• Mundo Nuestro
  • 27 Febrero 2014
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Para construir la galería de una rebelión de los creadores de las artes visuales en Puebla.

Son muchos más de lo que pensaba. Y su mundo está ahí, abierto para su descubrimiento, con una narrativa de formas que han sometido inclementes el lenguaje.  Una comunidad viva y deslumbrante. Y antes de cualquier cosa, muy joven. Y sus obras nos revelan una realidad compleja en la explosión de colores y líneas que la rebasan y la transforman. Una ciudad-estudio que se construye alegre en el movimiento del lienzo en la calle, en el escurrimiento de los esmaltes en el  barro que se moldea para la cerveza en el tarro, en la pared del barrio de la que cuelga una guitarra florida, en la retícula de los pixeles para el poster de una tocada de rock.

Son los artistas plásticos que ante el comportamiento tradicional del ogro patrimonialista se preguntan por el futuro de la cultura que sus ojos retratan. Nos regalan un mundo amable y desprendido, insurrecto y corrosivo, finalmente amoroso. Nuestro.

El miércoles 26 por la noche han vuelto a reunirse. Y en la superficie el obstáculo insalvable, pensáramos, de nuestra incapacidad mexicana para organizarnos con un propósito común y colectivo. Pero en el fondo, transparente, lo que los convoca: la defensa de una política cultural que empiece por reconocer el papel que la plástica tiene en la historia nuestra para la conformación y consolidación de las emociones nacionales.

Y por lo tanto las preguntas recientes  no respondidas. La primera: ¿Cuál es la postura de los funcionarios del gobierno en el área de cultura respecto de la movilización de la comunidad de artistas plásticos en defensa de los espacios públicos para la promoción de las artes visuales?

Y la que sigue, que el miércoles volvieron a proponer: ¿tiene el gobierno un programa de trabajo para la promoción de las artes plásticas?

Pero antes, y que se confirma en la tercera reunión de organización, de la que vuelvo a ser testigo, la conciencia cada vez más precisa de que su trabajo como creadores es precisamente lo que produce cultura. No la acción que el gobierno haga o deje de hacer. Sí la comprensión de las negativas consecuencias que su inmovilidad cívica ha traído para su gremio. Y frases que escucho sueltas, pero que poco a poco arman un discurso: para qué queremos recuperar una galería que nunca ha sido nuestra; ellos tienen el poder y las decisiones ya las tomaron, no pensemos en ellos, no son nuestro referente; apropiémonos de los espacios de la ciudad; construyamos públicos para el arte contemporáneo, vinculémonos con los vecinos, con los ciudadanos; aprendamos a vivir sin pedirle nada al gobierno.

Artistas modernos, ciudadanos.

Arte para todos, es el resumen de dos semanas de discusión colectiva. Y ahí está la gran noticia política de este incipiente movimiento por los derechos de los artistas plásticos poblanos.

Mundo Nuestro presenta una primera galería con imágenes de la obra de un conjunto de artistas plásticos que han decidido enfrentar desde la acción civil a las instituciones culturales del Estado poblano como un derecho y obligación propios. Que cuestionan su política cultural, particularmente la que desde su punto de vista ha dejado de respaldar el trabajo de los artistas visuales. La semana pasada expusimos aquí sus interrogantes.  Y su propósito de construir una acción colectiva en defensa de los espacios públicos dedicados a la difusión de la obra de los artistas plásticos. No ha habido una respuesta formal  más allá de lo planteado por Laura Arellano, responsable de Comunicación Social del Consejo Estatal para la Cultura y las Artes.

Por lo pronto, aquí en Mundo Nuestro, nos proponemos aprender de esta narrativa visual. Queremos mirar con sus ojos el mundo.

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