".$creditoFoto."

Los mega proyectos industriales en la Sierra Norte de Puebla que ponen en riesgo la viabilidad ambiental y social del territorio serrano-- han generado una reacción civil inteligente y propositiva a lo largo de toda la región. Una movilización que se ha acompañado por una importante respuesta intelectual a través del video, la fotografía y la narración que se ha dado a conocer particularmente a través de los medios electrónicos y que es realizada fundamentalmente por jóvenes.

Mayte G. Bonilla, una joven comunicadora, nos da un ejemplo con esta crónica de estas acciones que en suma explican una dinámica de reflexión crítica y organización social que era desconocida hasta hace muy poco en la sierra. Ella hace periodismo, colabora en distintos medios en el Distrito Federal y Puebla,  actualmente realiza una serie de reportajes sobre el tema. Para entender estos llamados “proyectos de muerte” hay que conocerlos. Por ello, Mayte ha tocado la puerta de la minera canadiense Almaden que lleva años explorando los cerros de Ixtacamaxtitlán, ha ido a escuchar lo que se propone y la versión que le dan a los niños y  los padres de familia. De manera objetiva, con el simple relato de un tour para niños, la crónica expone cómo los mineros canadienses evaden el interrogante sobre las consecuencias de una explotación a cielo abierto. (Mundo Nuestro)

 

 

 

Viaje al paraíso minero que los canadienses prometen en México. “Es una oportunidad de oro”, dicen los geólogos mexicanos contratados por Almaden Minerals a los niños que llevan de paseo, “no venimos a robarles el oro, venimos a trabajar… Nosotros no somos Tetela de Ocampo, aquí no hay bosque, aquí no hay agua... Una mina en un lugar semidesértico como este es una gran oportunidad.”

Hay que hacer este recorrido para conocer cómo venden las empresas mineras sus proyectos en los pueblos campesinos de México. Tours guiados con escolares, profesores y padres de familia de los pueblos rurales en la cañada en la que arranca el río Apulco.

Y si alguien pregunta sobre el significado de explotación a cielo abierto, “puede que sí, puede que no”, dicen los mineros.

 

Almaden: ¿Y quién habla de explotación?

 

Desde hace 3 años la empresa canadiense Almaden Minerals realiza trabajos de exploración en Ixtacamaxtitlán, uno de los territorios más aislados de la Sierra Norte de Puebla. La posibilidad de que se instale una mina a cielo abierto para la extracción de oro y plata en este municipio mantiene en alerta a la población, y ya ha surgido un movimiento de resistencia contra la minería, como ha sucedido con otros llamados megaproyectos de muerte.

 Almaden se presenta así en su portal ante los inversionistas:

“Almaden gestiona sus programas de exploración en armonía con las comunidades circundantes. Aspiramos a marcar una diferencia social positiva en donde vivimos y trabajamos. Mediante el apoyo y financiación de proyectos e ideas que provienen de grupos locales, la educación y el empleo de población local y el respeto a la cultura, la propiedad y la individualidad de las necesidades de cada comunidad, Almaden está comprometida en mejorar la calidad de vida de las comunidades rurales. Trabajamos duro para construir un desarrollo sostenible que se traduzca en relaciones prósperas de largo plazo.”

Mapa tomado del portal http://www.almadenminerals.com/projects.html

 

Con por lo menos quince proyectos en nuestro país, seis de ellos en el estado de Puebla, la compañía extranjera posee la concesión de más de 14 mil hectáreas  en Ixtacamaxtitlán, otorgadas por la Secretaría de Economía.

A finales del 2010 AlmadenMinerals anunció al público inversionista en Toronto que había encontrado una importante reserva de oro en su proyecto bautizado como Ixtaca.  Sin embargo, la exploradora junior, como les dicen en Canadá a este tipo de compañías,  no ha logrado el siguiente salto: que una gran minera del tamaño de Goldcorp o Barrick Gold compre el proyecto, que en su portal de internet presenta como la estrella de sus investigaciones geológicas.

