• Sergio Mastretta
  • 29 Julio 2015
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Todo puede ocurrir en el país de las rapacidades. No hay nada jurídicamente inconcebible en el reino de un sátrapa. Y en Puebla todos sus modos convergen en Cholula: el proyecto mágico modernizador, los ayuntamientos sometidos, la procuraduría machete, el juzgado servil, los pueblos inexistentes. En Cholula convergen todas las épocas, todos los déspotas, todos los gobernadores, como una esencia en la que escurre por un serpentín Rafael Moreno Valle, convertido en todos los Maximinos Ávila Camacho.

Cuánto condensa de todos ellos este gobernador. Cuánto de estos cien años poblanos se me aparece con sus decisiones un día cualquiera en Cholula.

 Un día cualquiera, por ejemplo hoy, 27 de julio de 2015. Ir y venir en los momentos de un día de sol fundido en el valle de Puebla, bueno para que las milpas desplieguen sin recato sus luces y jilotes, bueno para que el concreto del progreso que la derrota refleje todo nuestro desamparo ciudadano.

 

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Ilustración tomada de e-consulta.com

 

Un día cualquiera para contar de nuestras soledades. Arrancar por sus puntos extremos:

 

4.52 am. Un grupo de judiciales y custodios acompaña al diligenciario hasta la celda de Adán y Alejandro Paúl Xicale. Los presos despiertan nerviosos, hoy es el día en que por orden expresa de un juez federal deben ser liberados. Qué hace aquí el funcionario del Juzgado Penal de Cholula: viene a notificarles que se ha abierto un nuevo proceso contra ellos. Cómo, no es posible, qué significa esto… El sueño de libertad sometido por las preguntas. Qué se puede decir si ya llevas encerrado diez meses por delitos que no cometiste, si ya ganaste un amparo federal y se han cumplido todos los tiempos. Pues así es señor, está usted notificado, y le tomaremos su declaración a las 9 de la mañana. Lleguen despiertos.

Se van los funcionarios hacia la noche oscura que los trajo. En el penal no arranca aún el día: por aquí los ronquidos que no figuran las severidades diurnas; por allá los sueños de los que se imaginan libres. El silencio denso no lo rompen los ojos abiertos, crispados, de los dos Xicale.



“¿Cómo puedes dormir, Paisano? Foto de Edmundo Gutiérrez.

 

1.30 pm. La marcha que ha partido del Juzgado Penal de Cholula, en el barrio del cerrito de Guadalupe, llega al fin al zócalo de San Andrés Cholula. No son muchos los cholultecas que han recorrido las calles de San Pedro, pero la consigna que increpa al presidente municipal Leoncio Paisano no deja dudas del descontento de los marchistas:

“Paisano, hermano… de los puercos y los marranos.”

Y una más:

“Con los huesos de Paisano voy a hacer una escalera, para subir a su tumba y escupir su calavera.”

Después el grupo se planta en la plaza, frente al edificio azul y blanco del Ayuntamiento de San Andrés Cholula. Josué Xicale recuerda que ahí mismo en la madrugada del 7 de octubre los granaderos se llevaron a su padre y a su hermano. Algunas voces piden a gritos que salga Leoncio Paisano. Sueño guagiro, sol de muerte. Mejor se asoman funcionarios con cámaras y celulares a grabar el improvisado mitin. Las cartulinas que denuncian la corrupción de jueces y ministerios públicos y demandan la libertad de los presos políticos se despliegan en el pavimento. Los discursos en el micrófono se mueven todos entre el enojo y el desencanto: primero habla Josué Xicale, reseña el recurso legal que encontró el gobierno de Moreno Valle para dejar a su padre en la cárcel e invita a todos cuando acaben los discursos a pasar al curato “donde siempre nuestra fe nos ha cobijado.”

Y tras él los políticos. Ana Tere Aranda afirma que le da vergüenza ser panista; Rosa Márquez dice que ahí está Puebla Libre para expresar su apoyo; el profesor Miguel Guerra sueña con el día en que acabará este autoritarismo.

Ani Ashwell se dirige a Paisano como si lo tuviera enfrente: “Usted permitió la destrucción de la zona arqueológica más importante de México… Usted ha destruido la vida de un joven de 24 años, ¿cómo puede dormir en paz? ¿Cómo cree que lo juzgará la historia?”

