• Sergio Mastretta
  • 13 Marzo 2014
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Intento comprender el comportamiento de los políticos poblanos que en esta temporada nos gobiernan. Y atiendo para ello a lo que acontece con la obra vial que ya se ejecuta al final de la recta a Cholula.

El proyecto del distribuidor en Cholula está aprobado desde noviembre. Lo prueba el oficio del INAH No. 401-A-311-(724-7)-14-00611 firmado por el Antropólogo José Francisco Ortiz Pedraza, Delegado en el Centro INAH Puebla, por el que “autoriza proyecto de modernización del distribuidor vial Cholula según planos sellados por este instituto.”

Y nombra como responsables de supervisión por el INAH a los arquitectos Sergio de la Luz Vergara Verdejo y Jorfe Salgado Tlahuis.

Y autoriza la construcción de un viaducto elevado soportado por estructuras de concreto. Y afirma que “en el caso de trabajos de cimentación y obras de drenaje deberá notificar a la Sección de Arqueología para que realice la supervisión correspondiente.”

Algo más: está dirigido al Arquitecto Federico Bautista Alonso, “Coordinador del Proyecto de Obras e Infraestructuras del Municipio de Cholula”. La fecha es del 11 de noviembre del año pasado.

Federico Bautista, Secretario de obra pública y ecología con Melquiades Morales. Supersecretario de obras hoy con Moreno Valle, sin puesto legal dentro del organigrama del gobierno estatal,  y responsable de los proyectos todos sin que se conozca cuál es su participación oficial: CIS, Teleférico, Rueda de la Fortuna, distribuidores viales como el cholulteca, Museo Internacional Barroco (por el que ya se gastó para su empresa 17 millones de pesos). Por lo pronto, apenas en noviembre, ya tenía un puesto como “coordinador”, cargo al que formalmente le dirigen la autorización para realizar la obra por parte del Instituto Nacional de Antropología e Historia.

¿Con ese documento “se apega a derecho” la obra en Cholula?

Y más: ¿Con ese documento se puede preguntar formalmente por la función que cumple Federico Bautista en este régimen? ¿Qué clase de funcionario es? ¿A quién, más allá de Rafael Moreno Valle, rinde cuentas?

Pienso en esos apellidos: Moreno Valle y Bautista. Y no dejo de pensar en el proceso de formación de un político, y muy a la mexicana me digo “estos traen escuela”.




La autorización del INAH para el distribuidor vial en Cholula.

 

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¿Cómo valorar una acción de gobierno y al funcionario electo que la impulsa? ¿Por lo que hacen o por lo que dejan de hacer? ¿Por lo que hacen y no dijeron que iban a hacer o por lo que no hacen y en su momento prometieron? ¿Cuál es el vértice desde el que se mira el resultado de una democracia?

Y a la vista la contradictoria imagen del régimen de Moreno Valle:

¿Sus resultados se miden en metros cuadrados de concreto en la calle y en los distribuidores viales? ¿O en los interrogantes no respondidos sobre las licitaciones inexistentes y con esquemas de financiamiento por empresas de particulares que esconden deuda pública no avaladas por el Congreso?

¿O por aplaudir la construcción del Metrobús --una acción estratégica de Estado lamentablemente retrasada veinte años-- se debe dejar de ver la manera en que procede el contratista de la obra que tala indiscriminadamente truenos y cierra calles durante semanas sin otra planificación ni auxilio vial sistemático e inteligente que el que dejan ver los hombrecitos con chaleco, casco y banderola amarillos toreando el tráfico?

¿Y se debe ver la llegada de Audi al llano de San José Chiapa meramente por los empleos generados sin vislumbrar lo que se le viene a esa región campesina con una industrialización brutal muy a la manera de lo que conocemos por el entorno caótico de la planta Volkswagen?

¿Y el extraordinario y vital parque ribereño --con el parque lineal incluido-- sin el manifiesto abandono de la estrategia de recuperación de la cuenca alta del río Atoyac expresada en la parálisis de la operación de las plantas de tratamiento en Texmelucan y Puebla?

¿Y el relumbrón anunciado del Museo Internacional Barroco --una vez más proyectado sobre terrenos que tienen como uso de suelo establecido en ley el de la reserva ecológica-- sin el reclamo fundado y argumentado por la comunidad académica de historiadores de la ciudad de Puebla por el sinsentido museográfico que representa un “edificio emblemático” como el proyectado?




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“Por sus obras los conoceréis”, rezan los antiguos. Así que trato de comprender la acción de este gobierno con lo que ocurre en Cholula.

“Lo vamos a construir. Tendrán derecho de dar su opinión, sin embargo la decisión está tomada, está apegada a derecho y así como lo hicimos con el viaducto Zaragoza vamos a construir este proyecto en beneficio de los ciudadanos.”

Leo la declaración de Rafael Moreno Valle en una nota de prensa y no dejo de preguntarme por la escuela en la que se han formado los hombres del poder en México. Y más en concreto, los gobernadores de Puebla.