Hasta la fecha la junior canadiense ha  trabajado sin mayor problema en la sierra poblana. En su  avanzado proceso de exploración,  apenas en diciembre presentó una nueva solicitud de permiso ante la SEMARNAT para una nueva fase explorativa.  Sin embargo, la decisión del gobierno federal de condicionar la continuación de los permisos de exploración a la realización de una consulta indígena,  como lo marca el Convenio 169 de la OIT, y que fue el caso para la empresa mexicana FRISCO en el municipio vecino de Tetela en el 2013, abre la interrogante sobre lo que sucederá en Ixtacamaxtitlán.

 

 Llamo a sus oficinas de la ciudad de México. “Quién eres, de qué medio, con qué propósito, envíanos tu curriculum”.  Pero no busco trabajo, sino una entrevista para un reportaje que realizo, así que la solicito. Luego de una semana me llaman para invitarme como observadora a uno de los recorridos guiados que ofrece la compañía.

 

El tour

 

Es en la cabecera municipal donde están las oficinas de Almaden Minerals. Alumnos de la primaria de San Francisco Ixtacamaxtilán, maestros y padres de familia, han sido invitados a la visita que desde hace algún tiempo la empresa brinda a las escuelas de las localidades circundantes.

Solicitada por el director de la escuela primaria, me explica el maestro Carlos Hernández, ésta tiene el objetivo de complementar el programa educativo y que los niños observen la manera en que los minerales son sacados de la tierra.

Los asistentes se acomodan en la pequeña sala de la casa que alberga las oficinas. Entonces, comienza la presentación de Almaden Minerals por parte de algunos empleados, entre ellos el geólogo Daniel Santa María,  Mauricio Chávez, encargado de las cuestiones medioambientales, y otro hombre mejor conocido como Roosvelt, perteneciente al área de desarrollo social de la empresa.

Daniel es quien toma la palabra para contarnos un poco sobre la historia de Almaden Minerals que, dice, trabaja en Ixtacamaxtitlán desde hace 13 años.  Tiene en sus manos los títulos de concesión, para que “la gente no ande diciendo que no tenemos los permisos”.

Apoyado en la proyección de fotografías, el geólogo habla sobre los trabajos  que actualmente se desarrollan en el proyecto Ixtaca.

“El trabajo que hacemos como empresa de exploración es de muy bajo impacto ambiental, porque lo único que hacemos es caminar por todas barrancas (...) Hacemos muestras de suelo, un mapeo regional, reconocimiento de  todos los tipos de piedras que hay en la zona.”

Luego, especifica: “En estos 3 últimos años, hemos trabajado solamente en 120 hectáreas de 14 mil, ¿ustedes saben qué significa eso?  120 hectáreas es un rancho normal aquí en la zona”, dice el geólogo a los presentes, pero ninguno de ellos es dueño de un  rancho.

Y es que pesar de que Almaden posee la concesión de 14 mil hectáreas que declara en su página web, los representantes del corporativo aseguran realizar trabajos de exploración únicamente en 120 hectáreas, situadas dentro de  localidad de Santa María. Esta versión contradice las denuncias que algunos habitantes han hecho recientemente sobre las perforaciones realizadas en La Victoria.

En esta primera parte de la visita también se exhibe el video “Tierra adentro”, que no es precisamente un video dirigido a niños y niñas. Posteriormente los visitantes son animados a hacer preguntas y expresar sus inquietudes, pero ningún pequeño participa. Son los padres, madres de familia y un periodista quienes lanzan algunas preguntas sobre el tema que preocupa a muchos de los habitantes: ¿Cómo y quién llevará a cabo la fase de explotación?

Daniel Santamaría insiste que la empresa se encuentra realizando únicamente los trabajos de exploración: No sabemos qué va a suceder en un futuro”. Y añade: “Para pasar a la fase de explotación hay que analizar una multiplicidad de factores, y depende de la  decisión de muchos otros inversionistas. Sin embargo, no se descarta la posibilidad de sea esta minera la que  realice la explotación:

“Puede que sí, pero puede que no”, es su respuesta.

