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Viajar es moverse. El movimiento es la condición sine qua non de viajar. Pero existen viajeros que, además, son capaces de iniciar con su viaje todo un movimiento. Tal es el caso de Jerónimo Prieto un joven mexicano que ha hecho de su afición al mar algo que rebasa los parámetros de la pasión. Experimentado buzo y excepcional fotógrafo submarino, Jerónimo creó junto con sus amigos Miguel Sánchez Navarro, Alejandro Martínez y Jorge Cervera, una película que ha encontrado pantallas en muchos lugares del mundo: México Pelágico. Un hermoso documental, orgullosamente mexicano, que muestra el largo viaje que emprende este grupo de nómadas marinos en su afán de retratar y compartirnos la belleza y la importancia del mar como ecosistema.

 

Con el reconocimiento de varios festivales de cine en su haber, México Pelágico es una pieza muy bien armada que de manera emotiva y amena nos lleva de viaje a las profundidades, no sólo del mar, sino también a otras más frías y oscuras: las profundidades de un México que todos sabemos que existe y que como sociedad arrastramos cual lastre nacional. Es la profundidad desolada del México voraz en el que la depredación de los recursos naturales pasa por encima de leyes, inteligencia y de cualquier esperanza de sustentabilidad.

 

Los mexicanos estamos haciendo mal muchas cosas, lo sabemos, pero la manera en que atentamos contra el ecosistema marino de nuestros litorales trasciende todo calificativo; es tal vez el ejemplo más elocuente de lo que significa tirar por la borda la riqueza natural inigualable que tenemos como país. Cierto es que no somos el único país que sobreexplota sus mares, pero es el caso que nos toca señalar y, cuanto antes, corregir. Y eso es lo que logra esta cinta con creces.

 

México Pelágico no sólo cuenta con una fotografía espléndida y una música que permite acariciar las sensaciones y emociones del mundo marino, esta película tiene además la virtud de demostrarnos que podemos dejar de ser simples espectadores y ponernos en acción. Que sin dejar nuestros empleos y nuestras vidas citadinas, cambiar México es posible cuando nos atrevemos a dar el primer paso. Cuando nos atrevemos movernos e invitar a otros a acompañarnos.

 

La travesía de Jerónimo y su México Pelágico ha comenzado y no tiene para cuándo terminar. Y lo mejor es que en parte depende de nosotros, porque todos estamos invitados a formar parte de ese maravilloso viaje.

 

Los invito a darse un buen chapuzón. Entren al sitio www.mexicopelagico.org, empápense del proyecto y, por supuesto, ¡vean la película! México Pelágico está disponible en Netflix y en el sitio web hay un calendario con las fechas próximas de exhibición en festivales. Créanme, una vez que se sumerjan en las imágenes de esta historia, querrán ir más a fondo. Clávense, recomiéndenla, viajen al mar y apoyen como turistas o como donantes del proyecto, que hay muchísimo por hacer.

 

Gracias y felicidades a Jerónimo Prieto y su equipo de tritones. Viajes como éste son justo los que necesitamos apoyar en nuestro país.