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Cuenco y corazón. Dos palabras para pensar en el agua como sustento de la vida nuestra. Ahí está la imagen del territorio que nos alberga. Los arroyos tributarios se desenredan hacia las dos vertientes mayores, la del Zahuapan desde Tlaxcala, y la de propio Atoyac desde la sierra nevada; todo confluye en en una estría que asemeja un dragón: el lago de Valsequillo. En el plano no hay pueblos, no hay ciudades, no se marca el manchón terrible de la metrópoli poblana. La causa de la muerte del río.

La cuenca alta del río Atoyac, una de las tres más contaminadas de México. Es la acción civil la que finalmente ha motivado una respuesta concreta de parte del gobierno federal, que de manera inusitada clausuró un conjunto nueve empresas textiles que arrojan sus residuos mortales sobre el río.

Este es el comunicado que Dale la cara al Atoyac, A.C. dio a conocer este fin de semana en torno a esta medida gubernamental. Hay que leerlo entero. No haremos aquí el resumen. Nunca, para un tema de esta dimensión estratégica, había sido tan importante la acción civil para encaminar el esfuerzo conjunto de la sociedad poblana para corregir sus errores y transformar en serio su realidad.

PDF:
Dale la cara al Atoyac Comunicado de prensa.pdf