• Verónica Mastretta
  • 13 Febrero 2014
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Me robaron de la bolsa mi monedero con todos mis documentos. Tengo la vivencia de que si uno tiene la suerte de darse cuenta del hecho de manera relativamente rápida, lo primero que se debe hacer es reportar las tarjetas de débito o crédito para evitar que estas bandas de delincuentes muy bien organizados hagan compras en tiendas, supermercados o farmacias, en donde tienen contactos que les aceptan los cargos altos sin mayor revisión. Son las mismas tarjetas las que detectan movimientos anómalos y las que suelen poner al usuario en alerta en caso de que esté localizable de manera fácil, mediante celular o en un teléfono de casa. En mi caso me robaron dentro de un restaurante. Están tan bien organizados que cuando aún no sales del local ya están haciendo compras.  Como el primer  mensaje de alerta llegó por mensaje al celular y de un número desconocido, pensé que era un fraude telefónico. Fue hasta la segunda alerta que traté de reportarme al banco y me di cuenta de que ya no estaba la cartera y junto con ella  mi licencia y el IFE.  

Primer paso: negación. Registras la bolsa, buscas hasta por debajo de tu propia lengua, y nada. Segundo paso: reconstrucción mental de los hechos hasta que ubicas el momento en que de manera certera tuviste la cartera en la mano. Tercer paso: recordar qué tarjetas o documentos traías y conseguir  lo más rápido posible los números a los que tienes que llamar. Cuarto paso: alegrarte de que pudiste darte cuenta dentro de las primeras 24 horas en la que los bancos te protegen de los cargos que te pudieran haber hecho. Quinto: alegrarte porque tus tarjetas de débito tenían 90 pesos y setenta pesos en el momento del robo, porque el dinero que sacan de los cajeros si es irrecuperable. Sexto: darle la razón a tu marido que no cree en las tarjetas ni confía en el sistema financiero,  por lo que anda por el mundo casi como indocumentado. El que tiene borregos pierde borregos- dice- y el que tiene tarjetas pierde tarjetas. Si no las tienes, ni te endeudas a lo idiota ni tampoco las pierdes. ¡Punto a su favor en este duelo de discusiones que sostenemos hace años! Debo admitir que es un gran tanto el que se anota.

Séptimo: Caer en la cuenta de que has quedado indocumentado con la pérdida del IFE y de la licencia. Otro punto a favor del señor de la casa, que no cuenta con el IFE actual, por considerar anti constitucional que se exija como documento necesario de identificación, porque además  tiene la tarjeta para votar que se sacó en 1975 y que dice “Credencial permanente para votar”, misma que no le sirve de nada más que para amenazar que algún día se presentará en una casilla a tratar de votar, y que si no le respetan su derecho se irá al amparo. ¡Qué horror! ¡Irte al amparo por una credencial sin fotografía! Después del robo quedé con menos documentos que él. Otro tanto a su favor.  

Octavo: tener que ir al ministerio público a denunciar que perdiste dos documentos en los que apareces identificado con dirección y fotografía, que pueden ser usados de mala manera y que además no te repondrán si no llevas el acta de denuncia. En ese paso me atoré por falta de tiempo y rebelión interna, martes, miércoles, jueves y viernes. Afortunadamente el viernes vi en un camellón de la once sur un anuncio del Consejo de Seguridad Pública y Justicia de puebla en el que decía “¿Te robaron? Denuncia al MP virtual a los teléfonos 3-099-099 y al 01800-9-099-099”.

En un robo anterior, lo peor fue el peregrinar en el ministerio público, colas, casos delante de ti verdaderamente terribles, cuando a lo mejor uno solo va a denunciar un robo menor. Marqué y el señor Mario Guzmán fue quien me atendió de manera eficiente, me pidió mis datos, un teléfono de contacto o un correo, y una breve explicación de los hechos.  Creí que sería la última vez que oiría hablar del señor Guzmán. Pues no, me habló un rato después, me tomó puntualmente mi declaración, me leyó la misma en el teléfono y me pidió que me presentara al otra día, a las 12.30 en punto para no perder mi turno en las oficinas de la 21 oriente 404 a ratificar la denuncia ante el ministerio público. “Ahí viene  la cola, el gato encerrado y el penar”, pensé.  Pues no. Por correo me confirmaron la cita así que llegué el sábado con la única identificación que tenía, mi comprobante domiciliario y ratifiqué la denuncia ante un MP educadísimo, atento y en unas oficinas austeras pero relucientes de limpias; me dieron mi copia certificada en quince minutos. ¡En serio! Es un servicio para denunciar delitos NO GRAVES, tales como: abuso de autoridad, abuso de confianza, allanamiento de morada, amenazas, cohecho, robo en lugares públicos, robo de autopartes, robo en transporte público. Todos estos son considerados delitos no graves, aunque al que los sufre se lo parezcan. Los hechos deben de ser SIN VIOLENCIA. Este servicio le quita una carga enorme a los ministerios públicos, de por sí rebasados y que tienen que atender cosas terribles. Aligerar el peso de los ministerios públicos de esta carga de delitos es algo muy positivo que además fomenta la cultura de la denuncia. El MP virtual es un servicio que permite agilizar el proceso de la denuncia ante el ministerio público. Felicito al señor Andrea Ambroghi, quien actualmente preside este consejo y a todo su equipo. Por otro lado, es la primera vez que encuentro en un anuncio de la vía pública información útil para los ciudadanos. Solo deberían de existir esos, nada más. Los demás anuncios políticos y comerciales son una pesadilla visual e inútil.  

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