Actualmente más del 90% de la extracción de oro se hace a cielo abierto, sobre todo en Centro América donde las venas minerales se encuentran muy cerca de la superficie. Este es uno de los de los procesos más tóxicos y agresivos con el medio ambiente, ya que se descapotan los cerros y se usan millones de litros de agua al día. La utilización del cianuro en la etapa de lixiviación ha generado polémica internacional y algunos países europeos han vetado su uso, debido a su toxicidad y los daños que provoca a la salud.

Tomando en cuenta el tipo de suelo, afirma el ambientalista Flaviano Bianchini, fundador de Source Internacional, sería sumamente extraño que la de Ixtaca se convirtiera en una mina subterránea.

 

“¿Y van a utilizar cianuro?”,pregunta tímidamente una madre de familia que levanta la mano.

En caso de que se utilice el cianuro--responde Daniel--, éste no se desecha al río así como así. El cianuro es muy caro, actúa como una especie de imán líquido que atrae todas esas partículas de oro y plata . No queremos perder el cianuro porque no queremos perder el elemento, por lo que éste se recicla constantemente.” 

Aunque ahonda sobre la contención de este veneno en las presas de jale y su utilización en otros procesos industriales, no se menciona nada sobre los accidentes que pudieran ocurrir, como ha sucedido una treintena de veces en el mundo. 

Foto de Arturo Lara, 2014

 

Una mina para ser feliz

 

Después de las preguntas y respuestas, los escolares son trasladados en un camión a la localidad de Santa María, ubicada a unos cuantos kilómetros de la cabecera municipal. Muchos de ellos nunca han salido de excursión, están muy emocionados.

Los empleados de Almaden viajan detrás del autobús, en las camionetas de la empresa. En el camino los saludan algunos trabajadores locales de compañía que pintan los muros de una construcción. Nuestros guías dicen sentirse parte de esta comunidad. Sin embargo, no todos están contentos con su presencia. Fue en este mismo lugar donde comenzó a organizarse el movimiento opositor al proyecto Ixtaca, que poco a poco se ha ido extendiendo a otras localidades.

El tour de las máquinas comienza en la bodega de núcleos, donde se pueden observar los cilindros de piedra extraídos por la máquina barrenadora. Las muestras están a la vista; niños, niñas y adultos “pueden tocarlas, no hay ningún problema”.

Una joven mujer es la encargada de explicar las etapas del proceso de exploración, la prospección, el mapeo, la perforación, etc. Alumnos y  alumnas oyen atentos la plática de Denise, originaria de Guanajuato, que pronuncia muchas palabras poco comprensibles para los pequeños de primero a tercer grado de primaria.

Luego es el turno de la máquina cortadora.

“Por lo que veo utilizan mucha agua --dice una madre de familia que se acerca--. ¿De dónde la sacan?

“Del río de aquí  de Santa María, con esa agua se llena el tinaco”, contesta el operador.

De camino al lugar donde se almacenan los combustibles, nos detenemos para observar dos contenedores de botellas de pet, recicladas por un grupo de mujeres de Santa María.  Los desechos  se venden y las ganancias son para las mujeres, se comenta en la visita.

Este grupo está integrado en su  mayoría por las esposas de quienes ya trabajan en la minera. Al menos es lo que dicen otras mujeres que no participan en este programa.

Los programas sociales que realiza Almaden Minerals, “los cuales están  enfocados en educación, salud y cultura”, también ocupan una buena parte de la visita. Entre ellos se mencionan: la donación de un aparato de ultrasonido, cinco monitores de signos vitales, la donación de 250 sillas de ruedas al DIF estatal, instalación de internet en edificios públicos, construcción de aulas en las escuelas y un vistoso plan de remodelación “con el que se está de pintando de amarillo toda Santa María”, bromean algunos habitantes.

Actualmente la minera organiza un concurso de arquitectura para los alumnos de la UNIDES. 

“Si  tú tienes un pueblo bonito generas un sentido de identidad, y además si tienes un pueblo bonito que tiene una mina, que tiene un trabajo, no tienes que vivir en una ciudad sino en un pueblo que tiene todo lo necesario para ser feliz. Y eso es lo que estamos buscando”, dice el geólogo,  quien a estas alturas se ha convertido en el principal promotor de las bondades que brinda y promete la minera, entre ellas la felicidad.

