“La carta se cerraba con otra larga letanía de empresas multinacionales, entidades colaboradoras y puercos ordinarios que pensaban que todo se puede comprar con vil dinero. Pero a él, un artista independiente que luchaba contra el sistema, no conseguirían doblegarlo jamás. ¡Nunca! La última frase estaba escrita en grandes caracteres de imprenta. Merece por lo tanto, que también yo la escriba en una línea aparte:
FUCK THE REST, I´M THE BEST”
Una carta dirigida para un escritor rumano:
-¿Cómo dice que se llama usted?
- Cărtărescu, Mircea Cărtărescu señor.
- ¡Ah! El escritor…
-¿Y cuál es su asunto?
- He recibido una carta con ántrax.
Así parte el desarrollo de la primera de las tres historias que conforman el libro, en donde el sentido del humor (que justifica y advierte el mismo autor al inicio), la voz narrativa y el personaje principal son el propio Cărtărescu. Un humor que enfrenta la paranoia y el miedo por el famoso ántrax que aterrorizó en todo el mundo por los ataques terroristas de hace unos años. Víctima, a través del correo, de un acto vandálico por parte de un resentido artista danés; mientras la policía incompetente del “triste Bucarest” (enredada en proyectos vagos, en asuntos de disputa maritales y demás detalles referentes al desempeño del futbol local) nada podía hacer para resolver el caso con prontitud y eficacia. Un post-it cuadrado de color azul, que se vuelve emblema en el relato, termina siendo determinante en su desenlace: “Debajo de una revista literaria […] ¡allí estaba! El esperado sobre de Dinamarca […] aquel post-it que ahora era blanco y que contenía el retrato prometido. Aquí tienes estimado lector, el retrato con el que concluyo también yo mi relato J”
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