Indignación, favoritismo, cinismo por parte de algunos profesores, temor a sólo poder tomar un par de materias en una carrera que de por sí es muy larga, esas fueron algunas de las razones que llevaron a los estudiantes de Medicina de la BUAP a tomar la calle en protesta.
Los estudiantes de la BUAP estamos acostumbrados al ajetreo de pedir materias, a la elección entre un horario cómodo o tomar materias con los profesores que uno quiere. Estamos acostumbrados a planear algo, cambiarlo, volverlo a cambiar y al final a resignarnos a que quede como se pueda. Pero los estudiantes de Medicina se la ven más dura.
De todas las carreras que ofrece la universidad Medicina es la más demandada, y es también la que más alumnos tiene. Todos lo sabemos. No es de extrañarse, entonces, que los estudiantes de medicina sean los que más batallan al pedir materias. En dicha facultad se ofertan materias en muchos horarios distintos, muchos salones, muchos profesores, y hay pocas personas asignadas a ayudar a los estudiantes a abrir materias.
La primera semana, conocida como semana de consolidación, se forma una larga fila afuera de la oficina pero la espera no es el principal problema. Lo que realmente frustra a los estudiantes es que, tras esperar toda la mañana, entran algunos que se llevan con los directores o que tienen influencias y a ellos sí se les resuelve, no sólo inmediatamente, sino que sus materias entran todas, en el horario que quieren, con los profesores que quieren. Todo esto lo averiguo en conversación con algunos de los estudiantes que han tomado la calle.
El miércoles por la mañana, ya cansados de tratar de inscribirse lunes y el martes sin lograr mucho, algunos estudiantes decidieron cerrar la calle, hacer pancartas y manifestar su indignación. La gota que derramó el vaso fue que el Doctor José Luis Gándara Ramírez, profesor en la facultad, pasaba por donde estaban formados los estudiantes y les dijo “para que se esperan y se cansan, si ya saben que nomás con contactos se arreglan las cosas, no van a conseguir nada.” Eso me cuenta una de las chicas que protestan con su megáfono.
Toda la mañana y parte de la tarde estuvo cerrada la 13 sur, desde la 31 poniente hasta la farmacia Fleming, resguardada por elementos de vialidad. Algunos estudiantes que ya tenían sus materias iban y venían entre los protestantes, apenas preocupados por ello; otros se unían o se quedaban a ver, algunos maestros eran abucheados al pasar y otros apoyaban la causa. El mismo miércoles en la tarde hubo diálogo entre algunas autoridades administrativas y los estudiantes. El Dr. Gándara dio una disculpa pública durante la cual dijo no haber tenido la intención de desanimar a nadie, y que sólo expresaba su opinión, que no creía en realidad que no fueran a conseguir nada.
Al final de todo sí se lograron inscribir todos, no con el número de materias que querían ni con el horario o los profesores elegidos, pero no hubo opción más que la de conformarse.
Los estudiantes dejan claro, ya con las cosas resueltas, que se puede ver evidencia del favoritismo en la misma página de autoservicio, donde el número de estudiantes inscritos en las materias más solicitadas excede el de los lugares posibles, mientras que aún hay huecos en otras materias. Esto ocurre porque abren un cupo especial a algunos alumnos, mientras que a otros se les señala que aún quedan lugares en otras clases y que no se puede hacer nada hasta que estos no se llenen.