• Sergio Mastretta/Fotos de Joel Merino
  • 15 Enero 2015

“¡Avanzar, avanzar, al gobierno aplastar!”

La consigna proviene de una mujer muy joven, con un vozarrón que avasalla todos los demás gritos.

Es de Verduras, me dice una señora en sus cincuentas, muy orgullosa de la potencia de los pulmones de la muchacha. Y por un instante la imagino en alguno de los pasillos del Mercado Hidalgo ofertando sus jitomates. Sigo su voz decidida y contemplo en ella la historia de una ciudad que por más que expone en puentes, rascacielos y centros comerciales su modernidad a fuerza de espectaculares en inglés looking for de best amenities para la breve punta de la clase media alta, no puede hacer a un lado la lucha de clases.

La escena se ha repetido decenas de veces en los últimos cuarenta años. Muchas de las mujeres que veo entrar al zócalo el martes 13 a mediodía eran niñas cuando Simitrio encabezaba los plantones frente al palacio municipal en los años setenta. Es la 28 de Octubre, la única organización popular independiente de todo partido político que ha sobrevivido a la decisión del Estado de Puebla representado por siete gobernadores de desaparecer todo ánimo opositor ni organización de masas fuera de las siglas del PRI.

Ahí está el 28, como le decían en sus primeros años, en masculino, alertando de su raíz indígena originaria, una vez más, protestando. En femenino, el griterío: las marchantas, las verduleras, las vendedoras de flores, marchan en filas largas que alargan la columna, con un orden añejo, anterior a los recurrentes cambios de pavimentos y luminarias en la Reforma. ¿Qué ciudad es esta que nada más no las entiende? ¿Qué gobernantes tenemos que nada más logran sacarlas a la calle a mentarles la madre?

“¡Esta marcha va a llegar al Distrito Federal!”

Y allá irán el miércoles en caravana, decenas de camiones paralizarán la caseta de Texmelucan, y estarán en Bucareli en plantón a la misma hora que Moreno Valle nos cuente su historia.

“¡Presos políticos libertad!”.

Y allá denunciarán un sistema de justicia que en Puebla en estos últimos ochenta años no es más que un instrumento al servicio del gobernador en turno.

La historia de siempre con los ruidos propios. Y en el principio y en el final, Simitrio, hoy de 56 --tenía 15 en 1973, cuando los granaderos expulsaron una noche a los ambulantes de ese enredo campesino-mercantil que mantenía inundado de puestos el perímetro del Mercado de La Victoria--, detenido a la mala en diciembre, amenazado en enero con encadenarle cuarenta años más a su sentencia que cumpliría este 15 de enero, justo el día que los gobernadores eligieron hace tiempo para mirarse entera y colectivamente a sí mismos en el espejo de la seguridad que da su poder autoritario y soñarse eternos e iluminados.


Foto de Joel Merino.

 

Ahí estoy en el zócalo, admirado de la resistencia de estas mujeres que se hacen viejas en sus puestos, hechas a los modos inescrutables de sus líderes. Cuarenta años tengo de verlas. Cuarenta años de contar los modos irreparables de los políticos poblanos. El pueblo --ese abigarrado territorio organizado a pesar de todos los esfuerzos por exterminarlo y que resume tianguis y machete, altoparlantes y asambleas en los galerones de un mercado semiconstruído, semidestruido, pero irremediablente vivo-- contra el poder que toma cuerpo cada sexenio y que se reinventa a sí mismo con nombres propios: Moreno Valle, Bautista O’farril, Toxqui, Jiménez Morales, Piña Olaya, Bartlett, Melquiades, Marín, Moreno Valle.

En 1973, el desalojo y el arranque de un combate que duraría más de diez años hasta que Jiménez Morales construye los mercados Hidalgo, Morelos, Zapata, Independencia, Zaragoza, la patria en andadores verduleros, la única gran inversión pública para el aliento de la economía proletaria. La única y la última.

En 1989, con Mariano Piña Olaya, la represión gubernamental que aprovecha los errores y excesos de la organización que encabeza Simitrio (los taxistas golpeadores, las vecindades tomadas, por ejemplo), y encarcela al dirigente con acusaciones armadas exprofeso (narcotráfico, armamento exclusivo del ejército, etc) y le suman más 150 años de sentencia que se reducen a 12 y al paso por penales de alta seguridad, en los mismos penales que no retuvieron al Chapo Guzmán en el 2001.

En 1995, con Mario Marín Secretario de Gobernación de Manuel Bartlett y el asalto granadero al mercado Hidalgo, balaceras de por medio y pedrizas de una masa encabronada contra la cristalería del Palacio Municipal.