 

“Empresa responsable”

 

Como empresa que se dice responsable, Almaden, se apega a la norma oficial 120. Mauricio Chávez es el encargado de abordar el tema: 

“La norma establece algunas actividades para compensar al medio ambiente (…) ¡pero la empresa está comprometida a dar más! En ese sentido se están realizando programas de reforestación, para poder compensar al medio ambiente de todo lo que nos da.”

Pero los beneficios que nos proporcionan los recursos naturales y el cuidado que se merecen se tocan de pasada en el tour. En nuestro acalorado paseo se habla más de lo que la industria minera promete:  

“Somos una industria que viene para aportar como lo hace la ganadería y la agricultura (…) Nosotros no venimos a robarles el oro, venimos a trabajar. Esto puede generar un bien para todo el municipio. Pero, ¿de quién depende de que esto realmente se encamine para un buen lugar? De la comunidad, el gobierno y la empresa.”

 

 “Una oportunidad de oro”

 

Los trabajadores de Almaden nos guían cuesta arriba sobre el Cerro del Uno. Así lo conocen los habitantes de Santa María, que se ve pequeñita desde el monte. Existe  un chiste sobre el paisaje que se aprecia aquí. “Le dicen el pueblo de las casas polacas “polque hay una pol´acá y otra hasta  pol´allá, suelen decir.  Y es que en esta zona de la sierra, se observan apenas algunas casitas que se separan por enormes extensiones de terreno, en los que por lo general se siembra frijol y maíz para su autoconsumo. Somos pobres pero felices, no necesitamos más que tierrita y un poco de agüita, acostumbran a decir muchos  campesinos de la región.

Bajo un sol incisivo, caminan los más de 30 niños y niñas seguidos por sus padres y profesores. Daniel Santamaría hace una pausa para destacar la aridez del terreno, invitándonos a  mirar la montaña.

“Nosotros no somos Tetela de Ocampo, aquí no hay bosque, (…) aquí no hay agua. Una mina en un lugar semidesértico como este es una gran oportunidad. Aquí hay mucha tala ilegal que es muchísimo más dañina. Vean el nivel de erosión que hay en este lugar. Este es un terreno que no tiene mucho potencial para otra actividad.”

En este cerro, dicen los trabajadores de Almaden, se han realizado 418 perforaciones, y en nuestro camino se nos muestran algunas de ellas. 

Foto de Arturo Lara, 2014

 

Con un limitado español, una mujer de origen canadiense nos da la bienvenida y explica algo que en realidad nadie logra entender. Daniel vuelve a tomar la palabra y habla sobre el funcionamiento de la barrenadora. 

Frente a nosotros comienza a trabajar la máquina con la que se hacen las perforaciones que llegan a alcanzar hasta 300 metros de profundidad, explica. Nos animan a tocar el agua que se utiliza en este proceso.

“¿No tiene cianuro, verdad?”,  bromea un padre de familia. Algunos ríen.

El operador se baja de la máquina. De corrido, cómo en un infomercial, nos recita los beneficios que dice haber traído consigo la minera. 

“(…) como comunidad, estamos muy contentos y muy agradecidos con esta gente que llegó aquí, porque sinceramente antes de este proyecto no había el suficiente trabajo (…) Más que nada estamos trabajando porque nos hemos dado cuenta de que no es como cierta gente dice que son los proyectos de exploración minera (…) Nos pueden ver, no sufrimos ninguna enfermedad. Cabe recalcar que nuestra comunidad ha ido creciendo mucho, no veo por qué la negativa a este tipo de proyectos.”

 

Hasta ahora se han contratado a 74 personas del municipio, quienes ganan de 300 a 1000 pesos diarios. Los sueldos son bastante atractivos en este lugar con un alto grado de inmigración y muy pocos empleos.

“¿Pero por qué no le dan trabajo a todos?”,pregunta un padre de familia originario de San Francisco.

