• Carlos Martínez Domínguez*
  • 05 Marzo 2015
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*Carlos Martínez :D / @rebuscadon es ciclista urbano y estratega de innovación para CADENA (Consejo Ciclista Poblano)

“Una ciudad vivible significa poder llevar a tus hijos al colegio, ir a trabajar, visitar el médico, hacer el súper, salir a cenar y ver una película, jugar con tus niños en el parque, todo sin tener que meterte en el coche.”

Así piensa Jan Gehl, un arquitecto Danés especialista en hacer ciudades vivibles para nosotros los humanos. A pesar de que nos venden el progreso vitaminado como construir puentes y vialidades para los coches, la realidad es que lo más humano es tener ciudades donde utilicemos el coche lo menos posible. Donde vivamos la ciudad a velocidades y distancias humanas. Que el diseño de la ciudad sea a una escala humana.

El progreso debería entenderse de otra manera. Precisamente un ensayo escrito por Elly Blue llamado Bicieconomía nos da una pista de por dónde deberíamos movernos: “Andar en bici no generará mucha riqueza pero termina generando mucho bienestar”. Está comprobando que las ciudades donde se impulsa el uso de la bici mejoran la calidad de vida de sus habitantes. Las que promueven el uso del auto, no. Aquellas comunidades donde el auto domina la movilidad, son las que más accidentes tienen y donde más muertos encontramos.



La realidad de nuestras calles. Foto de Carlos Martínez Domínguez.

Durante años Puebla y México han invertido en un modelo de progreso donde el auto es rey y el resto somos ciudadanos de segunda clase. Basta darse un paseo a pie por cualquier banqueta y nos torceremos el tobillo cada 20 metros. En México se invierte cerca del 80% del presupuesto federal en infraestructura para el auto cuando sólo el 30% de la población utiliza este medio de transporte. El 70% que queda nos movemos a pie, transporte público o bici y recibimos apenas un 20%.

No hay datos fiables de la inversión en infraestructura en Puebla, pero sí sabemos que el parque vehicular en la Angelópolis es de 500 mil autos para una población de 1 millón 500 mil habitantes. Algo no está bien en este modelo inequitativo de “desarrollo”.

Sin embargo, hay veces que el gobierno prueba nuevas cosas pero falla en socializar los proyectos. Aquí empieza una historia con final triste:

El 4 de mayo de 2014 se reinauguró la 25 poniente-oriente con su flamante concreto hidráulico. Sólo que esta vez incluía del lado derecho dos líneas raras para un carril que no era lo suficientemente ancho para un coche. Los ciclistas empezábamos a especular: ¿será un carril de bici? Cuando pusieron los letreros que prohibían a los autos estacionarse en el lado derecho de la calle fue cuando los ciclistas comenzamos a frotarnos las manos.


Lo que pudo ser la 25 Ote-Pte.



La errada socialización de una buena idea. Foto de Carlos Martínez Domínguez.

 

Los medios de comunicación locales encontraron una jugosa noticia para generar caos, desinformación y de paso criticar de a gratis al gobierno. Empezaron a poner en primera plana la voz de la inconformidad de los comerciantes de la 25. Decían verse afectados económicamente, sin dar cifras exactas, por la falta de espacio para que sus clientes se estacionaran. Algunos ciclistas intuíamos que si no hacíamos algo, la ciclovía desaparecería. Fue aquí donde CADENA, el consejo ciclista poblano, comenzó a dar sus primeros pininos. No estábamos dispuestos a perder seis kilómetros de ciclovía por un mal manejo de una buena iniciativa.

El 14 de mayo de 2014 se aprobó en sesión de cabildo el dictamen que instruía a las dependencias correspondientes la implementación de "calles completas” en la 25 y 23 poniente - oriente. Una calle completa es aquella que distribuye equitativamente, a través del diseño urbano, el espacio público entre todos los usuarios. Los ciclistas aplaudíamos que la ley protegería nuestra ciclovía.

Sin embargo no todo es como rodar de bajada. Los grandes comerciantes de la 25 insistieron e insistieron hasta que el 20 de junio el alcalde Tony Gali desafortunadamente declara que la 25 poniente-oriente es una vía rápida y anuncia que se pospone el proyecto de la ciclovía para evitar accidentes y muertes. Los ciclistas nos rascábamos las cabezas. Evidentemente lo que el alcalde entendía por vía rápida no empataba con la realidad. Un ejemplo de vía rápida es el periférico donde la velocidad máxima es de 80kmh. Mientras que la 25, donde el diseño de la calle y las distintas actividades que encontramos ahí, no permiten a los coches  ir a más de 40 km/h. Esta es una calle viva donde los proveedores descargan, los colegios reciben niños y los semáforos mal sincronizados provocan que se transite lentamente.

 

Esta primera derrota vaya que nos dolió a los grupos ciclistas. Perdimos esta ciclovía porque no supimos organizarnos para evaluar el proyecto, informar y educar a los actores, dar seguimiento a la ley pero sobre todo no supimos contar nuestra historia.

