Primera parte
Tlamanca, Zautla, Pue. 21 de noviembre del 2012. Hay rutas cortas para resolver los conflictos humanos. Y si la buscan, no hay manera de que una masa campesina no encuentre la suya.
Hoy Zautla, este municipio enclavado en la cuenca alta del río Apulco, con las treinta y dos actas de asambleas comunitarias muy bien resguardadas en sendos folders por un risueño y bigotón Mauricio Martínez, el presidente auxiliar de Tlamanca, echó de esta cañada a la empresa minera que ha perturbado en las últimas semanas la tranquilidad de sus treinta y dos comunidades serranas. Su respuesta, luego de diez días de ajetreo en asambleas informativas comunidad por comunidad, son las actas comunitarias a las que se suman la de hoy con el rechazo irrevocable a cualquier intento de explotación minera en su territorio y la negativa absoluta a otorgar los cambios de uso de suelo, la de ayer en Tlamanca con la destitución de dos funcionarios municipales (los suplentes del Presidente Auxiliar y el Juez de Paz) acusados de ser “empleados de los chinos”, y con la clausura material de la obra, el cierre con cadena de la carretera a la mina y con el acta final de expulsión de la empresa JDC Minerales, S.A. de C.V.
Todo se reduce a un ultimátum: los chinos tienen 24 horas para desaparecer de Tlamanca. Y ha quedado escrito en un acta que formaliza el acuerdo tomado con la simple mano alzada de más de seis mil personas. Y lo firma con mano temblorosa pero voz decidida Martín Gómez, funcionario de la empresa china JDC Minerales, S.A. de C.V.
“Venimos en buen plan –le dice a la masa que lo increpa--, nos vamos a retirar pacíficamente como ustedes lo están ordenando, sin ningún problema”.
Y tienen hasta las 3 de la tarde del jueves 22 para desaparecer de Tlamanca.
+++