• Mundo Nuestro
  • 11 Julio 2013
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Por: Mundo Nuestro

En la edición del 27 de junio pasado, Mundo Nuestro presentó la primera parte de una investigación sobre la enorme presión que se ejerce por la tala clandestina en los bosques de la Sierra Norte de Puebla, particularmente en la región de Zacatlán, Ahuazotepec y Huauchinango.

(El bosque que no podemos perder

http://mundonuestro.e-consulta.com/index.php/cronica/item/el-bosque-que-no-debemos-perder?category_id=3)

(El bosque que podemos recuperar

http://mundonuestro.e-consulta.com/index.php/cronica/item/el-bosque-que-podemos-recuperar?category_id=3)

 

En seguimiento del tema, Mundo Nuestro presenta la propuesta que desarrolla el gobierno federal a través de la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR), con un conjunto de programas especializados en la restauración de los bosques mexicanos. Presentamos un resumen de la situación de los bosques nacionales (El México forestal de hoy), un diagnóstico de la realidad forestal (Problemática forestal), y las ligas de la página de la CONAFOR en la que se puede apreciar con detalle estas propuestas. El propósito es el de contribuir con información que ayude en el análisis de los retos que enfrentamos como sociedad ante la catastrófica situación ambiental, que tiene en la pérdida de los bosques su expresión más reconocida.

La apuesta gubernamental no es nueva: la explotación sustentable. El desarrollo de alternativas de explotación comercial de la madera contra la tala clandestina y la deforestación a la base de la economía campesina. Es una propuesta que tiene casos exitosos en todo el país, y que aquí documentaremos, pero que por las razones que el propio gobierno reconoce, se estrella contra la realidad que se vive en el otro extremo de la actividad forstal: las comunidades sometidas a las bandas de talamontes, cada día más ligadas a las mafias regionales que tienen en la extorsión y el secuestro sus actividades principales, como lo documentamos la semana pasada en la región de Huauchinango. Y sus territorios están claramente identificados: municipios serranos como Ahuazotepec, Huauchinango, Zacatlán, Chignahuapan,  Zautla, Xochiapulco, Tetela;  y en la Sierra Negra  los devastados municipios de Nicolás Bravo y Vicente Guerrero, donde la autoridad ambiental (PROFEPA, CONAFOR), simplemente no  puede poner un pie por la amenaza que enfrentan en las comunidades armadas y controladas por los grupos de talamontes.

Esas dos realidades enfrentadas --bosque productivo explotado con sustentabilidad y bosque talado por campesinos sujetos a las bandas delincuenciales--, merece ser relatado y comprendido con detalle, siempre con el ánimo de dar a la problemática de los bosques de nuestro país en una verdadera respuesta estratégica respaldada por el conjunto de la sociedad mexicana.

Empecemos por conocer lo que el gobierno federal pretende para los próximos años.



El diagnóstico del gobierno federal

México es un país eminentemente forestal, en cuyo territorio se encuentran prácticamente todos los tipos de vegetación terrestre natural1 conocidos; éstos ocupan una superficie de poco más de 138 millones de hectáreas (70.4 por ciento del territorio). De esta superficie, 47% está arbolada, es decir, está cubierta por bosques y selvas, mientras que 41.2% corresponde a matorrales xerófilos, que es un ecosistema de tipo árido y semiárido. De la superficie forestal arbolada, los bosques templados cubren el 24.2% y las selvas el 22.8%, mientras que 11.8% corresponde a otros tipos de asociaciones de vegetación forestal2.

México es un país eminentemente forestal, en cuyo territorio se encuentran prácticamente todos los tipos de vegetación terrestre natural1 conocidos; estos ocupan una superficie de poco más de 138 millones de hectáreas (70.4 por ciento del territorio). De esta superficie, 47% está arbolada, es decir, está cubierta por bosques y selvas, mientras que 41.2% corresponde a matorrales xerófilos, que es un ecosistema de tipo árido y semiárido. De la superficie forestal arbolada, los bosques templados cubren el 24.2% y las selvas el 22.8%, mientras que 11.8% corresponde a otros tipos de asociaciones de vegetación forestal2.

 

La situación de los bosques de México

La situación de los bosques de México se identifica en general por el carácter social de su tenencia y por la pobreza en que vive la mayoría de sus habitantes (CONAFOR, 2008). De acuerdo con los Resultados del IX Censo Ejidal 2007, existen en el país 31,518 ejidos y comunidades agrarias que poseen en conjunto 105 millones  de hectáreas que pertenecen a 5.6 millones de ejidatarios y comuneros.

Del total de ejidos y comunidades existentes en México, 15,381 tienen predios con más de 200 hectáreas con cobertura forestal, que abarcan un total 62.2 millones de hectáreas (Cedrún, 2011).

Se estima que 2,994 ejidos que poseen superficie forestal tienen su principal fuente de ingresos en las actividades productivas relacionadas con estos recursos. (INEGI, 2007).