 

Y es que resulta que a los ciclistas nos gusta rodar en grupo. En lo que llamamos masas críticas. Hacernos ver y sentir en la ciudad. Gritarle al auto “yo también existo” y de vez en cuando cantar que “andar es bici es lo mejor, porque así no gasto en el camión, no más tráfico, no más smog, yo voy pedaleando hacia un futuro mejor”. Y sin duda las rodadas son divertidas pero por sí solas no van a cambiar la realidad.

 

Es en este contexto que nace CADENA como una coalición de organizaciones ciclistas poblanas que, a través de la ideación, planeación y aplicación de actividades no convencionales, busca fomentar el desarrollo de un ambiente vial pacificado, amigable e incluyente que propicie una movilidad más segura.

Nuestra gran misión es hacer del ciclismo urbano en Puebla una opción atractiva para la movilidad de las personas. Estaremos trabajando para que la gente pueda optar a otras formas de transporte y complementar su experiencia de movilidad.

CADENA quiere ayudar a que en el 2020 las personas en Puebla se sientan llenas de confianza para considerar el ciclismo urbano como una opción más de movilidad. Porque saben que es la mejor opción económica y saludable para ellos pero sobre todo porque reconocen que es una alternativa segura y sostenible para todos.

 

Nuestras primeras actividades como grupo han sido tal vez un poco desorganizadas pero con un claro objetivo: darle voz a los ciclistas de Puebla. Organizamos en julio del año pasado un foro para encontrar junto a gobierno y comerciantes de la 25 una solución a la cancelación de la ciclovía. Queríamos una propuesta donde ganáramos todo. Nuestro planteamiento consistía en una calle completa con espacio para todos. Algunos estuvieron dispuestos a escucharnos mientras otros se negaron. Gobierno y los grandes comerciantes no llegaron al evento pero pudimos escuchar a los ciclistas y los pequeños comerciantes de la zona. Coincidíamos que una calle completa con ciclovía ayudaría a transformar la zona.

 

También CADENA ayudó junto a otros grupos como A Pata y a los encargados del municipio en la reforma del recién aprobado reglamento de tránsito. Buscamos que el nuevo reglamento reflejara una serie de principios inspiradores que garantizaran la seguridad de los más vulnerables que se mueven por las calles: peatones y ciclistas. Estos principios se enunciaban como sigue:

LA CALLE ES DE TODOS

SIN OBSTÁCULOS ES MÁS SEGURO

EL ESTRÉS AFECTA NUESTRA VIDAS

LOS MÁS VULNERABLES SERÁN LAS ESTRELLAS

LA MOVILIDAD DISTINTA AL COCHE NOS BENEFICIA A TODOS

 

Otro evento que ha ido cuajando semestre con semestre es la Rodada Multiuniversitaria. Poco a poco ha ido ganando vuelo y convocando más gente cada vez. La gran bondad de esta actividad es que hacemos rodar a estudiantes de las principales universidades de la ciudad en torno a una temática. Se viene la quinta para el 20 de abril que coincide con el día mundial de la bici.

 

Quiero acabar contando otra historia pero ahora con un final feliz.

 Irma Eunice es una estudiante que quería irse en bici de su casa a la facultad pero tenía miedo de hacerlo sola. No sabía cómo moverse segura entre los coches y camiones. Gracias al programa de PedaleanDos de Bicionudos pude escoltarla unas tres veces en su trayecto. Le iba dando consejos de qué hacer, cómo relacionarse y leer el tráfico, cómo imponerse a los coches para que la respetaran.

A través de estos acompañamientos ciclistas he descubierto gente valiente como Irma y otros “locos” que deciden probar la bici a pesar de lo aparentemente peligroso. Sin embargo, pienso en todos aquellos que no lo hacen porque sienten que no es una opción para ellos. Porque lo ven muy difícil o incluso arriesgado. Eso es lo más triste: que uno no pueda elegir lo que más le conviene por culpa de un ambiente agreste.

La verdad me duele que haya poblanos que no pueden elegir el medio de transporte que más le conviene por miedo, sea bici, caminar o transporte público. Nadie debería sentirse así pero sobre todo nadie debería  limitar sus decisiones por culpa de otros, por culpa de una mala planeación urbana, por culpa de una pobre política pública que beneficia a unos pocos en auto y se olvida de una mayoría que se mueve de forma más humana.

Y es por ello que formo parte de CADENA porque quiero cambiar esta situación. Y como yo hay muchos ciclistas que dedicamos parte de nuestro tiempo libre a CADENA, el consejo ciclista poblano, para que la bici se vuelva una opción real de movilidad segura y sostenible. Porque como dice uno de nuestros cánticos ciclistas “mientras más pedaleo, más me doy cuenta, que la bici tiene la respuesta”.

Carlos Martínez Domínguez

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