Los teléfonos celulares, los periódicos y las páginas de internet se han llenado de chismes y "memes" acerca de la última de las fugas del Chapo. Detenido por primera vez en 1993 tras años de búsqueda, el Chapo fue recluido en el penal de Puente Grande, en Jalisco. Se fugó en los primerísimos días del gobierno de Vicente Fox, cuando aún no se habían hecho los relevos de mando en la Secretaría de Gobernación, y el entonces priista y hoy neo-panista, Miguel Ángel Yánez, era el director del sistema federal penitenciario. Una muy oportuna fuga y madruguete al primer gobierno de alternancia, sorprendido con la noticia a ocho columnas que le anunciaban la cruda realidad del ejercicio del poder y sus traiciones. Ahora con la fuga del sábado se emparejan los cartabones.
El hombre más buscado, fue detenido catorce años después de su primera fuga en el 2000. El Chapo, experto en túneles, fue detenido y encerrado de nuevo en Almoloya en febrero de 2014. En ese entonces el Presidente Peña Nieto declaró: - "Es una responsabilidad del gobierno que una fuga no vuelva a ocurrir". Pues ahora esa responsabilidad debe pesar como una loza, pero la realidad es que es difícil que un sistema penitenciario tan presionado como el nuestro pueda resistir los embates de los miles de millones de dólares del mercado del narcotráfico, que otra vez ha desplegado dinero y seguramente terror, en el rescate de uno de sus más expertos cerebros.
Las cárceles de alta seguridad no son tal cosa. Se han detenido a tantos grandes capos que ya hay fila para entrar. Las cárceles están saturadas y por lo mismo todo el sistema penitenciario está en jaque permanente y los aliados de los grandes criminales del narco están siempre a la espera de que se baje la guardia para consumar fugas que empiezan a planearse desde el momento en que ingresa a prisión un capo con la inteligencia, dinero y contactos del alguien como el Chapo. Uno de los memes enviados señala que la gente del Chapo debió ser invitada a construir la línea 12 del metro, pues sus túneles son de una calidad impresionante. Mucho se habló en 2014 acerca de que todo el sistema de seguridad del Chapo estaba cimentado en casas conectadas a túneles derivados hacia los drenajes profundos. Hoy lo volvió a hacer. Sorprendió con lo conocido. El nuevo túnel fue conectado al área de regaderas y por ahí se fugó. "Si ya saben que me fugo, para qué me encierran"- dice otro de los memes. Hubiera sido mejor que siguiera prófugo a que ahora el gobierno actual tenga que pasar por el trago amargo y el ridículo de una fuga que lo deja en una emergencia no solo de seguridad, sino mediática.
Gráfica elaborada por El País.
Es maniquea la oportunista declaración de López Obrador exigiendo el regreso del Peña de la gira por Francia para enfrentar la crisis de esta fuga. La verdad es que todos los partidos tienen cola que les pisen con respecto a fallas terribles relacionadas con el narco, aunque parecen olvidarlo muy fácilmente cuando es a otro partido al que le cae el chahuistle de un escándalo o de crímenes en los que se les atribuye complicidad. Ahí están los crímenes y pecados de la izquierda personificados por los Abarca y los Mazón y los asesinatos de Ayotzinapa, que como por arte de magia, le endosaron por completo al actual gobierno federal.
Cuando trato de entender qué es lo que nos tiene rebasados en materia de seguridad y narcotráfico, no puedo evitar recordar las cifras de los dinerales que se mueven en el mundo alrededor de las drogas y la manera en que ahora nuestra economía está ligada a sus dinámicas como antes lo estuvo a la dependencia del petróleo. Hoy leo cosas como "Qué mal está nuestro país" o " Somos un país de corruptos"; creo que eso es pensar de una manera equivocada e injusta para nosotros mismos. Estamos inmersos en la realidad de las leyes de la oferta y la demanda del mercado. Y resulta que México es al narcotráfico lo que los productores chinos al mercado mundial de todo tipo de cosas. Producimos, transportamos y colocamos en el mercado drogas de alta demanda no solo en el país más rico y consumista del mundo, con el que tenemos una frontera más larga que la cola de un perro callejero, sino para el resto del mundo. Estamos en un fatídico nicho de oportunidad geográfica y de mercado, mercado que no creamos los siempre tildados de corruptos mexicanos, sino que ha derivado de la creciente demanda mundial de los alteradores de conciencia, demandados pero prohibidos en casi todo el mundo. Hecha la prohibición, hechas las trampas. Lo que hicieron las mafias que rescataron al Chapo es el rescate de un excelente proveedor y experto de este perversísimo mercado mundial, y digo perverso porque es mustio e hipócrita el manejo que de esta demanda hacen los gobiernos de casi todo el mundo. Hay demanda, hay prohibición, hay clandestinidad, hay productos de costo inflado y hay tráfico de armas, el gran negocio de los países más ricos y poderosos del mundo. Las empresas del Chapo en el mundo son más de 288 y tiene más de 200 operadores clave en América y Europa, según informes del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos. Tiene socios y aliados de muchas naciones, como gran empresa mundial.
Nos indignamos porque Donald Trumph nos calificó con un sin número de epítetos en los que arrasaba parejo con nuestra reputación; le hemos devuelto a Trumph sus insultos uno por uno, pero nosotros mismos somos ligeros y muy duros al juzgarnos como país , sin tratar de entender que el poder del dinero y del mercado mundial de drogas y armas, íntimamente ligados, son de tal manera avasalladores que todos los partidos sin excepción tiene en su haber complicidades, fugas, asesinatos y corruptelas. Si todos caen, quiere decir que debemos de cambiar por completo la óptica desde la que analizamos, juzgamos y tratamos de abordar el problema del narcotráfico. Con el mismo enfoque no vamos a lograr nada nuevo. Se seguirán fugando los que tengan el dinero para pagar sus fugas. El dinero manda, y lo que el dinero compra es lo que publicitan 24 horas al día los medios de comunicación.
Mucho de lo dicho y publicado ayer indica que hay algo muy equivocado en la forma de abordar el problema. Hay mucha tarea por hacer y mucho por pensar, todo nuevo, todo necesariamente distinto.
Y no, los mexicanos no somos de lo peor. Usted ni acepte ni diga eso, porque no lo somos.