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Mundo Nuestro. La movilización social en la Sierra Norte de Puebla expone la profundidad que alcanza ya en México lo que llamamos sociedad civil organizada en defensa del territorio de los pueblos originarios, pero también activa en la construcción de un futuro fundado en los valores comunitarios. Podemos entenderlo con el trabajo realizado en los últimos cuatro años por la psicóloga Vanesa Carsolio (Peritaje psico-social del proceso de defensa del territorio en Tetela de Ocampo). Este resumen presentado el pasado sábado 21 de noviembre en el foro informativo “¿Dónde estamos parados?, da cuenta de uno de los procesos civiles más importantes en la historia reciente de Puebla: la construcción del sujeto colectivo llamado Tetela Hacia el Futuro.

 

Vanesa Carsolio es Licenciada en Psicología con maestría en Psicología Social de Grupos e Instituciones por la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco.

 

 

 

El Proyecto de Exploración Espejeras impone un modo de vida a los tetelenses, lo que violenta su modo de vida actual. A partir de dicha confrontación se generan múltiples procesos de resignificación en los tetelenses. Para dar cuenta del impacto psico-social generado por el proyecto Espejeras, se realizó un peritaje en materia de psicología social que incluyó a hombres, mujeres, jóvenes y niños tetelenses.

 

Desde el análisis realizado, damos cuenta de dichos procesos en tres ejes: La resignificación del vínculo con la Naturaleza, la fragmentación y reconstrucción de los lazos colectivos, y la construcción de alternativas al desarrollo en base al futuro deseado por la comunidad.

 

Inicialmente, el imaginario de los tetelenses entorno a la minería ignoraba las características y consecuencias específicas de la mega-minería, por lo que en algunos tetelenses, la idea generó expectativas respecto a la generación de empleos y el crecimiento económico local. Después de que las consecuencias de la mega-minería son difundidas en la comunidad, la mega-minería para los tetelenses vendrá a significar "muerte". Dicha significación es clara al renombrar el proyecto Espejeras como: Proyecto de muerte.

 

En los dibujos elaborados por los niños de la comunidad, encontramos repetidamente elementos que vinculan la muerte de seres vivos humanos y no humanos con la mega-minería. El concepto de muerte no se limita a una muerte física pues los tetelenses también hacen referencia a la muerte de sus ideales, sus sueños y sus proyectos a futuro; como consecuencia de la llegada del proyecto Espejeras.

 

Se puede afirmar que, ante la situación de riesgo y amenaza de perder los bienes comunes indispensables para su subsistencia,  emerge en los tetelenses una nueva sensibilidad con su entorno, generando todo un conjunto de significaciones y resignificaciones imaginarias vinculadas a los bienes comunes naturales[1].

 

Ahora bien, frente a la minería como sinónimo de muerte aparece en la comunidad el agua como sinónimo de vida y como representante de los bienes comunes naturales. Entonces, este eje semántico minería vs. agua es común en los movimientos antimineros de Latinoamérica, y en la comunidad de Tetela de Ocampo dicho eje nos permite mostrar que los tetelenses están en un proceso de reconstrucción de su vínculo con la Naturaleza, en aras de una relación no predatoria y de profundo respeto con todos los seres vivos.

 

Si bien es cierto que el impacto de los proyectos de extractivismo minero es diferente en cada etapa. Esta afirmación, no descalifica los argumentos de la comunidad tetelense que analiza el proyecto en su totalidad y por ende, elabora significaciones de las consecuencias generales de la megaminería, pues de entrada, la sola planeación de los proyectos impacta en las subjetividades de la comunidad.

 

La fragmentación del tejido social es una consecuencia innegable de los proyectos de extractivismo minero. La polarización entre los imaginarios anti-mineros y los pro-mineros fracturan los lazos colectivos de la comunidad, pero los tetelenses hacen frente a esta fractura social con una labor informativa, pues a mayor información de las consecuencias de la megamineria, mayor es el consenso de rechazo al proyecto Espejeras. Entonces, en la lucha frente al proyecto Espejeras, es notable la tendencia a la reconstrucción de los lazos comunitarios. Este tejido comunitario en Tetela de Ocampo se activa en momentos de confrontación y bajo un orden subjetivo que recupera la memoria colectiva y el respeto a la Naturaleza, y así, surge este sujeto colectivo llamado: Tetela Hacia el Futuro, que no acepta el devenir que se le impone como necesario y fatal.

 

La sola acción de resignificar los procesos colectivos, implica un proceso de resistencia y alternativa porque va en contra de los procesos de individualización impuestos por el capitalismo. Estas alternativas al desarrollo son en Tetela de Ocampo, alternativas en construcción, pensando a éstas como producciones imaginarias, la cuales, lanzan hacia el futuro la crítica del presente y llaman a accionar para que ese presente se transforme y de este modo se camine hacia un futuro deseado.

 

Finalmente estos procesos que se analizaron en la comunidad de Tetela de Ocampo nos permiten afirmar que no hay licencia social para el Proyecto de Exploración Espejeras. Y al mismo tiempo, nos permiten reflexionar que la licencia social no debe ser pensada como un mecanismo impuesto por las empresas mineras, sino como un instrumento que abone a la autodeterminación de la comunidad. Un permiso que se da con el corazón y que hoy, el corazón de Tetela le niega a la megaminería.

 

1 El concepto de bienes comunes naturales, lo popularizaron los movimientos sociales emergidos de las luchas contra el extractivismo y con él, sustituyen el de "recursos naturales".Marcando así una concepción y relación con la Naturaleza fuera de la lógica colonial-capitalista.