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El respaldo del municipio de Zautla a la comunidad de Tlamanca

Segunda parte

 

Santiago Zautla, 7 de noviembre.- ¿Cómo se expresa el rechazo a un proyecto minero en la región serrana? Fueron muchas las voces el miércoles 7 de noviembre en el auditorio de la cabecera municipal de Zautla que lo muestran:

“¡Despertemos, los afectados somos todos! ¡Somos indígenas, tenemos derecho a la consulta!”, ha dicho una alfarera de san Miguel.


“¡Nos organizaremos hasta las últimas consecuencias!”, concluyó el Juez de Paz de Buenavista.


“¿Y quién se lleva toda la riqueza? ¿Lo sabe el gobierno? Recuerden que las mafias están arriba", reflexionó el presidente del comité de agua Potable de Huitzilzilapan.


“¡No a la minería, pero no porque sean chinos. No queremos minas, ni de extranjeros ni de mexicanos!”, afirma el director de la primaria de Tlajcomulco.


“Algún día los mineros se irán, y dejarán las sustancias tóxicas, y los pueblos quedarán olvidados”, razona el director de la primaria de Cruz Blanca.


“¿Ofrecen un hospital? ¿Y ustedes creen que ahí van a curar el cáncer?”, cuestiona un padre de familia de Tepeyac.


Pero también una voz crítica, la de la directora del bachillerato Juan Escutia, en San Migel tenexttiloyan: “Aquí debe estar la contraparte, y saber lo que dicen en el gobierno estatal y en el federal. Debemos conocer los riesgos, pero también los beneficios. Nosotros también contaminamos, y por la carretera vemos pasar los camiones cargados de madera de la tala. Gracias a dios tenemos esas minas, si no se explota el oro no dejará ningún beneficio”.

 

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¿Y cómo se construye ese rechazo?


Ya tenemos varios ejemplos en Mexico, pero los de la Sierra Norte, por recientes y cercanos son ilustrativos. Tetela, Ixtacamaxtitlán, Zautla. Más de cien mil hectáreas concesionadas a particulares, igual exploradores canadienses, que empresarios chinos o magnates mexicanos, se traducen en este 2012 en proyectos mineros que poco a poco han sublevado a los serranos.


Por ello, las preguntas son elementales: ¿a partir de la manera de actuar de las empresas mineras, que lo primero que dejan de hacer es informar a la comunidad de su propósito? Sólo hasta que giraron oficios al gobierno federal para exigir una explicación de la presencia de la empresa JDC Minerales, S.A. de C.V, los empresarios chinos se presentaron ante la autoridad municipal.


¿Tiene que ver la política de ocultamiento aplicada sistemáticamente por el gobierno federal, que lo primero que no hace es informar a la comunidad de la intención de abrir a la explotación minera las montañas de los pueblos originarios? ¿Con qué tipo de presidente municipal se esperaba encontrar el funcionario deSEMARNAT en Puebla cuando le dijo: “Usted firme (el cambio de uso del suelo), la empresa ya cumplió con todos los requisitos”?


¿Por qué no informa la SEMARNAT inmediatamente a las autoridades de los pueblos que se han concesionado el subsuelo sobre el que habitan? ¿Por qué no les presenta con detalle las propuestas contenidas en las manifestaciones de impacto ambiental? ¿Porqué son inaccesibles los resolutivos? ¿Por qué hay que buscarlas MIA con lupa en internet? ¿Por qué los ciudadanos nos vemos obligados a convertirnos de la noche a la mañana en conocedores de reactivos químicos y molinos de piedra? ¿Por qué los responsables en el gobierno federal nos obligan a estudiar las consecuencias negativas que para el medio ambiente puede tener un compuesto casi alquímico o cantinflesco, el Xantato 343, presentado por los chinos como la maravilla que evita el uso del cianuro en la lixiviación minera? ¿Por qué se siente tan ausente el Estado? ¿O tan presente a la hora de impulsar proyectos industriales sin tomar absolutamente en cuenta a los habitantes y propietarios de las cañadas de oro?


En la ausencia de respuestas se explica la movilización social en la Sierra de Puebla contra los proyectos mineros e hidroeléctricos que promueven funcionarios federales y estatales para las corporaciones mexicanas y compañías trasnacionales.

