• Maricarmen Larracilla
  • 27 Mayo 2015
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Contar a México como un país de contrastes, maravillas y conflictos.

Tener la fortuna de conocer un punto extremo de esta tierra nuestra.

Hace unos días visité por razones de familia la ciudad de Ensenada, Baja California. Sin embargo no debía dejar a un lado la oportunidad de hacer un poco de turismo, y ¡vaya sorpresa con la que me encontré!

Ensenada se ubica a sólo dos horas de la frontera, sobre la costa de Océano Pacífico. Sus principales actividades económicas están estrechamente ligadas a sus recursos naturales.

Es un buen destino para los estudiantes e investigadores, cuenta con  importantes instituciones de ciencias y educación, y es actualmente la ciudad con más científicos por habitante de México.

Por ser un indispensable complemento a la producción local de vino, en Ensenada se ha desarrollado la cocina, una cocina diferente, nueva y fresca;  y hoy en día atrae a los turistas exigentes.

A simple vista el paisaje está rodeado de cerro áridos, en la península llueve menos de la tercera parte de lo que llueve en el centro del país, pero resulta que en los desiertos de Baja California habita una de las mayores riquezas naturales.

 

Surf

 

La Bahía de Ensenada fue nombrada Reserva Mundial del Surf por el tamaño y características del oleaje, además de ser considerada la cuna del surf en México. A mí se me da mirar, y por la actividad de los surfistas me asomé a la profundidad de la relación entre México y Estados Unidos en este complejo mundo fronterizo.

  

Foto tomada de baja.com

 

Conservación

 

La primera sorpresa fue el hecho que en toda esa región se asientan distintas organizaciones que trabajan por la conservación, pues Baja California tiene sitios valiosísimos que albergan una gran biodiversidad.

  

Foto de Mariana Mastretta.

 

Una de ellas, con la que tuve contacto es Pronatura Noroeste, A. C., quien trabaja en la Península de Baja California, Sonora, Sinaloa, Jalisco, Chihuahua y Durango; con la difícil tarea de proteger los ecosistemas prioritarios promoviendo el desarrollo social.

En días pasados Pronatura celebró 10 años del valioso compromiso de la Comunidad Maijanú, los ejidatarios a través de una Servidumbre Ecológica están salvaguardando  el santuario de la Ballena Gris, que viene en invierno a reproducirse. Un gran esfuerzo de la población local que cuenta con el apoyo de PRONATURA NOROESTE y la Alianza para la Conservación de La Laguna de San Ignacio.

( https://www.youtube.com/watch?v=ffpSeSqmsrE)

  

Fotograma de video ( https://www.youtube.com/watch?v=ffpSeSqmsrE)

 

Un buen ejemplo de trabajo conjunto entre particulares, organizaciones de la sociedad civil y autoridades, digno de replicarse en tantas comunidades que poseen ecosistemas que deben recuperarse y respetarse!

 

 

Comunidad vitivinicola

 

El Valle de Guadalupe se encuentra a unos 30 minutos de la Ciudad de Ensenada, es un pequeño valle rodeado de cerros semiáridos que captan agua en temporada de lluvias y protegen el golpe del viento logrando las condiciones adecuadas para la producción de uva, olivo y naranjo principalmente.

Hace 30 años aproximadamente los pequeños agricultores decidieron dejar de ser productores de uva que entregaban su producto a Domec y Santo Tomás para pasar a convertirse en productores de vino. ¡Qué afortunada decisión!

Hoy llegan a Valle de Guadalupe grupos de conocedores o no del vino para conocer las vides, los laboratorios y las cavas de estos pequeños vitivinicultores.

Con un clima y viento cálido los propietarios te narran su sueño, su historia, sus dificultades. Te ofrecen una pequeña cata de los vinos que con tanto esfuerzo han logrado sacar al mercado, acompañado de una hogaza de pan y aceite de olivo, también elaborados en su casa, o en la de sus vecinos. Ellos se encargan de recomendar al visitante a donde continuar, a donde comprar mermeladas de naranja y quesos.

En el mismo valle, entre los viñedos encuentras lugares lindísimos para comer y disfrutar una copa de vino.

  

Foto de Mariana Mastretta

El Valle de Guadalupe es un ejemplo bellísimo de trabajo en conjunto. Todos los pequeños y medianos productores tienen un inigualable proyecto común, a partir de la producción de vino están construyendo una cultura del vino nueva para ellos y para todos los mexicanos y esto a la vez  les permite construir una economía horizontal que beneficia a todas las familias involucradas en su proceso –no hay un gran empresario enriqueciéndose del trabajo de otros- . Entre ellos se ayudan, se enseñan, se prestan y se comparten lo necesario. El éxito de cada quien es el éxito de todos! ( http://larutavcc.com/  )

 

Se antoja venir y comprar un pedacito de tierra y sumarte a su proyecto. Pero en Baja California no cabemos todos.  Afortunadamente México es muy grande y con muchísima riqueza. Sí, sí debemos sumarnos a su proyecto pero cada uno en su lugar y su gente, con los productos locales de cada región y ¿por qué no?,  buscar y experimentar otros proyectos y productos que satisfagan nuevas demandas del mercado.

Aquí también se ha desarrollado fuertemente la agricultura orgánica, existen agrupaciones de pequeños productores de hortalizas que ofrecen en mercaditos y restaurantes sus productos cada vez mejor valuados.

Otro bello proyecto es La Escuela de Oficios del Porvenir en Valle de Guadalupe, "La Escuelita", fundada por el enólogo Hugo D´Acosta, un espacio dedicado a enseñar la elaboración de productos de uva y aceituna,  así como a la difusión de la cultura del vino.  Complementando éste trabajo, encontramos en la ciudad de Ensenada “La Contra” tienda que facilita la distribución de los pequeños productores de vino de la región.

  

San Quintín

En este mismo municipio, se encuentra El Valle de San Quintín,  que hace de  Ensenada el segundo productor de fresa en México.

No todo lo que vi es tan afortunado: hace uno días todo el país se enteró de que los jornaleros demandan mejores condiciones laborales, quieren ser tratados con dignidad.

  

Al parecer trabajan para una gran empresa que nos ofrece a los mexicanos y extranjeros fruta fresca de la más alta calidad, la distribuye Superama y COSTCO, sin embargo la gente que siembra, cosecha, selecciona y empaca éste producto es tratada con vejaciones, acoso, mal sueldo y horas extras sin remuneración.

Los trabajadores creen que pueden tener acceso a un mejor trato porque en la misma región existen nuevas granjas pequeñas que ya lo hacen con sus empleados.  Los ejemplos anteriores nos demuestran  concretamente  que los jornaleros de San Quintín y todos los trabajadores mexicanos tienen otro futuro posible.

 

Foto tomada de posta.com.mx

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