La obra pública como instrumento de propaganda
El proyecto del teleférico en Puebla, al igual que otras obras emprendidas por las administraciones municipal y estatal se han desarrollado sin contar con el conjunto de estudios que pudiesen haber no solo justificado su realización sino haberse desarrollado en las mejores condiciones posibles y con máximos beneficios para el municipio de Puebla.
Siempre es difícil para una administración que comienza contar con los elementos suficientes para determinar los proyectos que deben ser realizados, armar una visión homogénea, coherente y articulada de acciones que se vayan conjuntando en el tiempo y que establezcan la posibilidad de una sinergia que suma voluntades, intereses y distribuye beneficios de manera directa e indirecta sobre los habitantes de un territorio dado, ese es el objetivo inicial de las disposiciones contenidas en la Ley de Planeación que obliga a Presidentes Municipales y Ejecutivo Estatal a elaborar un Plan de Desarrollo.
Pero, ¿qué pasa cuando el propio Plan de Desarrollo carece de esta visión o enfoque y además el responsable de su ejecución añade proyectos que obedecen más a intereses coyunturales y poco a los propósitos del desarrollo? Este es justamente el caso del Teleférico y de otras obras concebidas como instrumentos de propaganda y no como elementos articulados en torno a mejorar la calidad de vida de los habitantes del municipio.
Podrían ponerse diversos ejemplos para ilustrar esta aseveración pero justamente es esta última obra la que ilustra mejor esta situación. Se ha dicho que el dispositivo forma parte de los modos de transportación que permiten mejorar la movilidad y la accesibilidad en el centro histórico, en particular entre dos puntos específicos, el Centro Cívico Cultural Cinco de Mayo y el Centro de Convenciones. ¿Realmente esto es así?
Si este es el caso, ¿cuál es la relación entre este proyecto y el desarrollo de la red de transporte público? ¿De que manera este proyecto se relaciona con las que por su parte y sin ningún orden realiza la autoridad municipal para armar una red de ciclo-vías en el centro histórico afectando la movilidad y la accesibilidad en diversas calles y avenidas del mismo? Hasta ahora no hemos logrado que ninguno de los niveles de gobierno responda a estas preguntas básicas y si en cambio hemos constatado que ninguno de los funcionarios o autoridades puedan de manera coherente explicar las decisiones que han tomado y como estas contribuyen a armar un rompecabezas complejo como los es la movilidad de la ciudad de Puebla a partir de una visión estratégica que apunte a su solución.
Adicionalmente y en sentido contrario a estos propósitos observamos como las obras ejecutadas como las efectuadas en los baluartes conocidos como Fuertes de Loreto y Guadalupe y su área de protección; o la vialidad denominada Viaducto Zaragoza y la del Teleférico destruyen elementos del paisaje urbano que forman parte del patrimonio cultural e los poblanos, como son los casos de la remoción total de los vestigios de la presa de San José, obra hidráulica del periodo virreinal y mantenida durante el siglo XIX y XX hasta el periodo 1963-1966, en que el entubamiento del río de San Francisco la afectaron parcialmente; o el caso de la demolición del edificio del siglo XVII-XVIII provocando daños irreversibles al inmueble y al Barrio del Artista pues la edificación formaba parte de las que circundaban la denominada Plazuela del Factor o de Los Tornos. Cabe destacar que dicho inmueble había sido identificado e incluido en el artículo 4º del decreto de 1977(p.109) y continuaba reportado en el Catálogo más reciente del INAH con la clave CNMH 211140010185, perteneciente al predio con la clave catastral 20035003 y con el Folio 4946. El resultado de estas acciones son las modificaciones significativas introducidas en el paisaje urbano y ambiental en lugares emblemáticos de la ciudad histórica sin que ello suponga un mejoramiento real de las condiciones de funcionamiento del centro histórico en beneficio de los habitantes de la ciudad.