a la izquierda y a los movimientos sociales brasileños. Éstos:

 

1)     Gilberto Maringoni: "Una noche de aquellas"

2)     Ricardo Antunes: "El fin del letargo"

3)     Cristovam Buarque: "Echar cuentas"

4)     Henrique Carneiro: "Protestas"

 

 

 

1) Gilberto Maringoni: Una noche de aquellas

 

São Paulo.– La noche de este lunes (17) tiene todo lo necesario para entrar en la historia.  Tal vez en los próximos días tengamos más claridad de lo que está sucediendo en el país. No es frecuente que las multitudes irrumpan en el centro de la escena política con exuberancia y bronca.  No se ha visto nada parecido desde las marchas por las Directas Ya, en 1984.

 

Pero si la campaña que culminó en abril de aquel año conoció un crecimiento iniciado seis meses antes, con una pequeña protesta en la Plaza Charles Miller de san Pablo, la protesta actual comenzó hace menos de dos semanas.

 

Explosión popular

 

Hasta el martes 11, las movilizaciones reunían a pocos miles de jóvenes en Sao Paulo, Río de Janeiro, Belo Horizonte, Curitiba, Salvador, Maceió y Porto Alegre. La consiga era clara: contra el aumento de las tarifas. Los actos fueron castigados violentamente por truculentas acciones de la policía.

 

 Sólo después de la represión paulista del jueves 13, hubo la expectativa de que algo mayor podría suceder. Y este lunes superó todas las expectativas.

 

 Ahora hay un movimiento nacional, todavía sin una dirección clara, que suma repercusiones hasta en las colonias de  brasileños en el extranjero.

 

 El móvil inmediato de la lucha sería el aumento en las tarifas del transporte público en algunas ciudades. Pero no en todas. En Brasilia, por ejemplo, un lugar de formidables movilizaciones no es ese el motivo.

 

 Si analizamos la situación empíricamente, vamos a ver que no hay ningún indicador objetivo que consiga captar el descontento que se manifiesta.

 

Encuestas de opinión y Economía

 

Los sondeos de opinión que evalúan una pérdida de popularidad del gobierno federal, de hacen diez días, no demuestran nada excepcional. Aunque importante, la caída de ocho puntos deja  a la presidenta con niveles de aceptación muy altos.

 

El retroceso en la tasa de empleo no es tan fuerte  hasta el punto de prender una luz amarilla en el gobierno. En el campo de la macroeconomía, hay nubes cargadas en el horizonte, que se traducen en la tendencia a un PIB mediocre al finalizar el año. Pero el consumo sigue en alza y no hay, aparentemente, una percepción generalizada de que estamos al borde de una crisis.

 

 Lo que retrocedió fueron las expectativas. Sin embargo, sería demasiado subjetivismo afirmar que cientos de miles de personas salen a las calles y se enfrentan con las fuerzas de seguridad en virtud de las expectativas sombrías para el mediano plazo.

 


Click HERE is best bookmaker in the world.
Offers Bet365 best odds.
All CMS Templates