• Verónica Mastretta
  • 18 Julio 2013
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Por: Verónica Mastretta

Está ya en revisión un producto que el IMPLAN y la Comisión de Ecología y Medio Ambiente presentaremos en la próxima Sesión de Cabildo del H. Ayuntamiento de Puebla y que es el "Plan de Gestión Ambiental Municipal". Este documento es un estudio de más de 850 hojas en las que viene de manera detallada y documentada la descripción del espacio que hoy ocupa la ciudad de Puebla y sus 17 juntas auxiliares, así como las condiciones en las que se encuentra actualmente nuestro hábitat. Es un documento que pareciera frío, pero que al empezar a leerlo  se convierte en una novela histórica apasionante y a veces dolorosa, porque narra la transformación de este valle a lo largo de casi cinco siglos de que  los fundadores de  Puebla lo escogieron para vivir. El documento va narrando a detalle cómo era la tierra, la vegetación, los ríos, los cientos de arroyos, los vientos dominantes, las zonas inundables y las posibles razones por las que en este hermoso valle circundado por  tres volcanes impresionantes no había asentamientos humanos antes de la conquista. En 1531 los bosques de encino -pino de la Malinche estaban prácticamente intocados. La montaña era una autentica fábrica de agua de la que surgía lo que luego se conoció como el río San Francisco y sus múltiples afluentes y brazos laterales del río, como el Alseseca. La tierra del valle era de una consistencia barrosa, y por lo tanto difícil de arar, tomando en cuenta que antes de la llegada de los españoles la tierra se araba sin ayuda de bestias de carga porque simplemente no existían.  Del lado del Ixta Popo se formaban los ríos  y afluentes de lo que hoy se conoce como la cuenca del Atoyac  y que cruzaban todo el valle, siendo muy caudalosos durante cinco meses al año, por lo que en la parte sur- oriente, en época de lluvia, se formaban grandes lagunas que luego desaparecerían  a lo largo del siglo XX casi en su totalidad, pero que aún estaban ahí en 1910 y de las que hoy  aún sobreviven algunas. El documento pronto estará a disposición para consultarlo. Les comparto algunos datos que llamaron mi atención, solo para darles un atisbo de lo que fue nuestro hábitat y de lo que hoy tenemos. 

En 1910 toda el agua que la ciudad consumía provenía de manantiales. En el parque del Carmen había un manantial del que se abastecía parte del corazón de la ciudad.

En 2013 toda el agua que la ciudad  se obtiene de pozos cada vez más profundos, incluso algunos fuera de nuestro municipio, aproximadamente 190 pozos, muchos de ellos tienen hasta 200 metros de profundidad.

En 1906 a una empresa inglesa se le dio la concesión de cambiar las tuberías de abasto de agua y drenaje de la ciudad, que entonces era de barro, por un sistema construido con fierro. Hasta la fecha se sigue utilizando.

En 1850 el Cabildo concesionó el abasto de agua a un "empresario con mucha iniciativa" (así lo dice el documento) que se hizo cargo de conducir el agua de los manantiales a las fuentes de lo que hoy es el centro histórico, de manera que todo mundo tuviera acceso al agua potable. Mantuvo esa concesión por treinta años.

En 1940, en Xonaca, se inauguraron los últimos lavaderos públicos de la zona alimentados por un manantial. Ahí siguen como recuerdo, pero sin agua.

Entre 1936 y 1940 se construyó la presa de Valsequillo y la ciudad estrenó un lago que en 40 años ya estaba altamente contaminado.

En 1890 el Paseo de San Francisco terminaba en un pequeño lago formado por un manantial que estaba al pie del Cerro de Loreto, rodeado de ahuehuetes y sauces llorones. Los domingos las familias salían de la ciudad para ir a pasear ahí. Estaban a un costado los lavaderos de Almoloya, también alimentados por manantiales. 

En 1950, la ciudad terminaba en donde hoy está la estatua de Juárez, y de ahí hasta el Cerro de San Juan, hoy conocido como  Cerro de la Paz, todo eran maizales y breña. El panteón municipal quedaba a un  kilómetro y medio del Barrio de Santiago. O sea, el panteón esta en las "afueras" de la ciudad.

En 1970 Puebla tenía 500 mil habitantes. En 1990 la población se había duplicado y ya éramos un millón.

En 2012 somos un millón 550 mil habitantes.

En 1910 había un parque disponible a menos de 500 metros de cualquier casa. Un niño o un viejo podían llegar caminando al parque más cercano.

En 2013 hay colonias que no cuentan con un parque dentro de una periferia de 4 kilómetros.

La ciudad tiene catalogados 335 parques con nombre y direcció0n. Falta terminar de catalogar las áreas de donación que aún no han sido equipadas y se encuentran a merced de la barbarie que nos caracteriza.

En 1962, nuestras 17  juntas auxiliares eran pequeños municipios, en muchos de los cuales, como por ejemplo Canoa y resurrección, no se hablaba español. Aún ahora esas comunidades son bilingües. Algunas de las juntas auxiliares podrían desarrollar una agra industria moderna que podría surtir de hortalizas a toda la ciudad.

En 1970 dormían en el centro histórico 300 mil personas, hoy duermen cien mil.

En el último año hemos tenido cinco contingencias ambientales por contaminación del aire similares a las que tiene el Distrito Federal. La velocidad promedio en la ciudad es de 23 km. por hora. Si sincronizamos los semáforos y quitamos los topes, aumentaría  a 27 km. y con eso podríamos abatir la mitad de la contaminación del transporte. 

Hasta 1531, en el Valle de Puebla las ratas y los ratones no existían; llegaron en los barcos españoles. Se adaptaron y se reprodujeron  a la perfección. Los gorriones comunes no son originarios de Puebla, llegaron como aves en cautiverio traídos por los españoles, los que se escaparon y reprodujeron son los ancestros de todos los que hoy habitan en nuestros parques. No son dañinos para el hábitat.

El 80% de los vehículos mueven al 20% de la población. Solo el 20 % de los vehículos son del transporte público o taxis, y generan el 20% de los contaminantes dañinos a la atmósfera. (Por eso urge privilegiar la movilidad en transporte público)

Los contaminantes que generan las fábricas y el transporte en Puebla son llevados hacia los bosques del Ixta-Popo por los vientos dominantes. Ahí generan lluvia ácida que puede dañar severamente a los árboles.

Puebla genera cerca de 450 mil toneladas de Residuos Sólidos Urbanos (basura) anuales, y solo se reciclan 13,500  toneladas.

La ciudad de Puebla no tiene un sistema eficaz para tratar el agua que utiliza. Los ciudadanos pagamos por el servicio de agua y el servicio de limpia menos del 50 % de su costo real.

El río Atoyac cruza la ciudad en 18 km. y hasta la presa hay un trayecto de cerca de 30.Limpio sería la fuente ideal para el eco-turismo.  

Solo he escrito algunos cuantos datos como un botoncito de muestra: ¿Qué tuvimos y qué tenemos? ¿De dónde venimos y a dónde podemos llegar? ¿Qué hicimos mal o pésimo y cómo lo podemos corregir? Ahí tenemos aún nuestra gallinita de los huevos de oro que es Puebla, nuestro hábitat. ¿Queremos matarla o queremos darle una oportunidad seria de vivir para que pueda seguir dándonos de comer cada día? Ahí está el estudio que nos dice estas cosas y muchas más. Las acciones nos corresponderán a todos, cada quien desde su trinchera, pero era obligación de la autoridad municipal averiguar en donde es que hoy estamos parados para saber por dónde deberemos de ir.

 

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