Unos vienen de los pueblos más recónditos y nos cuentan que dejaron su pueblo en medio de una tormenta, y su trayectoria de cargos y sí señor lo que usted diga confirma que se hicieron por sí mismos; otros han pasado por los sótanos y las secretarías particulares de las secretarías de Gobernación y estuvieron atentos al soplar de los vientos y vieron rodar y cortaron cabezas y escalaron y treparon cuando la democracia mexicana se resumía en la frase priista de “el pueblo me favoreció con su voto”; muchos presumen sus grados en las aulas con polainas de Nueva York y han recuperado su orgullo por ser tecnócratas y se reportan como fieles discípulos de la meritocracia y han comprendido hace mucho que la democracia es una paleta que se chupa al son que se canta en una campaña publicitaria que nunca será auditada; y no faltan los que dejan a sus cortesanos describirlos como miembros de un grupo del viejo y poderoso priismo, el que no se ha ido, que se reprodujo a fuerza de cambiar la piel del discurso .

Y los que se miran al espejo y encuentran a sus padres y a sus abuelos desde siempre mandando en México.

Así que todos traen escuela, me digo muy reflexivo, pero sigo sin comprender en dónde se les ha formado a todos tan estrictos para hacer desde el poder siempre lo que han querido.




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Regreso a la frase provocada por el descontento contra el distribuidor vial en el que se ahogará en concreto el final de la recta a Cholula. Suena a aquel viejo adagio de nuestro añejo autoritarismo: “Callad y obedeced, que para eso son súbditos.”

Y luego atiendo a la marca sobre los descontentos: “Los grupos que se oponen al proyecto son los mismos que se opusieron a la construcción del Distribuidor Vial Zaragoza en el 2011.”

La declaración es del gobernador Rafael Moreno Valle. En su camino, una vez más, las historiadoras y antropólogas que pararon el Teleférico. Y que le recuerdan que la ley también está de parte de nuestro pasado histórico, y lo hacen valer en ese desbarajuste que la metrópoli ha arrojado sobre la más antigua de las ciudades habitadas de América. Pero el viaducto Zaragoza finalmente no llegó al centro histórico. Y tampoco el Teleférico. Los amparos valieron. Y en ellos piensan quienes ahora se oponen al distribuidor. Y a la historia van por sus fundamentos.

Pero el político se desliza en el caracol del poder: Ya lo decidí, la ley está de mi parte, el proyecto se va a hacer, y es en beneficio de todos.

“Porque le estoy cambiando el rostro a Puebla.”

Por lo pronto se lo quiere cambiar a Cholula, y una vez más con un distribuidor vial que deja muchas dudas sobre la eficiencia en la resolución de los conflictos que provocan en las urbes el hecho simple del exceso infinito de los automóviles. Y la pregunta resiste: ¿es esa la mejor solución al desbarajuste con el que se encierra y arranca Cholula?

Pero juntito, en la misma fila del “hágase y luego pregunten”, está el Museo Internacional Barroco. Cuestionado severamente por los académicos más serios en México, “el proyecto” también va, con un costo anunciado de mil trescientos noventa millones de pesos. Y también a cargo del “proyectista” Federico Bautista, con una empresa a la que ya se le han pagado 17 millones de pesos con el contrato SR/ADE/SI-20130014 adjudicado a la empresa Estudio Arquitectura.

Y también tiene su frase fastuosa este museo: “Es el proyecto cultural más ambicioso del estado, y de los más importantes a nivel internacional”.

Pero la pregunta persiste: ¿es la mejor solución a la ausencia de una verdadera política de desarrollo cultural para el estado de Puebla?

Para la escuela de poder no valen esas preguntas. Pienso nuevamente en la escuela que ha formado a nuestros políticos. ¿Por qué repiten tanto el “porque lo digo yo”? Van y vienen gobernantes más o menos risueños y abrazadores, más o menos adustos y exquisitos, más o menos ellos mismos, sin aprecio por la traza política, siempre con los mismos cortesanos y el máximo gasto en imagen.

¿De dónde les viene esa lógica del poder obnubilado?

 

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Dos videos para valorar la acción de un régimen. Y para plantar de fondo la pregunta por el sentido del progreso. Dos videos que nos confrontan con la realidad cholulteca pero también con lo que en la práctica puede significar la palabra democracia.

Uno, realizado aparentemente por el gobierno y su constructor, con el logo que lo identifica: “Acciones que transforman”. Otro, realizado por la organización civil Cholula en bici, que con el lema “Pueblo mágico sin tráfico” ha llevado adelante una campaña en la red en contra de la construcción del distribuidor.

Ambos hay que mirarlos:

 

Video “Acciones que transforman, Distribuidor vial Cholula”





Video “Pueblo Mágico sin tráfico”


Son dos mundos enfrentados.

