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Fernando Fernández Font no pierde el tiempo en adornos retóricos. Y sus frases que introducen su Informe cercan el campo de la política en Puebla, son luces simples que rompen el desvarío de la retórica del poder. En un minuto el rector deslinda el campo en el que tiende el proyecto académico de esta universidad jesuita.

“Rendir cuentas es un deber...”

“La universidad vive de cara a una sociedad complicada…”

“Asumimos el precio que hemos tenido que pagar por nuestras decisiones…”

“Nuestro deber está con la verdad…”

“Vivimos en una época en la que los sofismas dominan el discurso oficial.”

Sofismas, pienso: artificio, tergiversación, engaño. El discurso político como prueba de una sociedad fallida. Eso es lo que pone en la mesa el rector de la Ibero Puebla para quienes nos disponemos a escuchar la relatoría de su último año de trabajo.

Y entonces se entiende que describa en dos campos la fragilidad del discurso ofrecido por el poder en Puebla:

Sobre los derechos humanos: la violación, “con demasiada frecuencia”, de las garantías individuales.

Sobre la educación: no se funda en los intereses de las mayorías excluidas en México, un país en el que siete millones de jóvenes no pueden acceder a los niveles más básicos de educación.

“La universidad no es ahistorica, eso es ideología pura. En una lucha antagónica tiene que decidir de qué lado está.”

O dicho de otra forma: ¿qué sociedad queremos? ¿Qué universidad necesitamos?

No hay tiempo para el aparato  aquí, en esta mañana en el auditorio de la Ibero Puebla. Hay tiempo, sí, para respirar las frases. Me obligo a leer entre líneas, y tengo a la vista la reciente decisión de las principales universidades particulares en Puebla expresada en el desplegado que cuestiona rotundamente al Congreso local y al gobierno de Rafael Moreno Valle por su postura en torno a las candidaturas independientes: es un hecho histórico, y en buena medida ha ocurrido por la iniciativa de la Ibero Puebla de intervenir en los acontecimientos públicos con la firmeza que da la capacidad analítica y la valentía de cumplir con hechos lo que en el discurso manifiestas como tus valores.

Por primera vez en mucho tiempo, la universidad de los jesuitas no ha ido sola en su ánimo de cuestionar la mala política. La UPAEP, la UDLA, la UMAD, la ANAHUAC, todas han firmado para confirmar que como instituciones no pueden estar al margen. Muchos son los avances en este año par a la Ibero Puebla. Pero sin duda éste no es el menor.

¿Cuál, si no su capacidad crítica, es el sentido fundacional de una universidad en la historia?