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Si para los españoles es difícil comprender lo que les ha sucedido luego de dos décadas de bonanza, mucho más para nosotros desde México, hasta que pensamos en todo lo que nos parecemos. Tronó su burbuja inmobiliaria y empezaron los desalojos masivos, quebraron sus bancos y le cargaron la cuenta a los ciudadanos, y los despidos se convirtieron en una cascada hasta ahora irreversible. Es una historia muy conocida por los mexicanos que hemos sufrido las sucesivas crisis del 76, 82, 87, 95, 2008. De ahí a comprender los abismos a los que se asoman las sociedades modernas que no encuentran salida a las políticas económicas neoliberales aplicadas sin piedad alguna por los gobiernos de un mundo capitalista implacable pero cada vez más suicida. Esta es la perspectiva que presenta Verónica Mastretta luego de un viaje reciente a Madrid. En algo nos parecemos: ellos han cometido errores muy similares a los cometidos en México en los últimos veinticinco año La ilustración la tomamos del blog http://daniloalba.blogspot.mx/2010/12/entre-el-rescate-y-la-ruptura.html, que ilustra el texto “Entre el rescate y la ruptura”, de Pedro Montes, de la agrupación Socialismo 21, que así cierra: “Sin embargo, aparte de razones ideológicas profundas -¿qué sociedad con tintes de izquierdas se puede construir avasallada por el mercado y arruinada por la especulación financiera?-, la mejor justificación que encuentro para marcar distancias con la Europa de Maastricht es una frase oída a un amigo: la única perspectiva que tiene alguien sumiso en un pozo oscuro es el círculo de luz de la bocacha. Se trata, evidentemente, de aprovechar ese rayo de esperanza: de reconocer un gran fracaso, de admitir los graves errores que se han cometido y abordar con una perspectiva nueva la reconstrucción del país.” |
Para Don José María Segovia, caballero español, en sus primeros 91 años de vida.
La última vez que estuve en España fue en 2010. Nada presagiaba la tormenta por la que hoy cruza este querido país, al contrario, me sorprendió el auge notorio y el evidente avance en todos sentidos, en especial en la calidad no sólo de sus servicios, sino del mantenimiento perfecto de todos sus espacios públicos, que es en donde realmente se puede medir el avance de un país.
Hoy, en 2013, parecería que todo sigue igual: un aeropuerto hermosísimo y ordenado y un personal extremadamente amable te recibe al llegar...pero en realidad, con solo escuchar las airadas conversaciones en las calles, las discusiones en los restaurantes, o posar la mirada en los encabezados y editoriales de todos los periódicos, uno realiza la dimensión de la crisis que tiene a España dividida. Me acordé de un juego infantil en el que te tomaban uno a uno los dedos y te decían: la casa caída, los trastes quebrados, papá enojado, mamá llorando, y los niños respingando. Así está hoy España. Todos se miran unos a otros buscando culpables y tratando de entender qué los llevó tan vertiginosamente del auge a esta crisis devastadora de la que tardarán muchos años en recuperarse. La deuda pública y la privada son enormes y rebasan muchas veces su producto interno bruto. La quiebra del negocio inmobiliario ha arrastrado a toda la economía española. Cientos de casas y departamentos con los letreros de "se vende" se ven por todo Madrid. Datos en los diarios señalan que lo que alguien compró en 200 mil euros hoy no vale ni cuarenta mil. Miles de personas a las que ya el banco les ha confiscado su casa, siguen teniendo la deuda remanente, porque la ley mercantil española así lo permite y por lo tanto la banca y las cajas de ahorro les confisca también parte de su salario. La pirámide poblacional está invertida, así que menos jóvenes tienen que mantener a un número mayor de jubilados, por lo que se plantea ya aumentar la edad de la jubilación a 67 años. Los ahorradores responsables se desayunan con la noticia de que los dirigentes de las cajas de ahorro en las que habían depositado su dinero les hacen saber que sus ahorros se han evaporado. Rajoy se encuentra debilitado e incluso asediado por las irresponsables declaraciones de Aznar, miembro de su propio partido, como si Aznar fuera el líder de los santos inocentes. Y con la caída de la casa se destapan los secretos. Sale a relucir que la lujosa boda de la hija de Aznar hace unos años, la pagaron, a cambio de favores, los empresarios con generosos regalos: un empresario pagó 35 mil euros de iluminación, otro pagó los vinos, otro las mesas y manteles. Aznar dice que cada quien es libre de regalar y recibir lo que quiera. Felipe González llama a la unidad en torno al Jefe de Gobierno aunque sea de un partido diferente al suyo. En algunas cabezas de todos los partidos cabe la cordura, pero no alcanza aún para poner orden e intentar encontrar una salida. La figura del rey, que pudo haber sido un motivo de unión y aliento como lo fuera en otros tiempos, se encuentra desprestigiada por las conductas políticamente incorrectas del rey y las francamente fraudulentas de su yerno, quien embarcó a su esposa Cristina usándola de prestanombres, al parecer a sus espaldas, por lo que el ministerio de hacienda ha ordenado una auditoría a la princesa . El rey, queriendo quedar bien con el pueblo español, ha devuelto un yate de 21 millones de euros que hace once años le regalaron los hoteleros de Baleares, pues pensaron que su presencia por ahí incrementaba el turismo. Consideraron que el anterior yate destartalado daba mala imagen a las islas, así que le regalaron uno nuevo que muy puntualmente dedujeron de impuesto. El gesto del rey de regresar el yate salió contraproducente, pues los empresarios salieron a pedir que se los devuelvan, cosa que ha causado indignación, así como saber que el rey lo devuelve porque llenar el tanque ha costado durante todos estos años, 25 mil euros cada vez, cosa de la que ahora se entera el agraviado pueblo español, que ya no busca quién se la hizo sino quién se la paga. 
Los españoles están atrapados como lo estuvo México en 1995, pero creo yo que incluso con menos capacidad de maniobra que la que tuvimos nosotros. No pueden devaluar su moneda y volverse más competitivos porque están atados al euro y a las implacables medidas de austeridad y cobranza que les ha impuesto Angela Merckel, la villana favorita de toda España. España, dicen los expertos, tardará por lo menos 15 años en recuperarse mientras su población envejece y su tasa de natalidad decrece. Les faltan brazos y mentes jóvenes que ayuden a recoger el tiradero creado por los errores de todos, pero básicamente de sus gobiernos y sus banqueros. Por eso de nuevo voltean los ojos a algo que durante muchísimos años ha sido su gallina de los huevos de oro: el turismo. La calidez de su gente, la calidad de su comida y servicios y la belleza de sus ciudades y pueblos deberían bastar para que España sufriera menos en esta tormenta perfecta que nadie acaba de entender cómo se formó, ni porqué, como al tsunami de hace unos años, nadie vio venir.
Antes de regresar a México, en una cena pequeña con personas inteligentes y sensatas, en las que había representadas varias corrientes de pensamiento, todos estuvieron de acuerdo en pensar que en cada parte de la sociedad hubo responsabilidad, y todos están de acuerdo en una cosa: que no saben cómo ni cuándo aparecerá la luz después de este amargo túnel.