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Por: Sergio Mastretta

Monólogo

“En Texas es más rápido. O sea, teniendo un coyote en donde pasar, o sea, es fácil. O sea, porque ya ellos se encargan de todo. Y aquí pues no tenía nada. No conozco aquí esta área. O sea, conozco un coyote que ya lo descartamos desde hace tiempo porque no trabaja muy bien, trabaja mal, lo descartamos. El único bueno que tenemos es hasta Tijuana. Ahorita lo que estoy pensando es; bueno, ya llegue aquí, pues ya, ya, ya nada más es cosa de dar un paso adelante. Ya tenía yo planeado, o sea, pasar y el ver el modo de cómo cruzar ese reten. Pero ya empiezan a hablar así de que, de que… o sea, como que me está dando mala espina, como que me bajan los ánimos, ¿no?, o sea, todos los ánimos que traía yo para no importarme lo que pase, o sea, ya me lo bajaron. Entonces ahorita estoy así como que, ¿qué hago?, ni una, ni otra. Entonces tengo que buscar mañana a ver quién me puede pasar hasta allá porque tampoco ellos quieren perder su dinero si es que me vuelven a regresar, ¿no? sí, nada más Brownsville. O sea, el asunto es que son personas que nada más te cruzan el río y punto, Esto es todo. No hacen más. Y sí yo consigo una persona que vaya a ser más lejos, esos son los que tienes que buscar bien, y tener contactos para encontrarlos. ¡Uhm!, tengo que buscar, ¿qué puedo hacer? Eso sí. En cualquier momento sabía que iba a ver problemas. Así sea aquí o cruzando, porque aquí luego podemos encontrar muchos problemas. Y pues esto es de resolverlo porque tampoco puedo quedarme con los brazos cruzados. Tengo que estar el sábado en Corpus Christi y hoy es viernes, y mañana ya es sábado. Ahorita, a más tardar el domingo tengo que estar en Corpus Christi. Sí, el domingo Rosa estará en Corpus Christi. Ella sale el sábado para estar el domingo en Corpus Christi. Sí. Trae el equipo de nosotros. Nosotros tenemos un equipo en Nueva York. Ella también es ilegal, igual que yo, pero ya de Corpus Christi para arriba ya no tanto problema. ya no molestan, no, el único reten pesado es aquí en Brownsville. Ahorita voy a ver, quedarme aquí, conseguir a alguien y pues si no, a votarme mañana con los tipos esos que encontramos y hablarle a mi amiga, que venga por mí, y a votarnos. Nos aventamos el riesgo. Pero Tepeyac paga el paso, lo pagan ellos. Por eso es que no quieren tampoco arriesgar nada. Si fuera por mi esos gastos, pues yo me arreglo como sea, ¿no? el chiste es que tengo que estar allá, pero son los gastos de ellos que tienen que pagar y no se quieren arriesgar a gastar dinero. Pero para mí 250 dólares no es nada, es la mitad de mi sueldo que yo lo puedo pagar de volada. No tengo otra cosa que hacer más que seguir las reglas. Te comento, te vuelvo a comentar, sí fuera mi dinero, yo, pues yo rompo las reglas y pago yo mismo de mi dinero, ¿no?, pero yo llevo ya dos meses sin trabajar, ¿qué dinero tengo yo?, no tengo nada.

“Llegar más allá de Corpus Christi, unos 500 o 600 dólares, pero ya hasta allá. Y con contactos, De todos modos, me van a tener que pasar en un carro, escondido, no sé, en el portamaletas. Igual arriesgarse, es igual. Yo pienso que es igual arriesgarse con un pollero y que si nos encuentran en ese reten, tenemos que salir corriendo de volada, a escaparse, o te agarra migración y vas para atrás. Y es igual, pérdida de tiempo y dinero.

“Pero para mí lo más importante es mi esposa, ¿no?. Rosa. Ya la antorcha, yo se que está el grupo y ellos lo pueden sobrellevar, ¿no?”

