• Sergio Mastretta
  • 30 Enero 2014
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Por: Sergio Mastretta

Dilemas de la acción civil organizada: cómo entablar un diálogo certero con las autoridades en turno; como resistir las naturales cegueras y pasiones de los activistas; cómo impedir que el cansancio y las diferencias de opinión no minen las relaciones entre las personas a las que une un propósito común.

De ninguno de estos aprietos suele salir bien librados los movimientos sociales en México. Lo común es que ganen las discordias y que se imponga la política de desgaste que aplican con tino académico los en eso absolutamente profesionales funcionarios públicos.

En todo esto pienso el mediodía del lunes bajo el sol cansino de la Casa Aguayo.

“Que esperemos --dice Germán Romero, uno de los hombres de Tetela hacia el Futuro que ha convocado esta marcha hasta Casa Aguayo desde el Gallito--, manda decir el secretario del secretario del secretario que nomás que termine una junta nos atiende. ¡Sí, como no, faltaba más!”

Los de Tetela no han marchado solos. Tras ellos han recorrido las calles del centro un grupo no muy numeroso de personas que vienen de los municipios de Cuetzalan, Zacapoaxtla y Tlatlauquitepec, organizados por la versión poblana de la Coordinadora Nacional Plan de Ayala.

Y entre otras cosas me pregunto qué significará este vínculo. No veo a nadie que marche con el nombre de Tiyat Tlali, ni Tozepan ni ningún otro nombre serrano. Y pienso en lo frágiles que pueden ser los movimientos sociales y la presión y el riesgo que corren quienes los encabezan.

Como Germán Romero, hotelero en Tetela, propietario de un monte denso que será arrasado en caso de que algún día se excave el tajo por el que Minera FRISCO extraerá para moler y licuar en agua con cianuro los millones de toneladas de piedra que contienen en miligramos el metal de todas las discordias. Un hotelero serrano, con sus cabañas para el turismo ecológico, “a sus 71 años entrados en 82”, como él mismo se presenta, convertido en líder social experto ya en entrevistas con los medios.

Lo he visto apenas en el Gallito, consternado por la declaración de Michel Chaín Carrillo, encargado del despacho de la Secretaría de Economía (SECOTRADE) en el gobierno de Moreno Valle --“el gobierno impulsará la minería en Puebla” http://tinyurl.com/lv79bhc--, y repetir lo reflexionado mil veces: Tetela no quiere una mina a cielo abierto, ¿por qué el gobierno no lo entiende?

“Estoy muy preocupado --me ha dicho ahí mismo en el Paseo Bravo--, y muy tenso, ¿qué va a pasar? ¿A dónde quiere llevar este conflicto el gobierno? ¿Por qué no se da cuenta de que va a haber un estallido social en la Sierra?”

 

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Hora y media afuera de Casa Aguayo para esperar a quién. Averiguo: un funcionario de apellido Cornejo, al parecer subsecretario. Ya lo vieron hace unos días, y se remitió a pedirles información sobre el conflicto por el proyecto minero en Tetela con el argumento de que “apenas se hicieron cargo del despacho”.

Ninguna sombra frente a la casona. Con dos barras de granaderos se protege sus costados. Cascos, escudos y toletes tan asoleados como los manifestantes. Imagino a los funcionarios adentro, trabajan con el librito: apunten los nombres y pregúntales qué quieren, digan que van a ver, y que esperen.

Y para el expediente, la fotografía del desgaste.

No esperaron. Dejaron su testimonio a los reporteros y en una cadenita altisonante de discursos asoleados. Y se fueron en sus camiones de regreso a sus pueblos serranos, pero para ver salir a otros con rumbo del Distrito Federal para participar en una movilización contra los proyectos industriales mineros e hidroeléctricos --una y otra vez en mantas y consignas denominados “proyectos de muerte”--, el viernes 31 de enero.



