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No hay un solo 5 de Mayo. En Puebla estamos atados a una gesta que no deja de tener sentido dentro de esa compleja y peligrosa línea de los nacionalismos. Y Francia fue nuestra referencia en la construcción de un sentimiento nacional. En el día de nuestro festejo más reciente, miles de sus ciudadanos marcharon y se plantaron con toda la fuerza de la masa decidida en La Bastilla y en contra de las políticas que han arrasado con el Estado de bienestar europeo. Es un pueblo que no deja de buscar derroteros mejores para sus ciudadanos. Jean-Luc Bertet es un periodista francés que escribe para el portal Partí de Gauche. Foto de portada, A. Coskun, tomada de Partí de Gauche. Tomado de la revista en línea Sin Permiso con la autorización de sus editores. |
El domingo 5 de mayo 180.000 manifestantes, justo un año después de la elección de Hollande, tomaron de nuevo la Bastilla. Desde allí, la marcha se encaminó hacia la plaza de la Nación, pasando bajo un Arco del Triunfo donde podía leerse: “Juntos hasta la Sexta República”. Vuelta a una jornada de respuesta radical ante la política de austeridad y de capitulación y primer acto de soberanía popular en marcha para la refundación necesaria de la República.
Había en la plaza de la Bastilla un perfume de fiesta popular este domingo día 5 de mayo. Las calles de Lyon y Daumesnil fueron ataviadas con banderines verdes del PG (Partido de Izquierda) o rojos del PC (Partido comunista) que colgaban de los árboles. Todo apuntaba a que, pese a las jornadas festivas, se congregaría un gran número de gente. Y la hubo, celebrando un doble aniversario: el de la apertura de los Estados Generales en 1789 y el del ascenso al poder, un año atrás, de un presidente socialista tres el desastroso lustro de Sarkozy. 180.000 manifestantes que tomaron la Bastilla para mostrar su indignación debido a la capitulación de François Hollande de cara al Medef (Movimiento de Empresas de Francia) y a la Comisión Europea, además de la negativa a rendirse sin condiciones presentada como única práctica posible y reclamando un cambio de política y de nuevas instituciones.
Muchos manifestantes se acercaron a las filas de ciertas organizaciones del Frente de Izquierda antes de las 13h., amontonándose de buena gana y con humor, pero radicalmente críticos, en torno a la Columna de Julio. Un gran número de personal de limpieza tuvo que salir para limpiar los restos de aquella estación, mientras las pancartas se respondían las unas a las otras. A Hollande le recordaron sus promesas incumplidas y la decadencia de la Quinta República. No se anduvieron con rodeos aquellos que pedía a gritos “¡Vuelve, Robespierre!”, mientras que otros, parafraseando al filósofo griego Heráclito, afirmaban “Sin esperanza no se encuentra lo inesperado”. Figuras como el Che o Chavez adornaban camisetas en las que se leían slogans inspirados en el grupo HK&les Saltimbanks “¡No dejamos nada de nada!”, insignias por una Sexta República o frases del tipo “A Chérèque le gustan los chupachups del ANI” (clara referencia a la canción Les sucettes, cuya doble lectura sexual puede adivinarse). También “Cuando la injusticia se vuelve ley, la Resisitencia en un deber”… Vemos, pues, una muchedumbre en movimiento en pos de una nueva república, pero donde cada cual podía hacer oír su modesta opinión.
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