• Gabriela Méndez/Crónica gráfica En búsqueda del quelite perdido
  • 29 Julio 2015



"Este proyecto de rescate y reinvención del patrimonio inmaterial de Cholula se realiza con el apoyo del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes a través del Programa de Fomento y Coinversiones Culturales (2014)".


Domingo, entre 7.30 y 8 am. Observemos no solamente el emblemático cerrito, sino sobre todo lo que a sus pies se yuxtapone. Un “estacionamiento gratuito” sirve de antesala a una milpa. Pero no se ve la milpa porque la tapan los que venden flores a los visitantes del panteón de enfrente (que tampoco se ve).

 

 

Dicen los activistas que “desde la milpa se ve el mundo” (ver Google). Lo cierto es que desde el mundo la milpa se ve poco. Esta de aquí se ve por dos razones: porque tiene atrás el cerrito, y porque hay alumbrado público. De manera que por ahí pasa gente como yo que le toma fotos

 

 

Milpa le dicen hoy a los sembradíos de maíz. El maíz tiene algo en común con el cerrito: por su tamaño resalta fácilmente en el paisaje, y enciende sin dificultad la mecha identitaria. No se puede negar que la milpa es romántica, especialmente a la luz de la mañana y con un poco de color agregado.

 

 

Me detuve a observar las llamadas “malezas mexicanas” que proliferan a los pies de las plantas de maíz. Pude identificar algunas: alaches, tréboles, malvas e incluso quintoniles. Pero “quelite de trigo” (como le dicen en Cholula), ninguno. Le pedí ayuda al señor que cuida el “estacionamiento gratuito” del panteón.

 

 

“¿Me puede usted decir si aquí hay quelites?” El señor respondió que hace unos días había muchos, pero vinieron los dueños y los cortaron, que porque no ayudan a la milpa. Luego el señor amablemente me ayudó a encontrar el quelite perdido, alguno que se le quedó por ahí a los dueños, entre una planta de maíz y su enredadera de frijol silvestre. (“Sí sabe que eso es frijol, o no?”)

 

 

Gracias al señor (que por cierto se llama Liborio, como mi padre) encontré por fin el dichoso “quelite de trigo”. Solo en Cholula le dicen así al Chenopodium berlandieri. En otros lados le dicen “quelite cenizo”

 

 

En su inventario de “malezas mexicanas” la Conabio dice que el Chenopodium berlandieri es una “especie sumamente variable y taxonómicamente complicada” (googlear). También que “se puede confundir fácilmente con Chenopodium album L., una especie de origen europeo, que tiene un hábito muy similar y también se presenta en México ocasionalmente” (ibidem). ¿Y si el “quelite de trigo” cholulteca fuera en realidad una planta importada de Europa, que como muchas otras se ha vuelto silvestre?

 

 

Sí, hay quelites europeos, como el diente de león y la lengua de vaca. No tengo certezas sobre el “quelite de trigo” pero de todas maneras… ¿qué importa de dónde viene? Me importa más a dónde va… Si va a donde la milpa, ¿habrá que componerle un réquiem?

 

 

Don Liborio dijo: “Antes había muchos. Eso comíamos los trabajadores. Crecían con la milpa, pero como ya no hay milpa, tampoco hay quelites. Esto se va acabando.” Lo dijo con resignación. 

 

 

Dejé atrás a Don Liborio y le di la vuelta a la milpa. Me encontré con una de verdad, con todo y su frijol y calabaza. Sí sabe usted lo que es una milpa de verdad, ¿o no? 

 

 

Wow, la calabaza. No puedo creer que no haya más turistas como yo tomando estas mismas fotos.

 

 

Si hay monumentos muertos donde la gente se toma fotos, ¿por qué no hay monumentos vivos también? ¿Por qué no hay un museo vivo de la agricultura?

 

 

Lo que sigue de la milpa es basura y un “estacionamiento gratuito”. Lo que sigue de un “estacionamiento gratuito” es…

 

(Próxima semana: la tortilla española con quentoniles.)

 

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