En el 2001 la liberación de Simitrio con Melquiades Morales, con el beneficio de libertad preparatoria  --y aquí transcribo lo escrito por el abogado Samuel Porras en e-consulta (http://e-consulta.com/opinion/2015-01-14/simitrio-el-derecho-al-revesi) “respecto a la sanción de VEINTICINCO AÑOS CON SEIS MESES de prisión, que le impuso el Juez Quinto de Defensa Social de los de esta Capital, dentro del proceso número 113/89…, concedido por acuerdo del Titular del Ejecutivo del Estado. Desde esa fecha permaneció, en cuanto a su libertad personal, a disposición del poder ejecutivo que le impuso, entre otras obligaciones, la de: 9.- Observar una conducta intachable en forma permanente. Apercibiéndole que en caso de incumplimiento de alguna de estas obligaciones, será motivo suficiente para la revocación de su libertad y su reinternamiento al Centro de Readaptación Social que se designe por la autoridad competente.”

Un cuchillo en el cuello y la prohibición de poner un pie en la ciudad en los siguientes cinco años. Simitrio regreso en el 2006, llevó una vida dirigente tras bamabalinas. Hasta el año pasado, en noviembre, cuando encabezó por primera vez en treinta años una manifestación a este zócalo. El contexto: Chalchihuapan, Cholula, Canoa, y más complejo aún, Ayotzinapa y la rebelión nacional contra Peña Nieto. Tuvo los días contados, hasta el 19 de diciembre, con la decisión de una jueza (aquí una vez más, Samuel Porras):

“Dieciocho de Diciembre del año 2014 dos mil catorce, la Secretaria da cuenta a la Jueza, con el escrito de la Agente del Ministerio Público de la adscripción; a fin de dictar el acuerdo correspondiente. CONSTE”; y, una resolución: “…a 18 dieciocho de diciembre del año 2014 dos mil catorce…se resuelve: “PRIMERO.- Se REVOCA LA LIBERTAD derivada de la quinta fase del tratamiento preliberacional otorgada por el entonces Secretario de Gobernación, por acuerdo del Gobernador del Estado, con fecha 05 cinco de abril del año 2001 dos mil uno. SEGUNDO.- Se libra orden de DETENCIÓN en contra del sentenciado RUBEN SARABIA SÁNCHEZ y/o SIMITRIO ZEMPOASQUELLO ZITLA, para tal efecto gírese oficio al Procurador de Justicia del Estado, para que ordene a quien corresponda de cumplimiento a la presente orden detención, y lograda que sea, lo internen en el Centro de Reinserción Social de esta Ciudad, debiendo informar a esta autoridad de manera inmediata el cumplimiento de dicha orden, a fin de hacerle saber el motivo de la revocación de libertad preliberatoria

Cuarenta años de ver esta historia. Un líder popular independiente en la cárcel. Y no tengo ninguna certeza. Qué Estado tenemos, qué ciudadanía hemos construido.



Foto de Joel Merino.

 

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Observo dos escenas en este arranque del 2015, y las dos me dan el rostro de este Estado nuestro contradictorio y complejo, pero también elemental y definido.

Lunes 5 de enero en la 11 Sur los equipos de trabajo arremeten de última hora contra las estructuras por terminar en las estaciones del Metrobús; en Cúmulo de  Virgo tres cuadrillas de CFE mueven dos postes rezagados en la esquina de la escuela Jalil Gibran; frente al club de golf otra parvada termina de plantar los nuevos semáforos. Los vecinos vemos el trajín y nos preguntamos si algún día alguien tendrá la amabilidad de explicarnos las nuevas mecánicas para entrar y salir de San José Mayorazgo, dar vuelta en Margaritas, encontrar la ruta para ir al centro sin tener que ir a dar hasta la 105 Poniente, si no es que hasta el Periférico. Nada. El gobierno construye con sus contratistas como si no existiéramos los ciudadanos. Y sin embargo, tengo a la vista una acción de gobierno que nada más lleva de retraso veinte años.

Martes 6 de enero en las afueras del CERESO de San Miguel. Es mediodía, el sol calcina como le place en invierno. Es día de visita, así que ahí están las madres esposas hijas hermanas de los reos que se apuran para entrar con sus cargas de alimentos y sus niños de la mano de sus juguetes recién traídos por los Reyes. Un grupo de periodistas observamos a los cinco diputados federales del PRD plantados en la rampa de entrada al penal a la espera de la autorización por el alcaide para su ingreso como observadores de la condición carcelaria de los presos políticos que el gobierno de Rafael Moreno Valle mantiene desde hace varias semanas: los presidentes auxiliares de Chalchihuapan, La Resurrección y Canoa; los campesinos de Chalchihuapan detenidos en un asalto de madrugada por granaderos y judiciales sin orden de aprensión alguna; Rubén Sarabia, Simitrio,  y su hijo Atl Tonatiuh, encarcelados a finales de diciembre también luego de una detención abiertamente ilegal --el primero al salir de una reunión-trampa orquestada por un funcionario municipal y el segundo en la ciudad de México, tras una movilización de protesta por la detención de su padre--. Rita Amador ha entrado unos minutos antes a ver a su marido Simitrio. Los diputados perredistas no tienen respuesta para el interrogante sobre el respaldo que su partido ha dado desde el propio proceso electoral que llevó a Moreno Valle a la gubernatura en el 2010. Parece que eso no les preocupa mayormente, casi como si fueran de otro partido y no de uno que cogobierna con el de los panistas. A la entrada de la cárcel pienso en este gobierno que ha optado sin tapujos por la criminalización de la protesta social y en las contradicciones de esta izquierda mexicana que se posesionó de curules y acuerdos de traspatio con la derecha partidaria.