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A quién le tocan la puerta en gobierno. La Secretaría de Desarrollo Rural, Sustentabilidad y Ordenamiento Territorial tenía meses esperando que alguien designara a un nuevo funcionario responsable. Desde la salida de Amy Camacho de la Secretaría me queda claro que al gobierno de Moreno Valle el asunto ambiental le tiene sin cuidado. Le cargaron al membrete el tema del desarrollo rural y a otra cosa. Finalmente nombraron a Mario Rincón. A él, en una conversación con Tetela hacia el Futuro cuando era subsecretario de Gobernación, le escuché afirmar su interés profundo en los temas ambientales. Habrá que verlo con el documento Corazón de Agua en mano, terminado con todos sus detalles técnicos y jurídicos, frente al escritorio del gobernador, impulsando proyectos de conservación y declaratorias de áreas naturales protegidas municipales. Peleando por una política ambiental estratégica.

El ocelote

Pero por lo pronto esperamos afuera de la oficina de Gobernación, perfectamente asoleados.

De algo me sirve el celular contra el mutismo en la casona. Busco “secretaría general de gobierno” en el portal puebla.gob.mx: me entero de que tiene un Programa Sectorial de Paz Social y Corresponsabilidad, y --no podían faltar-- “cinco ejes rectores”, Legalidad, Gobernabilidad, Gobernanza participativa, Protección de la Sociedad y Eficiencia Institucional e Innovación. ¿Quién habrá escrito esto? ¿El Secretario Maldonado? Antes estuvo en Educación, así que asumo que él es el autor. Así que gobernanza participativa, si los dejan, estos le llamarían así a sus novias: “Es que no me haces caso, Gobernanza…”

Me pongo muy serio y escribo en mi libreta de reportero “mi batería de preguntas” con todo y crucecitas:

+ ¿Por qué el gobierno abandonó el proyecto de establecimiento de Área Natural Protegida “Corazón de Agua”? ¿Por qué de treinta funcionarios que trabajaban en el área de Sustentabilidad sólo quedan tres?  ¿Por qué no se ha generado un plan de ordenamiento para Tetela? ¿Quién tiene que hacerlo? ¿Por qué desapareció del tema el presidente municipal Uribe? ¿Por qué tiene que ser responsabilidad de la sociedad civil? ¿Por qué no lo desarrollan las instituciones responsables (SEMARNAT, o lo que quedó de Medio Ambiente tras el desmantelamiento de la SSAOT hecho por Moreno Valle)? 

+ ¿De quién es la responsabilidad de asegurar una visión estratégica para el medio ambiente en el estado? ¿Quién mira por una Sierra Norte ecológicamente sustentable? ¿Y qué fue del proyecto de ordenamiento ecológico para 41 municipios de la Sierra? ¿Alguien podría recordarle al gobierno que es su responsabilidad? ¿O vamos a asumir con él que ese es un asunto federal y que por “gobernanza participativa” hay que entender que los reclamos al gobernador no pasen de dos o tres mentadas de mes en mes frente a Casa Aguayo?

 

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¿Y qué sentido tiene estar parados frente a esta casona en la que ya sabemos que no ocurrirá nada? Escucho a Germán Romero responder esto a los reporteros:

“La intención de la movilización es dejarle claro al gobierno que los habitantes de Tetela no cederán un ápice en la defensa de su territorio.”

Y Germán se irá para México a una reunión con Jaime Martínez Veloz, Comisionado para el Diálogo con los Pueblos Indígenas en la Secretaría de Gobernación. Y hacia allá lleva todos los interrogantes que genera la llamada “consulta indígena” que por lo pronto ha condicionado los proyectos industriales minero (por FRISCO en Tetela) e hidroeléctrico (Generación Eléctrica San Antonio).

Y yo me quedo con más interrogantes: ¿qué movimiento social es este que encabeza en la Sierra de Puebla la organización civil Tetela hacia el Futuro? ¿Cómo es que ha sobrevivido dos años sin politizarse? ¿Cómo es que no se ha desgastado? ¿Qué se espera de él? ¿Tiene que suplir a las instituciones en la defensa ambiental? ¿Tiene que suplir al Ayuntamiento? ¿Tienen que convertirse en biólogos especialistas en la elaboración de planes de ordenamiento?

Y luego apunto en mi libreta un hecho: Así es México, un gobierno que no escucha, una sociedad que no discute, todo termina en una atropelladero sin sentido.

