• Sergio Mastretta
  • 25 Abril 2013
".$creditoFoto."
Por: Sergio Mastretta

El secretario Huerta y el proyectista Bautista son dos ejemplares rotundos del cuerpo burocrático del poder en Puebla más reciente. Forman parte del grupo que derrotó a Mario Marín, y con él a la estructura cavernaria de la interminable era priista. Pero no dejan de ser parte de la gran corriente que ha gobernado al estado desde Maximino Ávila Camacho. Sin más, desde hace ochenta años.

Bernardo Huerta Couttolenc, egresado de la UDLA, se hizo en las oficinas de Finanzas y sufrió las altas y bajas del “titular”, como le dicen. En la altas, fue Director de Administración de Bienes Muebles e Inmuebles de la Secretaría de Finanzas y Desarrollo Social y Coordinador General de Transportes en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes del Estado de Puebla, en los años del gobernador Melquiades; en las bajas, abrevó en el sector privado, y fue hasta antes de la administración de Moreno Valle, y por cinco años, director general del distribuidor exclusivo de Ford Motor Company para ventas al Gobierno Federal.

A Bautista y a Moreno Valle los veo y concluyo que su producción como figuras del poder no es un asunto de partidos. Aquél es miembro de una familia del poder histórico de Puebla, nada distinta a la del gobernador Moreno Valle, y supongo que se hablan como primos hermanos, como quien ha crecido en las mismas sobremesas hablando de política y poder desde hace cincuenta años. Uno manda, el otro construye.

Los veo y me figuro los ductos largos de la formación de los grupos de poder, sus enlaces y rupturas: Melquiades Morales era tinterillo en los años sesenta, Mario Marín en los ochenta, y los dos escalaron por los escritorios de la Secretaría de Gobernación, con las caravanas y los sí licenciado pronunciados hasta el desvelo, hasta que percibieron que les llegaban de regreso con el espiritual responso del “estamos con usted, licenciado”.

Bautista y Moreno Valle no pasaron por las catacumbas de los tinteros. No estudiaron en la BUAP. En sus diplomas hay marcas extranjeras. No militaron en un comité distrital, ni se preocuparon por urnas rellenadas ni conflictos poselectorales. Tampoco se tardaron una hora en recorrer el pasillo al estrado, saludando a las señoras de la Sierra Negra. También en la política hay clases sociales.

+++++




Bernardo Huerta es afable y expone sin parar en diez minutos lo que quiere el gobierno del estado con la rueda en el CENHCH (ver información aquí, en Mundo Nuestro). Pertenece a la camada de funcionarios que generó el paso de Moreno Valle por la Secretaría de Finanzas, con Melquiades Morales. Lo mandaron como segundo de Paty Leal, Subsecretaria en la SCT de Marco Antonio Rojas. La declaración de la tarde la tiene Bernardo: la dificultad para socializar los proyectos.

Y yo entiendo el contexto de su declaración: la premura con que Moreno V quiere todo. Lo que tarda un año lo quiere en un mes. Y lo que ha vivido: la compra de la rueda en Alemania. Ya se subió en ella. El recorrido en los helicópteros con el propio MV, que descubre al CENHCH. ¡Ahí!

Y el fundamento del proyecto: la promoción turística de la ciudad: no podemos seguir con visitas de un día, ir a Africam, pasar al centro a ver la catedral y a comer cemitas, y después, adiós”. Quieren pasar de 1.4 días a 3 en la ocupación hotelera por visitante.

Y su queja: igual con el teleférico que con la rueda, la incomprensión de la gente. “Cuestionan algo que no conocen”

Y lo que ven como un hecho: que con el INAH ni a la esquina, al menos hasta después de las elecciones.

+++++



Federico Bautista Es el cerebro de todos estos proyectos. Es el proyectista de Moreno Valle.

En la mesa de juntas del secretario Huerta hay dos de ellos: la rueda y el teleférico. Los dos en carpetas elaboradas con toda la técnica de presentación de un arquitecto: vistas, planos, figuraciones… La segunda, la del Teleférico, nunca se ha presentado al público, el gobierno no ha tenido el tino de mostrarla a las asociaciones civiles que impugnaron el proyecto. Federico me muestra una a una las láminas, señala el detalle de las torres, la propuesta visual, la perspectiva de un encristalado que las cubre para que casi se pierdan en el horizonte azul contra la Malinche. Mi pregunta es fría, y no tiene respuesta: ¿por qué nunca se las han mostrado a los ciudadanos?

Trato de entender el esquema de Federico Bautista: los proyectos sólo pueden salir de inversión privada; los constructores poblanos no pueden poner 150 millones de pesos para afianzar un proyecto, mucho menos para invertir en él.

Sus proyectos: son buenos, mucho mejores por ejemplo que lo que los propios alemanes tienen en sus teleféricos: “Mira nuestras estaciones --me dice--, ve los acabados en talavera, compáralas contra los concretos pelones de los teleféricos alemanes”. Y va más allá: “Cuestionan la idea del museo barroco, ni siquiera han entendido que se trata de un museo virtual”

Y afirma igual, “critican lo que no conocen”.

Y de nuevo mis preguntas simples: ¿Y por qué no se lo dan a conocer a los investigadores poblanos? ¿Ya buscaron a la Doctora Galí? ¿A la doctora Maquívar?

Y su sufrimiento: él mismo tiene que corretear los permisos en el Ayuntamiento.

+++++

No le costaron demasiado trabajo, a juzgar por el tiempo mínimo para la autorización de la licencia de construcción. No más que lo que transcurrió entre el 21 de marzo, cuando al gobernador descubrió en vuelo de helicóptero la esquina del CENHCH, y el 12 de abril, cuando la otorgó el Ayuntamiento.




+++++


Click HERE is best bookmaker in the world.
Offers Bet365 best odds.
All CMS Templates