• Mariana Rita Ramírez Flores
  • 02 Octubre 2014
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Llegaron de todos lados unos de la unidad estudiantil del Casto de Santo Tomás al Norte de la ciudad de México, otros de las estaciones del metro, unos más en camiones, otros caminando y los últimos se fueron uniendo a la marcha poco a poco hasta hacer una serpiente humana que se movía desde el circuito interior hasta gobernación.

1-Análisis y discusión del reglamento interno de manera que convenga, beneficie y no trastoque los derechos de la comunidad politécnica.

Fueron esas incansables ganas juveniles de marchar, de gritar ese huelum que por mucho tiempo calló  y ahora explotaba ante las miradas de los empleados de las oficinas de la avenida Reforma, una de las más importantes de la ciudad de México, justo en medio de los edificios más modernos del país.

Unos dicen que fueron 20 mil, otros que 30 mil, y los más aventurados mencionan 60 mil estudiantes; el caso es que marcharon por más de 5 horas entre huelum y porras y risas juveniles que dejaron a los gobernantes y testigos azorados.

2-Cancelación de los planes de estudio que tecnifiquen la educación superior y reduzca la calidad educativa de las escuelas de nivel medio superior en el instituto.

La marcha más grande salió del Casco de Santo Tomás, donde están las escuelas de Ciencias Biológicas y la Escuela Superior de Medicina. Llegaron al Ángel de la independencia a las dos y media de la tarde y aún estaban frescos. Comenzaron a caminar hacia el objetivo mayor: la oficina de Gobernación.

Los jóvenes salieron del Ángel de la Independencia el último día septiembre del año 2014, año de las reformas estructurales del presidente Enrique Peña Nieto. Sus huelum retumbaban de edificio a edificio.

Los reporteros hasta adelante; estaban presentes muchos medios de comunicación. A las 15:00 de la tarde aparecieron en contrasentido y frente al primer contingente de la marcha  un grupo compacto  jóvenes y unos no tanto, tal vez unos 50, en silencio, se subieron a la banqueta y de ahí no se movieron. Algunos periodistas se veían preocupados y comenzaron a sacar fotos. Otros comentaron:

¿Quiénes son?

--Son porros –respondió una alumna.

Por un momento los huelum callaron, los alumnos se tensaron, la marcha se detuvo.

Los periodistas no sabían que pasaba. Los observadores de Derechos Humanos con su uniforme rojo se colocaron entre la marcha y los periodistas.

--Ese de ahí tiene 20 años en la escuela --dijo otra joven estudiante.

Los reporteros comenzamos a fotografiar a los porros, estos no supieron que hacer y solo escondieron su cara, otros dieron la espalda a las cámaras, dos posaron y sonrieron.

Los porros sacaron una cinta plástica blanca con la que rodearon  su propio grupo. Los estudiantes gritaron:

“No somos porros, somos estudiantes” y mostraron sus credenciales como poderosas armas ante las declaraciones donde la directora del Instituto Politécnico Nacional Yoloxóchitl Bustamante quien había descalificado a los marchistas llamándolos agentes externos a la institución.

3-Destitución de la doctora Yoloxóchitl Bustamante Díez como directora del IPN con la correspondiente democratización del Consejo Directivo.

Los estudiantes se armaron de valor, sujetaron sus cintas a los costados de los contingentes y nuevamente comenzó la marcha. Los huelum se escucharon otra vez. Los porros solo miraron pasar a los estudiantes, no habían podido con la organización de los muchachos.

Avanzaron y ya no se detuvieron hasta lograr su objetivo y además lograron que el Secretario de Gobernación Osorio Chong saliera a dialogar con ellos a la calle.

4-Salida de los elementos de la Policía Bancaria de las instalaciones del IPN y que no sea sustituida por ningún otro organismo público o privado.

La marcha enorme canso los ojos y oídos de quien se detenía a mirarlos pasar; rebasaron las expectativas de los políticos y de los vendedores de aguas que acabaron con toda su mercancía.

5-Cese de pensiones vitalicias de ex directores del IPN.

Los primeros contingentes marcaron el ritmo de la marcha, todos en perfecto orden y organización, ningún extraño podía meterse a las filas. Todos entrelazados cuidando los orillas de sus contingentes, con pancartas y cartulinas escritas sin faltas de ortografía:

“Que lo venga a ver, que lo vengan  a ver, esto no es un reglamento es un intento de someter”, coreaban a gritos los jóvenes.