En esas dos escenas está el Estado, me digo, fiel  a sí mismo.

 

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Intento resumir las maneras de este gobierno poblano que perfila el rostro más público de este Estado nuestro, y lo hago sin dejar de ver el Estado que nos propone Moreno Valle, el de “las grandes obras que modernizan a Puebla”, el “las acciones que lo transforman”, y veo el Metrobús, el puente de la 31, la rehabilitación del desastre creado por el presidente Municipal Luis Paredes en el túnel de la Juárez, o la reconstrucción de la caricatura de periférico ecológico en los cruces de la recta a Cholula y la antigua Federal a México. Es el Estado que han perfilado los últimos seis gobernadores y que se resume en las palabras Angelópolis y pluscalía, la ciudad capitalista fundada en la expropiación originaria de la tierra campesina.

- Es un Estado endeudado, con un gobierno constructor de obra pública con empresas privadas y con recursos provenientes en lo fundamental del mecanismo de endeudamiento conocido como Proyectos de Participación Social (PPS), que para septiembre de 2014 significan ya 15,490 millones de pesos (Investigación de Eudixio Morales y Alejandro Chávez Palma, BUAP. Ver La Jornada de Oriente http://tinyurl.com/m8xmckz), para proyectos como el Museo Internacional Barroco (7,280 mdp, a 23 años, La Peninsular Cia. Constructora, de Carlos Hank Ron), el Centro Integral de Servicios (3,800 mdp, a 24 años, Grupo Técnico Constructor), Parque Paseo del Teleférico (190.2 mdp, sin tiempo especificado, a Ay PP Construcciones CEMS), la Plataforma Audi (2,000 mdp, a 25 años, Construcciones y Desarrollos Inmobiliarios Santa Fe), Procuraduría General de Justicia (158 mdp, a 20 años, a Edificaciones y Desarrollo de Ingeniería), Autopista Cuapiaxtla-Cuacnopalan (1,662 mdp, a 30 años, a Edificaciones y Desarrollo de Ingeniería, Osa-Edificadora y Oceanografía), Estrella de Puebla (400 mdp, a 25 años, a Maurer Germán Wheels).

Este esquema de endeudamiento aprobado por el Congreso local en el 2012 se suma a la deuda acumulada por el estado que alcanza los 5,763 millones de pesos, más la deuda municipal (1,004 mdp), la deuda contingente (2,263 mdp), la deuda municipal a fondo perdido (682 mdp) y las deudas con bancos y proveedores (721 mdp), lo cual arroja una deuda total a ese mes de septiembre de 26,023 millones de pesos. Este endeudamiento contrasta con la disminución porcentual del gasto en inversión pública respecto del PIB estatal, pues cayó del 6.3% en el 2011 al 4.2 en el 2013.

A la vista también, la concentración de la inversión pública federal y estatal en la ciudad de Puebla, con las obras del Metrobús, los llamados viaductos en la 21 Poniente y en la recta a Cholula, las pavimentaciones con concreto hidráulico, la conexión del periférico Oriente con la autopista y el propio Segundo Piso en esa vialidad.

- Es un Estado disminuido, con un gobierno que poco a poco desmantela la actividad como proveedor de servicios públicos, con la privatización del sistema de agua potable, y su entrega amañada a una empresa de Hank Rohn, como el ejemplo emblemático de lo que ocurre en México.

- Es un Estado antidemocrático, con un poder ejecutivo que ha logrado controlar las estructuras republicanas que configuran la democracia: los partidos y el Congreso (ejemplo concreto: la desastrosa reforma a la ley orgánica municipal que desaparece las juntas auxiliares); los órganos ciudadanos electorales, transparencia y derechos humanos (basta analizar el proceso por el que se nombra a los responsables de esos organismos, con el caso muy reciente del CAIP); el nivel de gobierno municipal, su soberanía constitucional;  y el poder judicial, que en decisiones como las que ha tomado en conflictos sociales como Cholula y Chalchihuapan , Canoa, Resurrección 28 octubre confirma su sometimiento.

