Por tercer año consecutivo en noviembre en Tetela, en la Sierra Norte de Puebla, marcharon para confirmar su rechazo a la instalación de una explotación minera a cielo abierto. Una vez más ir y venir a La Cañada en lo que se ha convertido en una especie de peregrinación anual. Una larga columna se extiende por la carretera iluminada por cartulinas rojas, verdes, azules con sus palabras sencillas: defender el agua, el bosque, la vida. Como se sabe, el proyecto minero está paralizado por la determinación gubernamental de dar paso a la llamada consulta indígena. Pero tal vez la gente recuerde que los gobiernos en México no tienen palabra, y que no hay nada escrito que confirme que de ninguna manera se retomará la idea de arrasar la montaña para la extracción del mineral de todas las codicias. Por eso la marcha.
Y por tercer año consecutivo, el registro de la movilización que realiza Mariana Mastretta Larracilla. (Mundo Nuestro)