• Gabriel Hinojosa
  • 29 Noviembre 2012
".$creditoFoto."
Por: Gabriel Hinojosa


   Al día siguiente nos reunimos Pepe, Marco y yo para evaluar la situación, ya que la inscripción costaba dos y media veces lo que costaba el auto y habría que agregar gastos y boletos de avión. Acordamos no darnos por vencidos y nos asignamos tareas: Pepe hablaría con su papá para la inscripción; Marco haría lo propio para obtener otra aportación de su familia y finalmente yo, cuarto de una familia de once, declaré realistamente que ni soñando me daría dinero mi papá, por lo que ofrecí además de mis talentos como navegante, que no me inscribiría en la universidad ese semestre y e iría a la ciudad de México de tiempo completo a pedir patrocinios a las grandes compañías que seguramente tendrían interés. Unos días después Marco nos dio la mala noticia de que su familia le había dado un rotundo no y además le prohibían ir al rally de cualquier forma, nuestro proyecto sufría el primer revés. La situación de Pepe era diferente, estaba bastante deprimido porque el efímero matrimonio con su amor de la preparatoria, acababa de naufragar después de escaso el año de luna de miel, pasado el embrujo en que sospecho las hormonas tuvieron demasiada influencia, la chica seguramente no vio futuro y decidió cortar por lo sano. El padre de Pepe era un acaudalado empresario textil que viendo en el rally una oportunidad de lograr que Pepe olvidara este fracaso, ofreció pagar la enorme cuota de inscripción. Yo hablé con mis padres para explicarles que dejaría la universidad un semestre para dedicarme a conseguir patrocinios y lograr correr el rally, no se mostraron contentos pero tenían poca opción y después de las advertencias del caso entendieron que lo intentaría de todas formas, seguramente pensando que no lo lograríamos. En lugar de Marcos invitamos al equipo a Toño Bárcena, con quien ya corría yo rallies como navegante en su Renault R8 , contó con el entusiasta apoyo de su hermano mayor Paco y con una familia que lo apoyó para aportar su parte del costo. El equipo quedó completo nuevamente.


   Una mentira piadosa para salvar el rally. Resulta que el papá de Pepe me encomendó comprar el giro y enviarlo para pagar la inscripción, después de llenar el formato de inscripción lo metí con el giro bancario en un sobre para enviar a Londres, lo cerré y me dispuse a ponerlo en el correo al día siguiente, en eso me llama Pepe que su padre quiere hablar conmigo, me presento y me dice que ya cambió de opinión sobre apoyarnos -supongo que su esposa y quizás otros padres nuestros lo habrían cuestionado por alentarnos en la peligrosa aventura- me pregunta si ya envié el giro y yo respondo con inusitada frialdad; Si don Pancho, salió ayer. Él contesta, pues si ya se fue, ya ni modo, sigan adelante. Aún me remuerde la conciencia, un poco..  


   Me instalé en la ciudad de México y con directorio en mano pedí citas a las principales compañías de aceites, cigarros, televisoras, amortiguadores  y similares que se me ocurrió podrían patrocinarnos, asistí a muchas entrevistas con los gerentes de mercadotecnia y publicidad, algunos me desearon suerte pero ninguno ofreció apoyar. En ese entonces no se acostumbraba aquí patrocinar al deporte que no fuera el futbol y al rallismo, casi desconocido para el gran público, menos. Seguramente mi juventud y falta de profesionalismo y experiencia para vender también pesó mucho. Fracaso total y los tiempos se agotaron. Hablé con mis compañeros y les dije que no se había logrado nada, tampoco la fabrica VW apoyó en lo mínimo, pero Mario sostuvo su palabra y aportó el dinero para el auto. Ofrecí hablar con mi padre para que me hiciera un préstamo para pagar mi boleto de avión y también ofrecí que invitaran en mi lugar a alguien que pudiera aportar el dinero faltante para salvar el proyecto. Acordamos mantenernos juntos, regresé con mi padre y un poco con el rabo entre las piernas le pedí el apoyo para el boleto, puso cara seria, seguramente atrapado entre su responsabilidad de padre y la pasión compartida del automovilismo con este testarudo hijo suyo, saco la chequera y me entregó el importe diciendo; toma, que Dios te cuide, no sé qué le voy a decir a tu mamá.


   El jet acelera para despegar de la ciudad de México, es la primera vez que me subo a un avión y estoy impresionado, casi atemorizado por la fuerza que me embarra contra el asiento, faltan dos  semanas para el rally y con los pocos recursos que pudimos juntar iniciamos ese sueño. Aterrizamos en Frankfurt, Alemania para dirigirnos al poblado de Wolfsburg donde se encuentra una gran fábrica VW que nos debe entregar el Vocho pedido y pagado desde México. Increíblemente conseguimos un aventón con un par de ejecutivos que iban en esa dirección, les divierte nuestra historia y se detienen en el camino a invitarnos a comer y a darnos de beber el Snaps que ellos usan parecido al tequila, hace frio y aún hay nieve en las orillas del camino. Al siguiente día nos presentamos a recoger el auto, no lo tienen, pero nos informan que lo van a fabricar y que regresemos mañana, ofrecen poner atención especial a la fabricación como forma de apoyo. Al día siguiente efectivamente nos lo entregan y partimos de inmediato a Munich en donde nos espera un taller que lo pondrá los faros, barra antivuelcos, y otras modificaciones simples, después de un par de días de espera en que cada vez más amigos del grupo de nuestro conocido allá, se esforzaban por darnos de comer y llevarnos a lugares, mostraban  simpatía, ya que en Europa los rallies son un deporte con millones de seguidores. Nos entregaron el auto, pagamos la dolorosa cuenta y tomamos carretera rumbo a Inglaterra, con una pequeña desviación para por lo menos conocer París, llegamos con hambre después de manejar toda la noche, cuando finalmente vemos un pequeño restaurant son un poco más de las 10 a.m. intentamos pedir unos huevos y solo recibimos imprecaciones del encargado, nuestro francés es inexistente y ha terminado la hora del desayuno, no comprendemos que pasa, pero se nos acerca un joven universitario de aspecto hipioso y en Ingles nos rescata, le da unos cuantos gritos al encargado que sonaban a mentadas y nos lleva a comprar huevo y pan, vamos a su departamento, cocina y platicamos, nos pregunta si estuvimos en el movimiento del 68 le decimos que apenas salíamos de la prepa pero de todas formas hay química entre universitarios, su casa tiene la foto del che Guevara por todos lados y discos de los Beatles, nos sentimos afortunados de este nuevo amigo y de su generosa reacción ante nuestra aventura. En Europa cada alma que tocamos nos adopta, nos nutre y nos da vino. Pierre nos lleva a conocer mucho de Paris, nos compra dulces en la tienda, nos aloja y nos manda rumbo a Calais, el puerto donde deberemos tomar el Ferry que nos llevará a Dover en Inglaterra.


Click HERE is best bookmaker in the world.
Offers Bet365 best odds.
All CMS Templates