 

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Fueron muchas las voces que respaldaron el rechazo a la minera china en la comunidad de Tlamanca. Y una a una tomaron el micrófono este miércoles 7 en el auditorio en la cabecera municipal. Acababan de ver un video que relata las consecuencias de las explotaciones a cielo abierto en Centroamérica. Allá están en el punto extremo. En Zautla, las autoridades locales se han encargado de hacer valer el derecho a la consulta que por principio de cuentas no promueven las autoridades estatales y federales. No lo han hecho en ninguna de las regiones afectadas por los proyectos mineros en Ixtacamaxtitlán, Tetela, Zacatlán, Ahuacatlán, Ahuazotepec, Xilotepec, etc. Pero aquí en Zautla han realizado tres reuniones en Tlamanca, y la del miércoles en la cabecera municipal involucra a los representantes de las treinta y dos comunidades en esta región de la cañada del río Apulco.


El video es largo, y a ratos monótono, pero la concentración del público que abarrota el auditorio es intensa. Yo estoy sentado frente a la multitud, por lo que es inútil torcer el cuello para seguir lo que ocurre en las imágenes que se proyectan en la pared. Así que observo los rostros serios, contenidos en sus emociones. Y tengo tiempo para el ensueño: que las televisoras mexicanas transmitieran en horario nocturno cualquiera de los videos que pululan en youtube sobre la brutalidad de los proyectos mineros a tajo abierto y lixiviación con cianuro. Pero vuelo más: que muy pronto no serán necesarias, todos iremos armando poco a poco nuestra propia cartelera en la computadora, y los relatos periodísticos serán amenos y comprometidos con la realidad de cada persona, por ejemplo la de estas familias serranas ocultas desde siglos por sus montañas y sus abismos. Sigo los rostros a lo largo del video, y si los encuentro cansados y desatentos nuevos pasajes de la realidad centroamericana los despiertan, por ejemplo con el recuento de los asesinatos en Guatemala de los dirigentes ambientalistas en la región de San Marcos, en el noroccidente del país, respuesta violenta a las movilizaciones contra la actividad de la explotación minera Carlin, de la empresa canadiense Goldcorp. O al final, cuando luego de una retahíla en lengua mam una mujer de San Miguel Ixtahuacán lanza en castellano “la minería a la chingada”, que arranca la risa de los zautleños.


“Eso sí  lo entendieron”, me dice el alcalde Víctor Manuel Iglecias. Y luego, micrófono en mano, a su gente:


“No hay más palabras, eso es lo que sucede con una mina. Y esto es lo que hacemos ahora, compartir información. Los chinos ya llegaron, ya empezaron a repartir dinero. Pero yo le digo a la gente de Tlamanca que no se mortifique, el pueblo de Zautla los respalda, tiene la fortaleza para defender su comunidad, sus familias, su territorio.  Pero hay que informarnos, les recuerdo que información es poder, pero el poder de la gente, para que no nos confundan”.


“Cada quien tiene una mina en su pensamiento”, les ha dicho antes el presidente municipal para invitar a la reflexión colectiva. Y la de cada quien se reflejará en los dichos de quienes toman el micrófono y dan cuenta del pensamiento serrano.

 

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Recojo con detalle las voces de quienes toman la palabra. Pienso que cada quien entenderá este rechazo como le parezca. Algunos desgarrarán las vestiduras del progreso ofrecido por el Estado, otros desdeñarán a las comunidades rurales que como en Zautla no entienden el desarrollo que se les propone. A mí, por lo pronto, me interesa comprender lo que los serranos piensan:


El Juez de Paz de la comunidad de Buenavista hace un resumen: el 25 de octubre se reunieron 60 de los 85 adultos registrados, así que hubo quórum; el tema, análisis del proyecto de mina en Tlamanca. “Después de un largo análisis –dice--, el cien por ciento no estuvo de acuerdo”. Y luego el exhorto a la autoridad municipal: “Que tome en cuenta esta nuestra decisión, y de no ser asi, nos organizaremos hasta las últimas consecuencias”.


El segundo turno es para una alfarera de San Miguel Tenextatiloyan, y va al grano: “Despertemos, los afectados vamos a ser todos. Y no es justo, sabemos las consecuencias que traerá la industria minera. Y el oro no será para Tlamanca, la riqueza se irá a otros países. Y nosotros quedaremos aquí, y qué será de las flores, y de los animales, y de los mantos acuíferos. Es momento de tomar decisión y decir no a la minería, porque no nos quedaremos cruzados de brazos. Entraremos en contacto con otros pueblos serranos para defender el territorio, y somos indígenas, tenemos derecho a la consulta. Demos la lucha legal, pacífica. Y tengamos cuidado con los gobiernos, ellos están coludidos con los extranjeros, desde el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, que vendió cientos de empresas del Estado a los extranjeros. Por eso, compañeros, es el momento de levantar la voz”.