Marcharon las Escuelas superiores de Mecánica y Eléctrica, la de medicina, la de Ciencias Biológicas, las enfermeras, los economistas, los odontólogos, los contadores y en medio de todos los alumnos de las vocacionales, los menores de edad, melenudos, algunos todavía con cara de niños, bien cuidados acompañados por estudiantes de medicina por si alguno necesitaba atención. También marcharon las mamás de los muchachos quienes apenas podían caminar ya de tanto cansancio.

6-Democratrización del IPN iniciado un proceso de representación equitativa de estudiantes, docentes, trabajadores de apoyo de todas las unidades para que tomen las decisiones en conjunto del IPN. Sesiones públicas de cara a la comunidad.

En la esquina de insurgentes y Reforma en la estatua de Cuauhtémoc estaban los del extinto Sindicato Mexicano de Electricistas, con una bandera con las siglas SME y a cada contingente le gritaban:

“No están solos, no están solos.”

Los muchachos agradecían el apoyo a gritos y saltos, algunos eufóricos.

“Ese apoyo si se ve, ese apoyo si se ve” coreaban los jóvenes y se detenían por segundos”

En las banquetas los oficinistas, policías, y curiosos observaban algunos con agrado y otros moviendo la cabeza en desaprobación. Otros  sentados en silencio sólo miraban la marcha. Una muchacha me dijo:

--Ojalá estos jóvenes hagan algo, ya estamos cansados de tantas injusticias del gobierno, ya son muchas cosas, la gasolina sube cada mes y todos en nuestros trabajo o escuelas vemos como vamos para atrás cada vez tenemos menos cosas, menos prestaciones.

7-No se tomarán represalias académicas, administrativas ni legales hacia ningún miembro de la comunidad politécnica, participante o no, en dicho movimiento.

La gente aprovechaba el final de cada escuela para pasar de un lado de la avenida a otra, los estudiantes levantaban el cordón para facilita su paso.

“Xolo  y  Peña la misma chingadera”, coreaba una y otra vez entre escuela y escuela.

Lejos quedo la avenida sencilla de Reforma del 68 y su gran movimiento estudiantil, ahora sus grandes edificios con vidrios lustrosos fueron testigos del paso de jóvenes que no se cansaron y que buscaron comida y agua en las tiendas de autoservicio, que por miedo solo los atendía por una puertecita –no sea que los fueran a asaltar--. Ahora ya no se encuentran misceláneas.

Los pocos puestos de comida de lámina a la vista fueron rodeados por los muchachos; los carritos de supermercado adaptados como despachadores de bebidas preparadas ni se veían,  y sus dependientes mareados no sabían si despachar o cobrar. Todos estaban rebasados, hasta los políticos.

8-Aumento del presupuesto federal otorgado al IPN y a los sectores educativos y de investigación científica y tecnológica nacional con un monto mínimo del 2 por ciento del PIB.

 

La punta de la marcha llegó a gobernación y ahí había un templete. Los jóvenes exigieron que el secretario de Gobernación saliera y lo lograron.

Ya no hubo para donde caminar, toda esa serpiente humana se detuvo y los marchistas se sentaron en la banqueta tranquilamente a descansar a platicar a apoyar a la gente que estaba al frente.

Atrás la marcha aún no terminaba, seguían las consignas, las mantas, las cartulinas, los saltos, la alegría, el ejemplo de orden y organización que dieron los politécnicos quedó para la historia política del país.

Y esta vez no hubo provocadores, esta vez los operadores gubernamentales decidieron no manchar este movimiento con su esquizofrenia de si son pero no son lo que hace desmanes.

9-Dar a conocer todas las diferencias tanto en los planes de estudio como en la celebración de los convenios de colaboración de la técnica al servicio de la patria y no la técnica al servicio de los intereses privadas nacionales y transnacionales.

10-Fuera grupos porriles del IPN

La gente les tocaba el claxon en señal de apoyo, les aplaudía a lo largo de las banquetas, les levantaba el puño y les escribió cartulinas donde los animaba a continuar.

Los policías viales hicieron su mejor esfuerzo para que la marcha resultara limpia, desviaron y aguantaron las mentadas de madre de algunos conductores.

Esta vez la marcha fue todo un éxito, esta vez sí se lograron los propósitos políticos, esta vez 50 mil voces corearon el Huelum.

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