Garitas

9 de la noche en la garita del puente México Nuevo, de lado mexicano. Una pelotera acompaña a las imágenes de Guadalupe y Juan Diego, cada una de dos metros de alto, con sus marcos dorados, y que han aguantado el ajetreo desde la Basílica de Guadalupe, hace veinticinco días. Los actores: Martín y los muchachos de Tepeyac; Melchor Morán, director del documental que grabamos, Miguel Ángel, Jorge Cravioto, Ives, Rafa Bonilla, del equipo de producción; curas y feligreses de la catedral de Matamoros; guardias y agentes fronterizos; ciudadanos que un día sí y otro también cruzan por el puente, los que desde hace mucho construyen una tercera nación entre México y Estados Unidos, los que antes que ser gabachos o nacionales, son hombres y mujeres de la frontera. Es el último momento de la Guadalupe en México. Por delante, cuarenta días de carrera hasta Nueva York. Cantos y porras. Ruido de autos. Trasiego de los cuadros al ser bajados del camión de Tepeyac. No hay quien cargue las imágenes, pues el equipo de Tepeyac tiene que pasar en el camión. La única alternativa es el equipo de producción de la película. Y Martín, que no tiene papeles.

(Agente de la patrulla fronteriza en la garita): A ver, uno por uno, ¡espérate, peate… peate!, uno por uno. Unos por allá, ¡Perate, perate, perate…! ¿No traes?, hay que regresar. ¿Usted no trae documentos?, se me regresa. ¿Trae documentos para entrar?, pase por acá.

(Martín, que carga junto con Melchor una de las imágenes): Sí, hasta allá se los entregamos a ellos.

(Miguel Ángel, que carga la imagen de Juan Diego): Ahorita finges demencia pinche Martín y te pasas derecho con las imágenes…

(Martín): Sí, verdad.

(Miguel Angel): Es Juan Diego y la otra es la Virgen.

(Mujer, que baja de un auto al ver al grupo de las imágenes): Déjame darle una beso a esa mujer tan linda… (Besa la imagen) Cuídamelos y protégemelos madre mía.

(Martín): Otra vez, otra vez, señora. Es más, acompáñenos de aquí hasta allá, hombre.

(Mujer): ¡Si me dejan, si me dejan!

(Martín): ¡Vámonos caminando hasta allá!

(Mujer): ¡Sí!¡, gracias, gracias, muchas gracias. (grita a sus acompañantes en el auto) ¡Me voy a ir caminando!

(Martín): ¿Es usted devota de la Virgen de Guadalupe?

(Mujer): ¡hay sí, bien devota, me hizo un milagro¡

(Martín): ¿Y dónde vive señora?

(Mujer): Yo vivo aquí en Matamoros.

(Martín): ¿Ahorita va del otro lado, verdad?

(Mujer): Sí, voy al otro lado a ver a mi niña.

(Martín): Se encontró con la virgen.

(Mujer): Sí, me encontré con la virgen, es un milagro. Yo la quería ver, vi en la tele que la estaban pasando y dije: ojalá y me la encuentre. Y me siento bien emocionada de verla, a la madre santísima. ¡Hay qué feliz me siento!, ¡Virgen Santa del milagro de traer a mi niña¡ ¡Virgen santísima, tú que recorres tantos kilómetros, te pido de favor que me entregues a mi hija, ¡ella está tan lejos mamita!, ¡Oh, santo Dios! Ahorita, ahorita que ya se pasen, déjame ir a aquí! ¡Nunca pensé!

(Melchor, que carga la imagen con Martín): ¿Tiene familiares en Estados Unidos señora?

(Mujer): Sí, tengo mi hija en Florida.

(Martín): Vámonos despacio, despacio aunque sea, pero llegamos.

(Mujer): Pensé que ya iban a pasar. Pensé que no iba a tener oportunidad de verla porque nada más la veo por la tele.

(Martín): Pero ya, mire…

(Mujer): Ya la vi. Dios me hizo el milagro y ella también.

(Martín): Aquí está, y la tiene enfrente.

(Mujer): ¡Ay sí, gracias a Dios que me hizo ese milagro! ¡Va a llegar a dónde está mi hija!. Yo no puedo estar con ella, está muy lejos mi hija de ahí. ¿En matamoros no estuvieron?

(Martín): Sí, llegamos hace rato.

(Mujer): ¿Y hasta dónde va a llegar?

(Martín): Esta noche duerme en Bronswville y mañana sale rumbo a Corpus Christi.

(Mujer): Dichosos ustedes que la pueden seguir y acompañar.

(Martín): No, nosotros nos quedamos aquí, y siguen otros.

(Mujer): ¿Siguen otros?

(Martín): Sí, que ya están allá.

(Mujer): Por donde quiera anda ella.

(Martín, que llega a la mitad del puente. Abajo, el río Bravo corre en silencio): Aquí esperamos. Aquí la ponemos y que vengan ellos por ella.

(Mujer): tSi quieren la llevamos en el carro.