Pero otras voces cholultecas son brutales: “Yo también siento vergüenza, porque Paisano es mi apellido –grita un médico de profesión--, pero no soy corrupto, no soy un títere…”

Y una mujer implacable: “Yo te recuerdo Paisano, estabas para servir al pueblo, y mira lo que has hecho… ¡Qué mal que te parió tu madre!”

Y otra más: “Ustedes no venden a su madre porque no la tienen… Y como ya viene en septiembre el festejo patrio van a querer que gritemos gloria y libertad, pero yo les digo que no me inviten para chupar de alegría, porque hoy sólo se puede chupar de coraje, señores traidores vende patrias…”

 

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La procuración de justicia en Puebla. Foto de Juan Pablo Dircio (Jobsi).

 

Los tiempos del poder no son rígidos. Encuentran siempre el lugar y el funcionario adecuado para arreglar en un oficio cualquier asunto.

A las 22.20 horas del miércoles 22 de julio Rubicelia Pérez, Ministerio Público adscrita al Juzgado Penal de Cholula presenta oficio por el que solicita se inicie averiguación previa contra Adán y Alejandro Paúl Xicale por el presunto delito de despojo en hipótesis de perturbación.

El miércoles 23 se apuraron en la Procuraduría General de Justicia para elaborar el escrito por el que se determina ejercer acción penal contra los Xicale, pero agrega dos delitos más y otras doce personas en la acusación –los hermanos Tlachi, liberados hace varios meses por el juez cholulteca que encarceló a Adán y Paúl acusados de los mismos delitos, y los diez integrantes del movimiento Cholula Viva y Digna sobre quienes pesan órdenes de aprensión desde el mes de octubre de 2014.

El jueves 23 el juzgado simula un careo entre los presos y sus acusadores funcionarios del ayuntamiento de San Andrés. Adán y Paúl son llevados esposados en la batea de una pick up de la policía, pero los funcionarios encuentran excusa para no hacerse presentes.

El viernes 24 se consigna la averiguación ante el juzgado.

El sábado 25 el juez libera las órdenes de aprensión.

El domingo hasta la justicia descansa.

El lunes a las 4.52 el diligenciario notifica a los presos Xicale que hay un nuevo proceso en su contra y que de nada servirá el amparo federal que ordena su liberación a más tardar las 9.30 de la mañana.

A las 9 de la mañana, a las puertas del Juzgado Penal de Cholula, su hijo Josué y la pequeña multitud de parientes y amigos de los Xicale y de Cholula Viva y Digna esperan la liberación de los detenidos.

No soy el único que vive en la ingenuidad.



Justicia expedita contra los presos políticos. Foto de Juan Pablo Dircio (Jobsi).

 

A las 9 de la mañana estoy en la explanada del juzgado de San Pedro Cholula. Sí, peco de ingenuo, creo que Adán y Paúl Xicale saldrán libres en un rato. También lo creen las personas reunidas y que esperan a las puertas del tribunal. También lo cree Josué Xicale, hijo y hermano de los presos, abogado él, explica a los asistentes la situación hasta ese momento: el cumplimiento del punto tercero de la sentencia de amparo ordena la liberación inmediata para este día lunes 27 a las 9.30 de la mañana. Su único delito, dice, fue defender la Pirámide de Cholula y el cerrito de Los Remedios.

 

 

Esta mañana los cholultecas dejan a un lado las consignas políticas. Aquí en San Pedro se canta, se reza y se confirma que para este pueblo no hay más justicia que la divina. Una por una las voces van dando testimonio de lo que significa para ellos estar en este momento frente al juzgado. Destaca la consigna Cholula, ciudad sagrada, la corean animados de un entendimiento antiguo, fundado en centenares de procesiones al cerrito de Los Remedios. Para ellos no hay pueblo mágico que valga.

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La plegaria de Doña Fany. Foto de Mundo Nuestro.

 

Su plegaria no es un desatino ante el juzgado.

 

 

Le dicen Doña Fany, y ahí viene, menudita, a tomar el micrófono. No hay equívoco con ella. La hemos visto subir al cerrito con la misma firmeza con la que recorrió las calles del centro de la ciudad de México en una manifestación de poblanos contra las acciones represivas del gobernador Moreno Valle. Pero ahora está aquí para confirmar que el movimiento cholulteca tiene raíces profundas, que difícilmente entenderán los espíritus tecnócratas que dominan los escritorios gubernamentales.

Doña Fany. Foto de Juan Pablo Dircio (Jobsi).

