Estudios demuestran que los ojos son los únicos miembros de nuestra cara que no crecen, lo cual me desalienta. Profética ríe ante tal afirmación.
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Bastian Baltasar Bux[1] relata los peligros de quedar atrapado en la literatura, pero como los lectores estamos locos no nos importan. Fascinados encontramos un mejor amigo en las páginas que a las modas les da flojera leer. Nos enredamos en senderos que jamás nos llevan a callejones sin salida, en ellos aprendemos a volar o a creer en la improbabilidad. Abrimos un libro con la esperanza de escapar de esta realidad; pero lo cerramos con la certeza de que no huimos de ella, la enfrentamos de una manera más bella. “Un capítulo y me duermo.” Es la mentira más grande entre los lectores, por eso tenemos ojeras de tanto soñar despiertos. Nos enamoramos de personajes que sentimos tan reales que llegamos a escribir nuestros encuentros con ellos o en un supremo acto de desesperación lloramos para que las palabras cambien y nuestro querido no muera. Te amo Jack.[2] A todos nos conmueven cosas distintas, tengo una amiga que se vuelve regadera[3] al leer La Mecánica del Corazón, mientras tanto yo soy una fuente al leer Momo. Muchos gritamos cuando alguien nos habla mientras estamos picadísimos con un librazo. ¿Cuándo aparecí en este mundo muggle? ¡Yo estaba en una importantísima conversación con Don Porfirio y su último brindis![4] En profética encuentro un cobijo a todas mis crisis lectoras.
Estar en Profética es una locura. No es lo que unos dirían la librería ideal. En una ocasión cerraron con llave todo el local sin preocuparse si alguien se encontraba adentro. ¿Qué creen? Una pequeña niña leía en su lugar predilecto de la librería, un acogedor nicho perteneciente a la antigua sección infantil, que por cierto ahora es la sección para adultos y nadie le aviso eso a la niña; a pesar de que justo el día que emocionada fue a leer estaban bien surtidos de fotografía erótica… Nadie. También omitieron el detalle de los sillones ¿Quién decidió decorarlos con tantos colorcitos y con el letrero: esta aún es la sección infantil? ¡Me di cuenta que no era la sección que buscaba cuando una señora que me taladro con los ojos y vi una particular portada!
Profética es una amiga para todos los lectores, nos obliga a levantar la mirada; tal vez para leer con buena luz o para ver libros que están acomodados más allá del alcance de mi mano, pero no de mis sueños. Es una ventana en la cual cierras los ojos para al abrirlos echar una mejor mirada al mundo. Es un ecosistema amante de la diversidad que observa la profundidad en cada mirada, no importan las diferencias entre cada par de ojos. Es un maratón, los ojos apresurados compiten contra ellos mismos, ansiosos por descubrir antes que las propias palabras los misterios que esconde cada libro
La incertidumbre de nunca saber que nos sorprenderá esta vez. Percibir mezclas de olores caminar en nuestra nariz. Divisar chiflidos discretos de algún lector. Abrazar el sabor a café bien hecho. Acariciar páginas de libros tan suaves como una bonita lengua. Forman un sentimiento que vive tan alegre como alguien que anda en bicicleta mientras lee.
Me doy cuenta que los ojos no crecen, florecen. Ante eso Profética ríe aún más, pero ahora me uno.
[1] Portador de Áuryn.
2 El último dragón.
3 Lo curioso es que su apodo es Tina.
4 Me gusta variarle a los géneros.
(Ana Mastretta Yanes, estudiante de secundaria)