¿Cuándo en la historia de una nación dejan de tener sentido los festejos patrios? O mejor: ¿cuándo lo adquieren plenamente? Y más: ¿cómo se construye un símbolo patrio?
¿Y cuánta historia se está jugando con la detención del Chapo Guzmán? ¿Y cuánta han escrito por sí mismos los rebeldes michoacanos que encabeza el doctor José Mireles?
Guzmán y Mireles, los dos extremos de una insurrección popular gestada a lo largo de los últimos cuarenta años. En medio, forma y fondo que nos explica, el Estado mexicano. Con todo y sus símbolos.
En ello he pensado este lunes 24, de día de la bandera, cuando los Autodefensas festejan el primer aniversario de su levantamiento armado. Y dos días después, el miércoles 26 por la noche, ante las fotografías de la manifestación a favor del capo detenido en Mazatlán.
Manifestación por el primer aniversario. Foto tomada de wn.com.
La manifestación pro-Chapo en Culiacán, el miércoles 26. Foto tomada de Proceso.
Y los mensajes en las pancartas distinguen los dos movimientos, pero no dejan duda de lo que se nos viene:
“Un Tepalcatepec libre y en paz”, dice la gente que acompaña a Mireles. Un deseo.
“No queremos otra guerra, queremos libre al Chapo”, afirman las huestes cívicas de el Chapo. Un ultimátum.
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Dejo de lado, por supuesto, si hubo el lunes algún evento institucional, pero no es difícil imaginar una ceremonia repetida en una monotonía infatigable, con el político de turno, pódium y discurso de por medio, “ante el lábaro patrio”, y por supuesto mil escoltas y mil directores de primarias aquí y allá a todo lo largo de los patios escolares en el territorio nacional.
Desde hace mucho el 24 de febrero es una jornada más que no conmueve ni agita los corazones. La bandera se luce --y se recuerda-- cinco minutos antes de un partido de la selección nacional de futbol.
Pero no ha sido así en la tierra caliente michoacana, un territorio en revolución cruzado por el más histórico de los ríos mexicanos, raíz de todas nuestras revoluciones. Ahora la fecha rememora una historia que ellos han escrito a partir de su insurrección contra el crimen organizado.
Ni en el triángulo dorado, en el corazón de la Sierra Madre Occidental, con más de sesenta mil kilómetros cuadrados para la producción de opio y marihuana en una ubicación geográfica que ha permitido generar la empresa de narcotráfico más importante del mundo. Ante la detención del capo, los capitanes han esperado órdenes, como escribieron en sus twiters unos autoproclamados hijos del Chapo. Y la orden llega en volantes que llaman a una manifestación abierta, a la luz del día, con niños y mujeres al frente. “No a la extradición”. Y el recordatorio: “Aún encerrado soy el dueño de México”.
“El verdadero dueño de México”. Foto tomada de El Universal.
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¿Qué sociedad es la nuestra que generado estos dos extremos que se tocan en la quiebra misma del Estado mexicano?
El Cártel de Sinaloa, la principal empresa mexicana trasnacional, con 500 mil empleos directos, presencia en 17 estados y con subsidiarias en 54 países (contra 33 de CEMEX, 19 de Bimbo, 17 de Maseca, las empresas globales mexicanas junto con PEMEX), mueve mensualmente dos toneladas de cocaína y 10 mil toneladas de marihuana. (Ver Chapo Guzmán, CEO Revista Nexos http://www.nexos.com.mx/?p=19103).
Fotos difundidas por la PGR.
Los autodefensas del doctor José Mireles, cuyo levantamiento armado los llevó a recuperar la Tierra Caliente en un año, controlan hoy más de 19 municipios y han obligado finalmente a su reconocimiento como interlocutor y principal instrumento para la restauración de lo que las autoridades establecidas llaman con franca osadía “estado de derecho”.
Foto tomada del diario Excelsior.
Plano tomado de http://www.24-horas.mx/
Sea lo que sea de nuestra sociedad, hay que empezar por reconocer a los nuevos símbolos patrios.
En Tepalcatepec, la tierra del doctor José Mireles, este día de la bandera adquiere una dimensión que sólo se comprende si se ha vivido en una guerra. Y un año les ha llevado rescatar su patria chica. Y en este 24 así lo han festejado. El símbolo --la fecha que conmemora el levantamiento armado contra el crimen organizado-- ha quedado encarnado en la memoria.
“Flanqueado por sus dos hijas --leo en una crónica publicada por el diario español El País--, que no lo soltaron en ningún momento, el doctor Mireles caminó una media hora a la cabeza de la manifestación entre gritos de apoyo. El desfile era una fiesta, con un nutrido grupo de alumnos de preparatoria a la cabeza tocando tambores y un sinfín de carteles con loas al movimiento. La marcha terminó en la plaza principal, donde se celebró una misa y después, ya caída la noche, un concierto.”
Y la idea bien perfilada de que el movimiento no ha terminado:
"Es hora de ir a Morelia --ha dicho y se ha reintegrado a su revolución el doctor Mireles ese día en su pueblo limpiado de Templarios desde el año pasado--.Para allá vamos. Queremos limpiar todo el Estado. Y quiero que me ayuden a celebrar el segundo aniversario desde Morelia y para todo el Estado.”
Y ha expresado el propósito del festejo:
“Hagamos que este día sea llamado el Día de la Dignidad Michoacana, porque hoy hace un año que vencimos nuestros temores para recuperar la dignidad. Es un orgullo haber completado 12 meses sin pagar piso, sin pagar cuotas, sin violaciones de nuestras niñas y sin extorsiones.”
Y ha recordado que durante más de doce años los ciudadanos de la región de Tierra Caliente estuvieron sojuzgados en fila por los Zetas, La Familia Michoacana y Los Caballeros Templarios. Un infierno de violencia en buena medida identificado con el Estado cuya bandera los cobija, y que terminó con el levantamiento armado del que ahora rememoran su primer aniversario.
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Los símbolos patrios se construyen. Y lo pienso ahora, con la vista puesta hace cien años, con la rebelión en todo el territorio contra quien la historia recoge como “el usurpador Victoriano Huerta”.
¿Contra quién recogerá la historia que ha sido esta rebelión calentana? ¿La Tuta y el Nazario con su absurdo símbolo templario? ¿O es el Estado mexicano y su fracaso expresado en esta explosión brutal de la delincuencia?
Foto tomada de Proceso.
En la fotografía el procurador Murillo Karam, en medio de unos muy altos generales, cuando anuncia la detención del capo sinaoloense, y su declaración que probablemente se estrellará contra la historia:
“Sí es el principio de la resolución (del problema del cártel de Sinaloa). Esto no es más que el principio de lo que tendrá que ser una acción muy completa, muy continuada, muy coordinada, porque ahora sí ya vemos el efecto de la coordinación (…) tiene que darse una acción muy coordinada para llegar hasta el fondo, si no, no es más que repetir o multiplicar organizaciones criminales.”
Ya tendrán su tiempo los historiadores. El Estado con sus funcionarios. El Chapo como su creación más original. El doctor Mireles como como la Patria que se regenera a pesar del Estado que la contiene.
Ahora yo contemplo a este nuevo héroe, con su bigote y su voz tranquila. Y confirmo que estos Mireles --los nuevos villas zapatas-- son los que construyen las naciones.