 

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Son las 9 de la mañana también en la cárcel de San Pedro. Adán y Paúl Xicale son llevados a la rejilla para que se les tome su declaración. Está presente un abogado de oficio, a pesar de que desde hace meses están acreditados sus propios abogados defensores. Ahí, en ese momento, se enteran de las nuevas órdenes de aprensión. Por primera vez escuchan las tres acusaciones (despojo, daño en propiedad ajena y delitos en contra de funcionarios públicos), y el concepto de despojo en hipótesis de perturbación.

 

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Josué Xicale explica el nuevo proceso 323/2015 por el que se mantiene en la cárcel a su padre y hermano, Adán y Paúl Xicale. Foto de Juan Pablo Dircio (Jobsi).

 

A las 11.15 de la mañana Josué Xicale sale con un oficio en la mano. Toma el micrófono y nos dice que tiene una noticia buena y una mala. Unos segundos después entiendo que la buena –el juez dicta auto de libertad por falta de elementos para procesar por los delitos graves de despojo en contra de la presidencia, daño en propiedad por los espectaculares en el periférico y ataques a las vías de comunicación y a la seguridad en los medios de transporte—también es mala, pues les confirma el auto de formal prisión por los delitos de motín y daño en propiedad ajena en contra del ayuntamiento, que alcanzan fianza.

“Vienen la malas noticias”, dice Josué.

Lo escucho entonces exponer que hace unos minutos les tomaron declaración a Adán y a Paúl, y que ya están corriendo el plazo de las 72 horas que la ley establece para el dictado de formal prisión. Es el proceso 323/2015.

Escucho por primera vez que en Puebla existe el delito de despojo en hipótesis de perturbación. Me obligo y encuentro en internet, ahora mismo en mi celular, el Código de Defensa Social del Estado de Puebla, y en él la tipificación del delito de despojo.

Artículo 408.- Se impondrá prisión de tres meses a tres años y multa de cinco a cincuenta días de salario: I.- Al que, de propia autoridad, y haciendo violencia o furtivamente, o empleando amenaza o engaño, ocupe un inmueble ajeno o remueva o altere sus límites o, de otro modo, turbe la posesión pacífica del mismo o haga uso de él, o de un derecho real que no le pertenezca;

Pienso en el proyectista que en las próximas semanas elaborará el amparo que seguramente el juez federal otorgará a los Xicale. Está probado, y así lo dice la sentencia de amparo que ordenó su liberación para las 9.30 horas de hoy, que no hay elementos para inculparlos. “En ningún momento se probó la alteración de límites –dirá la nueva sentencia--, en ningún momento se ocupó el inmueble que ocupa la presidencia municipal de San Andrés Cholula, en ningún momento se turbó la posesión pacífica…”.

Josué Xicale no juega con las palabras: “Ya fueron absueltos –dice--, y la ley establece que una persona no puede ser juzgada dos veces por el mismo delito.”

Turbar… Perturbar… En ese enredo de la lingüística pienso en el gobernador Rafael Moreno Valle, su vuelo por el serpentín en el que se condensa la historia del avilacamachismo en Puebla. Y en ese revuelo de palabas recuerdo que dios ciega al que quiere perder.

 

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El mensaje de Adán Xicale por celular desde la cárcel de San Pedro. Foto de Juan Pablo Dircio (Jobsi).

 

A las 11.20 Josué da paso a la voz de su papá desde el CERESO de San Pedro Cholula. El celular pegado al micrófono. No es la primera vez que el preso político se expresa así desde su reclusión. El mecanismo opera y la voz de Adán se escucha clara, al principio firme, y en un momento, crispada hasta las lágrimas. Aquí mismo, en Mundo Nuestro, presentaremos su mensaje completo.

 

Por ahora recupero algunas de sus frases.

 “Estamos en la cárcel en una actitud de indignación”

“Nos fabricaron delitos que no cometimos.”

“Esta nueva orden de aprensión, por los mismos delitos, y por los mismos hechos por los que el juzgado federal declaró que no existe el delito de despojo, el mismo ministerio público no dice que volvimos a cometer el delito de despojo en su hipótesis de perturbación. Pero este delito no existe en la ley, porque o es despojo o no es despojo porque  no hay ocupación con el ánimo de apropiación. El juez federal determinó que no hay despojo. Sin embargo, con la intención de reprimirnos dictan este nuevo auto de formal prisión.