Le sigue la directora de la primaria de Contla: felicita a las autoridades por tener el valor de realizar esta consulta, y dice que la estrategia es la correcta, que la gente está conmovida y motivada a negar la explotación minera. Pero dice también que hay mucha confusión entre la gente, como un teléfono descompuesto. “En Contla estaremos en riesgo. Por eso le pido a la gente que nos organicemos, como los de Buenavista, que ya tienen su acta levantada”.


El presidente del Comité de Agua Potable de Huitzilzilapan, un señor de apellido Dámaso, se acerca a lo indendiario: “Esto no nada más afecta a Tlamanca, pero pensemos en ellos, ¿qué es lo que quedará en unos años? ¿Estará Tlamanca viva? Por eso, que no nos vengan a intimidar, que no porque no tengamos educación crean que pueden venir a matar. Que no nos intimiden, que no nos sobornen. ¿Y quién se lleva toda la riqueza? Zautla tiene riquezas, ¿el gobierno sabe deellas? Recordemos que las mafias están arriba. Hagamos conciencia, luchemos, sin levantarnos en armas. Por eso estamos unidos con Tlamanca, ahora por ustedes, mañana por nosotros”.


Luego viene la voz crítica de la directora del bachillerato Juan Escutia, de San Miguel Tenextatiloyan: “Es importante esta reunión, y por eso felicito al presidente municipal. Ahora, ¿qué piensan el gobierno estatal y el federal? Y nos gustaría que estuviera la contraparte, y todos los involucrados, educación, salud, agua potable, desarrollo rural, y poder platicar sobre los efectos pero también sobre los beneficios. Debemos reflexionar, nosotros también contaminamos, todos vemos pasar los camiones que bajan llenos de madera. Por eso debemos reflexionar y pensar en qué es lo que más nos conviene. Tenemos que estar agradecidos con Dios de que tenemos estas minas, muchos no lo sabíamos, pero tenemos un municipio rico. Pero si no se reúnen las condiciones necesarias ese oro se va a quedar enterrado, y de nada nos va a servir, no nos va a dar ningún beneficio. ¿Y qué va a pasar a largo plazo?, porque desgraciadamente nuestras autoridades ya van de salida”.


Otra mujer, Mary Cruz Hernández Bonilla, Juez de Paz de Ocotzingo, arranca patriótica y nacionalista: “Tuvimos una reunión, ahí se dijo y se recordó, a don Benito Juárez, el respeto al derecho ajeno es la paz”. Y luego explica que hubo quórum, y que levantaron una acta que confirma su decisión: “No se venderá ningún terreno. No queremos que los extranjeros vengan a explotar nuestros territorios. No a la minería”.


Inmediatamente, y muy rápido, la directora de la escuela primaria de Tlajcolulco: “No a la minería, ni de mexicanos ni de extranjeros”.


Rafael Sevilla es secretario del comité de padres de familia de la primaria Miguel Hidalgo: “No a la minería, pero ya sabemos que las leyes están a favor de las empresas mineras, por eso acudamos a los recursos legales. Ya en la comunidad dejan correr los chinos, de manera soberbia, que la van a hacer, queramos o no”.


Julián es director de la escuela en Cruz Blanca, y es escueto: “Las mineras dejarán sus sustancias tóxicas, al final los pueblos quedarán olvidados”.


El director de la primaria en Yanhuiltlalpan es propositivo, y termina de un plumazo con el Estado petrolero mexicano: “Hagamos ahora mismo una gran acta de acuerdo que exprese el rechazo a la minería. Tenemos el ejemplo del petróleo en México, de qué ha servido”.


Y luego un padre de familia de la colonia Tepeyac, en San Miguel Tenextatiloyan“¿Ofrecen un hospital? ¿Y ustedes creen que ahí van a curar el cáncer?”.


Una joven mujer de Tlamanca deja a un lado su pancarta de rechazo a la minera y expresa: “Llevamos ya varias juntas, y el sábado 4 de noviembre una mayoría le dijo no a la minería. Por eso ya hemos recibido amenazas, pero no nos preocupan. Los chinos han hecho de las suyas, algunas personas los apoyan y se han tomado la libertad de llevarlos a un manantial,  ya se conectaron con una manguera gruesa a un manantial… ayúdennos”. Al final, termina llorando.


Remata un profesor de la secundaria de San Miguel con la propuesta que será respaldada por la comunidad: “Tlamanca necesita solidaridad. Yo propongo que hagamos lo más pronto posible una nueva asamblea, pero esta vez en Tlamanca, y que ahí firmemos una acta de rechazo a la minería. Y que vayamos todos, y que se vea una multitud. Invitemos a los medios. Que se vea que Tlamanca no está sola”.