(Martín): Tienen que venir ellos por ella. ¿Pero, quien las va a pasar?

(Mujer): ¡Déjeme despedir de ella!

Aparecen los oficiales norteamericanos. Enfrentan al grupo que viene con las imágenes. Repiten la pregunta que hizo del lado mexicano su colega en la garita.

(Oficial de policía norteamericano, en español): ¿Quién trae documentos?

(Fotógrafo): Van a esperar a los que traen documentos, ellos nada más llegaron hasta aquí. Más que la señora.

(Oficial de policía): Ok. ¿Entonces ustedes no traen documentos?

(Fotógrafo): Yo vengo nomás a la foto…

(Oficial de policía): Ok. Bien. Todos aquí, que están aquí de ustedes, ¿quién trae documentos?

(Fotógrafo): Nomás ella.

(Oficial de policía): ¿Nomás usted señora?

(Oficial de policía): Los que traen, preséntenlos. Los que no traen se regresan.

(Oficial de policía): Ok. ¿Ustedes de allá tras, no traen?, acá, ¿no traen tampoco?

(Martín): Vamos a esperar a que vengan ellos para que…

(Oficial de policía): Ok. La única cosa es que…

(Fotógrafo): Cuatro de ellos se van a quedar aquí con ella, esperando a la gente que…

(Oficial de policía): Sí, te entiendo, sí te entiendo, pero la única cosa es... no pueden, no podemos estar mucha gente aquí esperando.

(Martín): Sólo cuatro, mientras vienen ellos...

(Oficial de policía): Ok, ¿quiénes se van a quedar y quienes se van a ir?, ¿quién?

(Oficial de policía): Los cuatro que están deteniendo ahí se quedan.

(Oficial de policía): Ok. Los demás se van a regresar.

(Fotógrafo): Los demás nos vamos a regresar ya.

(Oficial de policía): Ok. Está bueno. Ponlas aquí, mira, allá en la cerca.

(Martín): ¿Ahí?, mejor aquí las sostenemos nosotros.

(Oficial de policia): ¿Cómo?

(Martín): Las sostenemos nosotros aquí.

(Mujer oficial de policía) (VMP): ¿Si quieres aquí las sostengo yo?

(Oficial de policía): Es que aquí en esta área, necesitamos que las pongan acá porque vaya a venir un carro y vaya a pasar más fuerte

(Martín): Ok.

(Oficial de policía): Ahí contra la cerca, ahí paradas.

(Miguel Ángel): ¿Contra la cerca?

(Oficial de policía): Sí, ahí paradas.

(Martín): Al revés, al revés, al revés, al revés, al revés, al revés, dale vuelta, para que el marco recargue en la porquería esa.

(Oficial de policía): ¡Sale! A ver, la otra enseguida.

(Martín): Si la ponen en el otro para que esta la ponga yo ahí.

(Oficial de policía): Pues enseguida la pueden poner. Ahí va.

(Martín): Yo primero le doy la vuelta. Ahí está. ¡Nosotros las vamos a entregar, no las puedo dejar así!

(Oficial de policía): Ok. ¿ustedes no traen documentos?

(Martín): No.

(Oficial de policía): Van a tener que esperar ahí en la orilla…

(Martín): ¿En la orilla?

(Oficial de policía): Sí.

(Martín): Están grabando ellos, ¿se pueden quedar ahí en la curva?

Oficial de policía): Nada más que no graben para acá.

Martín): Pero cuando vengan a recogerlas, ¿pueden grabar eso, no?

(Oficial de policía): ¿De dónde viene la camioneta?

(Martín): Viene aquí de este lado.

En el interior del camión de Tepeyac. Las imágenes están ya del otro lado. Tres muchachos mexicanos, uno de ellos Martín, platican lo sucedido.

(Chofer del camión de la Asociación Tepeyac): Agarró el borras cuando cruzó la frontera y le hizo así a los gabachos: ¡chinguen a su madre!

(Martín): ¡Ja, ja, ja! No, yo vi otra que pasó y le hace así a México y a Estados Unidos: ¡chingue a su madre, los dos!

(Chofer): ¡No!, es que se iba a aliviar su hija guey, de aquel lado, y no quería ese guey y estaba de allí para acá y cuando cruzó guey, que se alivió de este lado, volteó para allá y que les hace: ¡chinguen a su madre!

(Martín): ¡También, pues que...!

(Miguel Ángel): Ya que queda más que el buen humor, ¿no Martín?

(Martín): Sí.

(Chofer): Qué más queda...