Mundo Nuestro: Los acontecimientos trágicos e inenarrables ocurridos a principios de semana en Ajalpan, al pie de la Sierra Negra, en el oriente del estado de Puebla, provocan un alud de cuestionamientos que bien se resumen en uno: ¿cómo es que hemos llegado a este extremo en México? Este ensayo del escritor Jesús Silva-herzog Márquez publicado en la revista Nexos de este mes de octubre –encuadrado bajo el interrogante por el momento de México, respondido también por los escritores Héctor Aguilar Camín y José Woldenberg--, es un análisis profundo sobre la gravedad de la crisis social y la quiebra de las instituciones mexicanas.
Aquí un extracto:
“Corrupción y violencia se trenzan en el México que inicia el siglo XXI. Abultado listado de tragedias y escándalos en tan sólo tres lustros: migrantes cazados y exterminados, niños asfixiados, bombas en la plaza pública, reiteradas muestras de brutalidad policiaca, exhibición cotidiana de la crueldad, corrupción que ofende y mata. Mientras la clase política se empeña en su discurso de modernidad, el país ha vivido una profunda reversión histórica: un retroceso en el proceso de civilización. Eso, una transición a la barbarie. Mientras más se nos habla de progresos, de reformas para poner a México al día, más ostentoso es nuestro medievalismo. ¿Puede negarse que México es hoy un país más inhóspito, más cruel, más salvaje de lo que era a principios del siglo? Y no es solamente que los poderosos delincuentes de los cárteles hayan podido resistir el embate gubernamental, es que sus crímenes se han convertido en ejemplo, pedagogía. Cuando la impunidad es la lección pública más constante, la violencia se convierte en atajo para resolver cualquier diferencia. A la violencia del crimen organizado hay que agregar ahora una violencia atomizada.”
(El texto completo lo encuentras en la revista Nexos: El vaciamiento democrático)