 

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“La sierra no se vende, la sierra se defiende”, escucho rumbo a Casa Aguayo el altavoz que se estrella contra la fachada de lo que fuera el palacio de gobierno hasta tiempos de Piña Olaya, aquí en Reforma --faltaba más, Manuel Bartlett se puso oficina en Casa Puebla--. Reconozco a una de las maestras que en Tetela han impulsado la movilización social contra la empresa minera. Va trepada en una camioneta con un sonido muy a la manera de la 28 de Octubre, la más profesional e histórica de las organizaciones sociales que a la fecha enfrentan lo que llaman “las políticas antipopulares de los gobiernos de Puebla”.

La maestra no piensa mucho en política. Tal vez por eso sus apreciaciones son muy certeras: “Nosotros ya hicimos la consulta indígena, ¿por qué no lo entiende el gobierno?” Y sigue con sus consignas: no a la mina, sí a la vida, y su voz rebota contra el adusto paredón del Hospicio.

 

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Erwin Slim viene ha bajado de los camiones que la Coordinadora Nacional Plan de Ayala contrató para traer a la gente de algunos pueblos de Tlatlauquitepec, Zacapoaxtla y Cuetzalan. El domingo lograron reunir a mil quinientas personas en un mitin contra las mineras e hidroeléctricas en esa región. Han formado una nueva organización, la Asamblea de Territorios, una más en esta andanada de grupos que han surgido a partir de la explosión del tema minero-hidroeléctrico en la sierra.

A Erwin su apellido no le ayuda, me dice, y no niega el parentesco con el magnate. Nació en el Distrito Federal hace unos treinta años, calculo, pero ya lleva por lo menos ocho en Cuetzalan. A la altura del zócalo me encuentra, y en los siguientes minutos me hará una relación de acontecimientos en torno a Cuetzalan, la organización Tozepan y el plan de ordenamiento territorial elaborado hace unos años por el CUPREDER de la BUAP --y el severo cuestionamiento que hace del mismo--, los proyectos industriales en los ríos que alimentan Cuetzalan --particularmente la hidroeléctrica Gaya y uno para mí desconocido llamado Cuamono, que al parecer promueve CFE, que ponen en grave riesgo lo que llama “el corredor biotipo del Cuichat”, un reducto de bosque mesófilo que todavía existe en la sierra, y que ya por un buen tiempo estudia un biólogo de la Universidad de las Américas.

Mucha información en una cuadra de conversación. Yo lo escucho con atención, particularmente su litigio con los grupos que han participado en el plan de ordenamiento en Cuetzalan. Y por lo pronto entiendo la ausencia de grupos como Tozepan y Tiyat Tlali en la marcha. Y confirmo una vez más la absoluta habilidad de los grupos de la izquierda en México por declararse la guerra.

Y recuerdo uno de los objetivos que el proyecto de Área Natural Reservada “Corazón de Agua” expone para esas cañadas:

“Proteger una parte importante de áreas redictuales de bosque mesófilo de montaña en la Sierra Norte de Puebla. Conservar el hábitat de al menos 22 familias de helechos entre las que destacan cinco de helechos arborescentes y 4,269 especies de plantas, hongos y animales, tales como: el ocelote (Leopardus pardalis), el puma o león de montaña (Puma concolor), el viejo de monte (Eira barbara), la nutria de río (Lontra longicaudis) el ratón tlacuache (Marmosa mexicana), el ratón de campo (Peromyscus furvus), y el zorrillo de espalda blanca (Conepatus leuconotus).”

Son los animales y las plantas del rio serrano, tropical, agreste, persistente en sus abismos y que todavía los resguarda del mundo humano.

“De los enconos, de las rencillas, de la miopía”, escribo en mi libreta de reportero.

La nutria de río (Lontra longicaudis). Foto de relatosdelanaturaleza.org

 

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Y horas después en la computadora:

Confirmo mi eterna ingenuidad por pensar que es posible impulsar un movimiento social y ambiental inteligente, democrático, que deje de lado enconos y disputas y construya una verdadera acción estratégica desde los pueblos de la sierra.

Y que eso, precisamente, representa Tetela hacia el Futuro.

Palma de todos santos (Ceratozamia mexicana). Foto de CONABIO.



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