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Una muchacha recién llegada a Ámsterdam para trabajar como sirvienta tiene un problema de alquiler con su casera, la amenaza con un hacha, forcejean, sucede un accidente y la casera cae por las escaleras rompiéndose la crisma. Ante la muerte, la joven huye llevándose insignificantes objetos; al poco es atrapada y condenada a muerte. Elsje será clavada en un poste hasta que perezca, después recibirá varios hachazos en el cuerpo con el objeto mismo que usó para amenazar a la casera. Una imagen poderosa. El hacha colgada a su lado, su cuerpo abandonado ahí para pudrirse o ser comido por los pájaros. Rembrandt visitó la escena, la muerte, el cuerpo, para plasmarla en un “dibujo impresionante”, perteneciente al sub-género o técnica “Tronies o cabezas expresivas”.

 

Tzvetan Todorov invita a confrontarse con la obra de Rembrandt, tratando no sólo de admirar la perfección de las formas que sugieren el sentido del autor expresado en cada imagen −el aprecio que implica la existencia sometida a la subjetividad del autor− sino también de profundizar en las etapas, rasgos de la vida de Rembrandt, como parte fundamental de los secretos más fascinantes de las actividades humanas: existencia y expresión a través del arte. ¿Cómo se desarrolla la creación de un artista excepcional? ¿Cuáles son las condiciones que posibilitan el surgimiento de una obra destinada a obtener el reconocimiento universal? ¿Cuál es la relación óptima entre vivir y crear? Todorov plantea estos cuestionamientos como entrada al análisis de la obra, representación de “la búsqueda incansable y obstinada de lo bello”, bosquejando una reflexión que oriente hacia el entendimiento de la naturaleza y las condiciones humanas involucradas a través de la creación, de la construcción evolutiva de su historia.

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