- Es un Estado autoritario, con un gobierno que ha criminalizado la protesta social y ha violado abiertamente la ley con detenciones ilegales (inexistencia de órdenes de aprensión, ocultamiento de los detenidos por varias horas antes de ser presentados en un juzgado, acusaciones sin sustento).

- Es el Estado de la planeación antidemocrática y de la imposición de un modelo de desarrollo oligárquico, con un gobierno que en sus proyectos deja de lado a las instituciones de conocimiento (las universidades y sus centros de investigación) y cede su diseño y operación a empresas particulares. Los casos abundan: los proyectos industriales (AUDI) en San José Chiapa; los proyectos mineros e hidroeléctricos en la Sierra Norte; de transporte (metrobús, puentes, segundos pisos) los proyectos turísticos (rueda de la fortuna, teleférico, plaza de las 7 culturas) y culturales (museo barroco). En ningún caso los proyectos y obras se han hecho de conocimiento público para su análisis, discusión y enriquecimiento colectivo.

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Ese Estado tenemos. Y qué ciudadanía hemos construido. ¿La representan las verduleras de la 28 de Octubre. ¿Cómo ha resistido una organización mil veces dividida por la acción de gobierno?

No es fácil entenderlo. Se lo pregunto a Rita Amador.

--¿Cómo estás, Rita? --le pregunto ahí mismo entre el borlote de los discursos incendiarios y las consignas. La pregunta le desconcierta.

--Estoy… No sé cómo estoy. El acoso sobre mi familia, sobre Simi, sobre mis hijos, todo me mueve el tapete.

--¿Te arrepientes de todo esto que has vivido?

--No me arrepiento, tengo ánimos. Yo no soy protagonista, Simitrio ha defendido su ideología, yo lo apoyo como esposa. Peleamos por la gente, por defender sus espacios de trabajo. No, no me arrepiento.

--Por qué crees que volvieron a detener a Simitrio?

--Cuando pasó en diciembre, yo no entendía por qué. Este 15 de enero se terminaba de purgar en libertad la sentencia. Luego entendí que no sólo es el gobierno de Puebla, es el Estado mexicano, el que mantiene en la pobreza a la gente, el que tiene temor de Simitrio por su calidad de líder. Pero Simi no generó esta inestabilidad que vivimos, a pesar de que siempre nos han querido ligar con grupos extremistas. No es así.

--¿Y la detención de su hijo Atl Tonatiuh? --le pregunto en el contexto de la acusación de narcomenudeo en el Mercado Hidalgo.

--Eso lo planteó desde febrero pasado el secretario de Gobernación --responde Rita--, y que el hijo de Simi estaba involucrado. Simi les dijo, investiguen. No es nuevo, y desde hace mucho que les dijimos que es en el Mercado Unión donde se dan esas cosas, ahí no venden básicos ni perecederos, sólo usados, y es ahí donde asaltan. En el 2006 lo clausuró el gobierno, desde siempre se le conoce como el hoyo negro. Ellos, con los enemigos de la 28, lo crearon, y desde entonces lo tienen los corridos como Vélez junto con Carlos Talavera. Lo que pasa es que los dos hijos de Simi, Atl y Xihuel son los que han estado al frente de la organización, ellos están en las comisiones Administrativa y Negociadora. Por eso en diciembre se metieron a su casa y sacaron la acusación de tráfico de drogas.

Es Rita Amador, la segunda esposa de Simitrio. ¿De qué vives?, le pregunto. Tiene dos puestos en el área de rodamiento, uno lo renta y en el otro vende ropa; dice que hoy mismo le renunció la empleada, pues ya no aguantó la presión sobre la familia de Simitrio; además tienen tres locales en el mercado, son de sus hijos, dos están en renta, y en otro, el negocio de Rita, la venta de disfraces.

--Mira a la gente --me dice Rita--, está tranquila, pero está muy enojada. Hubo mucho debate estos días, muchos quieren tomar las casetas, cerrar las carreteras, pero la organización ha madurado, hay una dirección colectiva, hay mucho debate. Lo importante es que Simitrio apareció vivo unas horas después de su detención. Tenemos que hacer un plan de acción, porque ellos, el gobierno, están a la ofensiva.Yo he pensado mucho en lo que sigue, sé que no será fácil que salga de la cárcel, que a lo mejor tendremos que esperar a que salga este gobernador, aunque su grupo se puede quedar hasta el 2018.

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Jueves 15 por la mañana. Termino de escribir antes del informe de Moreno Valle. Hace más de quince años que no asisto a uno de estos eventos iluminados para obra y gracia del poder poblano.

Y no dejo de pensar en esta compleja relación que nos explica: Estado y ciudadanía.



Foto de Joel Merino.

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