Sucedió antes de la conquista por envidias del que no ha probado a la mujer ajena. Iztaccíhuatl era esposa del Popocatépetl, la montaña que humea. Por entonces no se conocían señoras blancas en éstas tierras y ella era blanca. Entonces Citlaltépetl, que se conoce como el Pico de Orizaba, se enamoró de tan peculiar y bella dama. Iztaccihuatl se le entregó en un arrebato de amor. En el momento en que se enlazaban en ilícito el azul del cielo servía de pabellón, y de música el murmullo de los bosques. UN día el Popocatépetl sorprendió a los amantes: Mató a su esposa, la ahogó con sus fumarolas. El Citlaltépetl, mudo de espanto, se quedó paralizado a la mitad de su carrera. Y el esposo, víctima de sus remordimientos y de su pasión, se congeló junto al cadáver de su mujer, para llorar eternamente su crimen.
Desde entonces sobre la ciudad de Puebla cae la fatalidad del adulterio.
Tomado de Cuentos de Nadie, de Emma Yanes, editorial Pesebre, p. 31.
Ilustración de portada: Emma Yanes, mural cerámica alta temperatura.
Erupción. Emma Yanes. Cerámica alta temperatura.
Dibujo de Miguel Covarrubias.
Tomado del libro de José Luis Martínez Hernán Cortes, FCE, México, 1990