Minutos antes de las siete de la tarde numerosos artistas poblanos ilusionados por la beca de 40 mil pesos que el Instituto Municipal de Arte y Cultura de Puebla –IMACP- ofreció en diez categorías, se dieron cita en el “AGoGó” bar para conocer por fin los resultados, luego de una posposición. El bar lucía abarrotado de artistas y bebedores despistados que no hallaban la razón del súbito éxito del lugar. Veinte minutos después de la hora acordada los presentes se movían con impaciencia. Para calmar los ánimos los organizadores se dispusieron a regalar caleidoscopios (como manera de expresar una forma “distinta” de ver el arte, nos enteramos después) y a correr la especie de que en la entrada del bar había comida gratis.
Media hora después… nada de nada; a los cincuenta minutos el staff pareció agitado, ¿qué ocurría?, ¿por qué no comenzábamos?, así es, estábamos esperando a la directora del IMACP, quien a la misma hora inauguraba una exposición de Bonsái en el Palacio Municipal y, a la vez, debía entregar los resultados de estas becas en un bar, sin poseer el don de la omnipresencia. Desde luego, todo actor gubernamental tiene claras sus prioridades políticas para deliberar a dónde llegará tarde. Aquí, claro.
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