“Lo que pretenden hacer con esta nueva orden de aprensión y su ejecución es intimidar al pueblo, a la gente, que ya no proteste, si nos golpea el gobierno, callar, aguantarnos, agachar la cabeza porque no vamos a poder hacer nada contra el gobierno.”

“Pero yo, Adán Xicale, y mi hijo, Alejandro Paúl, vamos a aguantar el encarcelamiento, porque sabemos que somos inocentes. Pero no cejen ustedes, no dejen de luchar, no se callen, no agachen la cabeza. Recordemos todos los cholultecas que tenemos la razón, la justicia en nuestra mano, defendimos nuestra identidad, nuestros usos y costumbres, por eso estamos encarcelados”

“Les invito a no estar tristes, los convoco a que conviertan esta tristeza se transforme en un coraje ciudadano en donde ni el cansancio, ni el hambre, ni el sufrimiento lo apague. Y que estas lágrimas que pudiéramos derramar las transformemos en energía, porque vamos a triunfar.”

Luego hablará Paul. No oculta el llanto. Tiene razón Ani Ashwell: el gobierno de Moreno Valle le ha destrozado la vida. Con sus palabras haré una nota aparte.

 

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Hospital en tiempos de Porfirio Díaz, cárcel cien años después. Foto de Edmundo Gutiérrez.

 

A las 12 del día la marcha deja atrás la explanada-estacionamiento del juzgado penal en Cholula. Caminamos hacia San Andrés, pero de camino nos detendremos en el penal de San Pedro.

La voz de Josué Xicale en el altavoz logrará superar el paredón con su reja y llegará a los Xicale. Me pregunto si se dirigirá a Adán como si estuviera junto a él, pero Josué permanece neutro, explica a los que escuchan en la calle lo que ya todos sabemos. Imagino a Paúl, con sus 24 años, llorando, como hace un rato lo escuchamos desde el celular. También me pregunto yo cómo pueden dormir los que lo tienen ahí.

La cárcel encierra a setecientas personas, un número cinco veces superior a la capacidad con la que originalmente se pensó el penal, en los años ochenta. Dos mantas con el logo del gobierno estatal disponen las reglas para las visitas, y apunto vestuario, alimentos, tóxicos, valores  entre otras instrucciones para cumplirse si quieres entrar al inframundo.

Pienso en las palabras de Adán Xicale cuando observo la fachada de este edificio en piedra y ladrillo, con sus columnas que soportan el vestíbulo: la justicia expedita para los presos políticos que guarda contra la somnolencia de los legajos amontonados en el juzgado. A la derecha descubro el archivo del penal, con un funcionario ocupado en la pantalla de su computadora; es un cuartito de cuatro por dos tapizado de expedientes. Son las averiguaciones previas, me dice el hombre. No, imposible saber cuántas hay, pero las hay abiertas desde 1970. No, el sistema no funciona, no están digitalizadas, pero si quiero saber cuántas son, debo ir al Instituto de Control y Estadística. Cuántos inframundos oculta el Estado.

Mejor regreso al vestíbulo. Siguen los discursos a los presos desde el plantón. En las bancas aguardan tres o cuatro mujeres con sus niños; la puerta –una reja resguardada con un espejo--, se abre y cierra sin descanso; cuatro carretillas esperan ingreso con chicharrines y frutas para los anaqueles de las tienditas que bajo concesión de veinte mil pesos más cuotas semanales detentan algunos reos. La historia conocida de todos los ceresos: los funcionarios que controlan la vida y la cobran, los reos que imponen la ley del más fuerte y la cobran, no se puede vivir allá adentro sin dinero, todo se cobra, todo lo tienen que pagar los internos, la comida, la tele, las visitas íntimas, las visitas familiares, los trámites, las audiencias, las actas de internación, las consultas médicas, los permisos para tener negocios dentro del reclusorio, las presas prostitutas…

Ahí adentro están Adán y Alejandro Paúl Xicale. Y el presidente auxiliar de La Resurrección. Y muchos otros que, como ellos, tampoco han cometido delito alguno.

Descubro una vieja placa en mármol perdida a un lado de las mantas. Cuánto dice de la sociedad en la que nos hemos convertido:

1810-1910

Hospital Hidalgo

El óvolo de todos los hijos del Distrito

ayudó a la prosecución de las obras

de esta Casa de Beneficencia.

Cholula, Septiembre 16 de 1910.

Junta Central del Centenario



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