• Mundo Nuestro
  • 05 Septiembre 2013
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Por: Mundo Nuestro

Diagnóstico de la situación actual.

México tiene grandes volúmenes de gas y petróleo en aguas profundas y ultra profundas, pero según la Constitución solo Pemex puede buscarlo y extraerlo. En tan solo 8 años hemos dejado de producir cerca de un millón de barriles diarios de petróleo, a pesar de que estamos invirtiendo cifras récord en dicha actividad.

Si Pemex no produce lo suficiente, nadie más lo puede hacer. Tenemos que importar 49% de la gasolina que usamos, es decir, exportamos nuestro petróleo crudo y lo importamos procesado como combustibles. Lo mismo ocurre con el gas, la producción de Pemex es insuficiente, por lo que se importa 33% del gas que consumimos. Además de esto, 65% de los petroquímicos que se consumen a nivel nacional provienen del extranjero.

Hoy en día, el régimen fiscal de Pemex está sustentado en un esquema de derechos rígidos, los cuales se determinan sin reconocer plenamente las necesidades de inversión de la empresa. Una visión estrecha que solo funciona como generadora de ingresos públicos en el corto plazo.

Por eso debemos fortalecer la exploración y extracción de petróleo y gas, así como la refinación y la petroquímica nacional con la participación de empresas particulares, para asegurar que tendremos combustibles suficientes y a precios justos.

Reforma energética propuesta por el gobierno de Enrique Peña Nieto

La reforma propone que el Gobierno de la República otorgue contratos de utilidad compartida a Pemex y empresas privadas para extraer petróleo y gas; en petroquímica, transporte y almacenamiento de petróleo, gas y sus derivados.

México se encuentra ante una oportunidad histórica con la posibilidad de emprender una Reforma Energética, capaz de transformar y elevar la calidad de vida de todos los mexicanos. Gracias a las innovaciones tecnológicas globales y a trabajos de exploración se han detectado vastos recursos que se encuentran en aguas profundas, cuya explotación era técnica y económicamente inviable. Para ello se requieren tecnologías de vanguardia, conocimientos especializados y una Reforma Energética de fondo.

Los objetivos de la reforma son el desarrollo de la industria petrolera bajo la rectoría del Estado y el desarrollo de un sistema eléctrico nacional basado en principios técnicos y económicos, siempre bajo la conducción y regulación del Estado.

Mejorar la economía de las familias, aumentar la inversión y los empleos, reforzar a Pemex y a CFE, que seguirán siendo empresas 100% de los mexicanos y 100% públicas. Reforzar la rectoría del Estado como propietario del petróleo y gas, y como regulador de la industria petrolera.

La Reforma busca obtener mejores resultados bajo condiciones competitivas en las actividades de refinación, transporte y almacenamiento, permitiendo que empresas privadas participen bajo la regulación del Gobierno de la República.

El país se quedará con la renta petrolera, es decir, todo el beneficio que se obtenga de la producción de petróleo y gas, después de que se pague en efectivo a las empresas por sus costos de operación y de capital, acorde con reglas predeterminadas y transparentes. Además, todas las empresas deberán pagar los impuestos y regalías correspondientes.

La Reforma prevé permitir a Pemex y CFE acompañarse de socios nacionales e internacionales para realizar nuevos proyectos, sin poner en riesgo nuestro patrimonio; que particulares participen en las actividades de refinación, petroquímica, transporte y almacenamiento de petróleo y gas, así como sus derivados, cuando así le convenga al país.

Hay mucho petróleo que se encuentra en lugares más difíciles de alcanzar, que requieren de tecnologías, experiencia y más inversión para poderse extraer, pues los proyectos para extraer el petróleo en aguas profundas (con profundidad mayor a mil 500 metros) son muy costosos y muy riesgosos.

No podemos exigirle a Pemex que haga todo y que lo haga solo, y donde no pueda actuar con eficiencia nadie más lo pueda hacer. Nos conviene que otras empresas compartan con el Gobierno de la República los riesgos de extraer el petróleo y gas que se encuentran en zonas que no se han estudiado.

Se contempla que el Artículo 27 de la Constitución vuelva a decir lo que el Presidente Lázaro Cárdenas que estableció en dicho Artículo que la ley reglamentaria determinaría la forma en que la Nación llevará a cabo las explotaciones de esos productos  y dispusiera de ellos. En la Ley Reglamentaria correspondiente, el Presidente Cárdenas estableció un modelo de contratación con el sector privado a través del cual se permitía su participación en las actividades de exploración y extracción de petróleo y gas natural, así como los mecanismos de participación privada para refinación, petroquímica, transporte y almacenamiento del petróleo y gas y sus derivados.

La Reforma Energética permitirá la concentración de Pemex en actividades sustantivas de la industria petrolera, pues elimina las duplicidades generadas al tener cuatro Organismos Subsidiarios.

Los 4 Organismos Subsidiarios actuales de Pemex se integrarán en dos Divisiones: Exploración y Producción, enfocada a la extracción de hidrocarburos y Transformación Industrial, orientada al procesamiento del petróleo y del gas en combustibles, petrolíferos y petroquímicos.

Se mantendrán las áreas actuales de Administración, Finanzas, Operaciones, Jurídico, y Tecnología de Información y Procesos de Negocio. Se crearán las áreas de Procura y Logística para tener mejores condiciones de compra, mayor transparencia y comunicación eficiente con proveedores, así como aprovechar sinergias y da transparencia en los costos de movimiento y almacenamiento de hidrocarburos.

En la Reforma Hacendaria, se establecerá un nuevo régimen fiscal para Pemex que le permitirá un pago de derechos más bajo y un remanente de ese pago de derechos para ser reinvertido en la empresa o transferida al presupuesto para emplearse en escuelas, hospitales, infraestructura de agua o carreteras.

La reforma establece que el Gobierno de la República conduzca las actividades petroleras, ampliando las capacidades de la Secretaría de Energía y de sus órganos desconcentrados, la Comisión Nacional de Hidrocarburos y la Comisión Reguladora de Energía.

La Política de hidrocarburos buscará lograr tasas de restitución de reservas probadas de petróleo y gas superiores a 100%; incrementar la producción de petróleo de 2.5 millones de barriles diarios actualmente, a 3 millones en 2018, y a 3.5 millones en 2025. En el caso del gas natural, la producción aumentaría de los 5 mil 700 millones de pies cúbicos diarios que se producen actualmente, a 8 mil millones en 2018, así como a 10 mil 400 millones en 2025.

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