Jean Gino, el autor francés que escribió esta historia en 1953, no dudó en decir que la había ideado por el simple hecho de hacernos ver el enorme valor que tiene sembrar un árbol. El libro ha sido leído desde entonces por miles de lectores en todo el mundo. Y todos no han dejado de imaginar a ese pastor en un páramo en las estribaciones de los Alpes sembrando uno por uno miles de árboles.
A pesar de las guerras, entre la desolación de las guerras, uno por uno, miles de árboles, un hombre solo.
A todos nos cuesta aceptar que es una ficción. La historia nos enfrenta y nos somete. Nos obliga a mirar a nuestro alrededor, a contemplar el paisaje desolado de nuestros montes. Nos recuerda sin más lo que hemos dejado de hacer por el mundo nuestro.
En 1987, producido por la Societé Radio Canada, se realizó este corto animado conmovedor y fundamental. Alertados de su existencia por nuestra amiga Roxana Alveláis Pegueros, lo ofrecemos a los lectores de mundo nuestro con el ánimo de recordar lo que Jen Gino quiso que ocurriera cuando leyéramos su historia: plantar un árbol siempre será agradable
http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=fkmLrNmhLeU