Imagino a los arquitectos con su maqueta digital, muy animados construyendo el puente con el horizonte desnudo, como una computadora sin cables, como un valle sin volcanes, sin cerros, sin pueblos, sin pirámides, sin el desbarajuste de perspectivas visuales, sin iglesita en el cerro ni fumarola en el Popo, y con tres o cuatro automóviles felices y sin peatones. ¿Para qué quieres poner peatones si esos en la realidad tampoco existen para los creativos animadores. Lo presentaron a sus jefes, qué chingón se ve, mano, les va a encantar a los señores, seremos la comidilla en skyscrapercity…

Imagino a los muchachos de Cholula en bici haciendo las cuentas del costo de los puentes en el monumento al Taco, en Zaragoza, en el boulevard del río. Los veo filmando a los peatones --aquí sí existen los peatones-- que dan ejemplo de la realidad que no aparece en las maquetas, afirmando que el distribuidor no es la única alternativa para solucionar en nudo terrible con el que empieza y termina Cholula, cuestionando que no haya licitaciones…

Es el poder que decide por sí contra la acción civil que lo objeta. Y pienso que no son solo los puentes y los arquitectos, el tráfico y los peatones. No son sólo los fundamentos históricos y arqueológicos del entorno de la pirámide cholulteca. En el fondo está la manera en que los mexicanos nos relacionamos unos con otros a través de la organización social que nos hemos dado. El Estado que tenemos, el proceso democrático y la manera en que se toman las decisiones que nos atañen a todos.

Y la escuela de la vida en la que se formaron nuestros políticos.

 

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¿Qué mueve a un político? ¿En qué escuela aprende a tomar decisiones? ¿Se responde con un simple “viene de la tradición de la familia revolucionaria”? ¿Y por qué se repite con panistas y perredistas?

Veamos la escuela, y no me refiero a la académica, sino a la de la vida real. Hago memoria de los últimos treinta años. Invento monólogos que me ayudan a explicarme estas personalidades.

Mariano Piña Olaya en los ochenta, el compañero de banca --para nuestra desgracia- del entonces presidente Miguel de la Madrid, con su corte de opereta guerrerense, con los militares y su fusta para la represión del encono popular organizado desde las amas de casa en los barrios y los ambulantes del 28 de Octubre, con la autopista Atlixcáyotl y la más turbia de las expropiaciones a los campesinos de Tlaxcalancingo y Santa Clara Ocuyucan. Y las tierras a remate entre los empresarios que alegremente se dejaron embaucar. Y para la memoria la rapiña, el notario de Tecali, el efectivo con el que los empresarios pagan cada metro expropiado a los cholultecas por  los funcionarios.

Manuel Bartlett Díaz en los noventa. A él también se la debe un presidente, y ahí viene para Puebla. A un lado plebeyos, que traigo la grandeza para la provincia provincianos, incapaces ustedes de pensar y soñar. Y ésta sí es una expropiación con todas las de la ley, que para eso traigo a la Federación dueña de almas y subsuelos campesinos. Y aquí está el proyectista Mackenzie, para que no me tachen de pueblerino y nacionalista, con sus 34 millones de dólares pagados para que se proyecten fideicomisos atlixcáyotls y sanfranciscos y avenidas ecológicas para los autos torrenciales y centros Angelópolis para que no se tengan que ir a McAllen y autobuses con puertas por todos lados para que se acalambren en la 11 Sur y plantas de tratamiento para desenmugrar sus ríos y fuerza pública para someter a los descontentos de que jalemos el agua desde Nealtican. Y ni me pregunten después por el caos del transporte en la 11, ni por las vialidades alrededor de Zavaleta simplemente porque el futuro y lo que pase después de mí no tiene que ver  con mi ideología.

Melquiades Morales para el salto del siglo y el regreso al self made man político. Ese sí poblano genuino, con tantos compadres que ha sido su propio padrino. El mundo reducido a mil abrazos antes de comer y para el final del discurso, igual en alguna barranca de la Sierra Negra que en el Club de Empresarios de la capital. Abraza y luego averigua, que los trajes de seda no se arrugan. Abraza, y recuerda nombres, que nada queda si averiguan.

Mario Marín y el festín de la conquista, que para algo se nace en algún páramo perdido de la Mixteca y se repite como un rezo en el altar de la patria que Benito Juárez no sólo no debió de morir sino que para resucitar nació. ¿Que no oyen el clamor del pueblo? Y háganse a un lado que ai les va García Ramírez. Y la chequera abierta en Comunicación Social, porque para sobrevivir al escarnio del precioso hay que dar de comer a los perros.

Buena escuela. Y más si se produce la propia. Y la ves mejor desde las aulas gringas y las oficinas para la ingeniería financiera. Gobierno es igual a despacho. Y en grande. Pensar en grande, que la vista alcanza, que para eso se vive en un valle, que para eso reparan las montañas, para saltarlas a brincos de teleféricos y fortunas de mi principal y único proyectista. Porque aquí los arquitectos son los ingenieros furtivos con marca de la iniciativa privada que talan los árboles en la madrugada. Y publicita, utiliza pendones y líneas, micrófonos y segundos, pantallas y escándalos, todo vale y todo pasa por el control de mi auditoría.

 

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Es la escuela de la vida, mano. 

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