Cabe destacar que más del 80% de los ecosistemas en buen estado de conservación, en donde se concentra gran parte de la biodiversidad, pertenece a comunidades rurales e indígenas. La superficie que ocupan los pueblos indígenas (20.2 millones de hectáreas) corresponde al 10.3% del territorio nacional. De ésta, la cubierta de vegetación natural es de 18 millones de hectáreas; el resto son áreas de pastizales (11.3%) y tierras de uso agrícola (11.9%), en donde se alberga parte de la agrobiodiversidad mesoamericana. En los territorios indígenas que se encuentran en las partes altas de las cuencas se capta 21.7% de toda el agua del país (Boege, 2008).

Es importante precisar que la mitad de las selvas húmedas y de los bosques de niebla, y la cuarta parte de los bosques templados, están en territorios indígenas. Esto muestra la importancia de esas comunidades para la conservación de la biodiversidad y el aporte de servicios ambientales.

 

¿Cuál es la problemática forestal de México?

La diversidad de condiciones geográficas, ecológicas, demográficas, económicas y socioculturales inherente a cada región y entidad federativa, hace que el país tenga una gran riqueza y potencial, pero a su vez también representa limitantes para su desarrollo productivo y social.

Por lo que respecta al manejo forestal, sólo algunas comunidades y ejidos se caracterizan por realizar buenas prácticas de manejo. De las comunidades y ejidos que cuentan con superficies de bosques y selvas, la Coordinación General de Producción y Productividad tiene un registro de 705 empresas forestales sociales que se han constituido durante la presente administración, mismas que presentan diferentes niveles de avance en términos del control de los procesos productivos.

El manejo forestal, en general, se ha caracterizado por la limitada infraestructura de caminos forestales, sistemas de transporte deficientes, bajo nivel tecnológico en las actividades de extracción y un importante grado de intermediarismo que limita un sistema comercial ágil.

Las actividades forestales primarias (silvicultura) y secundarias (extracción e industrialización de la madera) suelen ser actividades de medio tiempo o temporales en la mayoría de los ejidos y comunidades, donde la mano de obra es escasa y poco calificada. Estas actividades se realizan de manera extensiva, con equipo insuficiente o inapropiado desde el corte hasta el transporte a los centros de transformación, lo que provoca un alto impacto ambiental y el encarecimiento de los costos de operación (CONAFOR, 2008).

El flujo crediticio hacia el sector ha sido mínimo, en gran medida determinado por la naturaleza de largo plazo del bosque y los riesgos que ello implica. Esta situación puede explicarse por los factores, a) financieros: falta de financiamiento a largo plazo, percepción de alto riesgo, financiamiento inadecuado a la estructura de flujos y carencia de garantías; b) económicos: falta de integración de la cadena productiva, carencia e inadecuadas coberturas de seguros forestales, alto costo de coberturas y generación de flujos a largo plazo, así como, c) legales: incertidumbre jurídica y problemas de tenencia de la tierra.

En este contexto, la Comisión Nacional Forestal define como eje rector de la política forestal de México, la consolidación del desarrollo forestal sustentable como alternativa para mejorar la calidad de vida de las y los mexicanos que habitan esos ecosistemas, y a la vez garantizar la conservación de los recursos forestales del país.

 

¿Cuál es el objetivo de PRONAFOR?

Promover el aprovechamiento sustentable de los recursos forestales del país, reactivar la economía del sector forestal y mejorar la calidad de vida de los habitantes  de las zonas forestales; así como mantener e incrementar la provisión de bienes y servicios ambientales a la sociedad y reducir las emisiones de carbono generadas por la deforestación y degradación forestal.





Los programas de CONAFOR en línea

 

PRONAFOR http://www.conafor.gob.mx/apoyos/index.php/inicio/todos/2013#

LINEAMIENTOS http://www.conafor.gob.mx/apoyos/index.php/inicio/todos/2013#

PRODESNOS http://www.conafor.gob.mx/apoyos/index.php/inicio/todos/2013#

Programa de Restauración Forestal en Cuencas Hidrológicas Prioritaria

http://www.conafor.gob.mx/apoyos/index.php/inicio/todos/2013#

Lineamiento de Operación para Proyectos Especiales de Conservación y Restauración

http://www.conafor.gob.mx/apoyos/index.php/inicio/todos/2013#

Programa para la restauración Forestal de Áreas Elegibles Complementarias

http://www.conafor.gob.mx/apoyos/index.php/inicio/todos/2013#

Programa Estatal de Apoyos a Proyectos de Plantaciones Forestales Comerciales

http://www.conafor.gob.mx/apoyos/index.php/inicio/todos/2013#

Programa de Fomento a la Organización Social Planeación y Desarrollo Regional Forestal PROFOS

http://www.conafor.gob.mx/apoyos/index.php/inicio/todos/2013#

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