La división que ya sufren estas comunidades es uno de los primeros conflictos sociales que ocasiona la llegada de las mineras, las cuales generan  posiciones encontradas entre la población.

Daniel interviene, aclarando que también se han contratado a personas de Tuligtic e incluso de la misma cabecera.

 “En un año tendremos 300 o 500 empleos (…), ahora no necesitamos más gente.”

 Luego menciona el consumo local que ellos generan y los empleos indirectos que se producen.

Empleos,  derrama económica y crecimiento son palabras usuales en esta visita. Si bien es cierto que se aborda el tema sobre el aprovechamiento de los recursos naturales, contemplado en el plan de estudios, también es cierto que el desarrollo social y económico que promete la industria minera es uno de los asuntos centrales en estas tres horas  y media.

Con todo ello, Daniel aclara que no tiene la intención de convencer a nadie, sino generar la crítica y el análisis a partir de los hechos. Cierto o no, lo que es un hecho es que se habla  muy poco de la minería a cielo abierto como un posible método de extracción. Tampoco se mencionan las consecuencias que ocasiona a la salud y la ecología.

“No podemos dar información sobre la etapa de exploración porque no la tenemos”, dice el joven geólogo en la visita. A pesar de esto, declara en entrevista:

“Hemos sido muy abiertos, en el sentido de que estamos explorando, y de que sí, en un futuro esto se puede convertir en una mina a cielo abierto,  pero las posibilidades  de que esto suceda son ejemplares con respecto a Zacatecas y a San Luis Potosí, que va a ser muy parecido.”

Faltan unos cuatro o cinco años para que empiece la fase de explotación, calculan los empleados de Almaden Minerals. Pero eso no parece importar mucho ahora. En este momento los niños se amontonan alrededor de la camioneta, peleando por alcanzar una de las plumas con los logos de la empresa canadiense que les obsequian al final del tour.

 

El cuestionamiento 

 

En el paraíso minero todo suena tan bien que dista mucho de la realidad que se vive en la Sierra Norte, donde existen 90 concesiones mineras, y en donde ninguna de las comunidades ha sido consultada hasta ahora. En Ixtacamaxtitlán los habitantes comenzaron a recibir información por parte de la empresa cuando ya se exploraba  el terreno. 

“¿La gente es informada o manipulada?”, cuestiona Alejandro Marreros, originario de este municipio e integrante del Consejo Tiyat Tlalli. El tipo de información que se les da a las escuelas, donde se habla una y otra vez de los beneficios de la minería, despierta aún más la sospecha. Sobre todo cuando “muchas de estas escuelas ya han recibido algunos donativos”, como nos comenta Marreros. Entrevistado en Zautla, en el marco del Encuentro de Pueblos en Resistencia contra el Modelo Extractivo Minero,  admite que la empresa ha dado información  pero ésta “se da de acuerdo a sus intereses, “de hecho han realizado asambleas.  Invitaron al comité de padres de familia de la cabecera municipal, pero no como invitación sino como la cobranza de un favor.”

Para el integrante del consejo Tiyat Tlalli, un colectivo de organizaciones que se ha dedicado, entre otras cosas, a difundir información  sobre las consecuencias de la minería a cielo abierto, “lo que estas empresas hacen  es establecer una relación de reciprocidad, donde ellos aparecen como los donadores. Pero acuérdate que el don, de una manera u otra, se cobra. Esa es su táctica.”

Hay una arrogancia, dice Alejandro, en lo que plantean y prometen las mineras: Es cierto que estas tierras no dan para más,  pero la gente quiere maíz y frijol; es una lógica distinta a la que ellos (los mineros) están planteando. La lógica campesina  no se plantea la acumulación, el desarrollo, el progreso. La lógica campesina se plantea la sobrevivencia, y es desde ahí donde están diciendo, no solamente en Ixtacamaxtitlán sino en los diferentes movimientos campesinos indígenas: Si  la contaminación es desarrollo, si la muerte es progreso, nosotros no los queremos, preferimos seguir siendo pobres.”