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La naturaleza no conoce fronteras. Somos los humanos los que la dividimos con rayas arbitrarias en  nuestros mapas y territorios políticos inventados y cambiantes. La inmensa mixteca poblana, al sur del estado, es parte de un ecosistema  de selva baja caducifolia, compartido en parte con Guerrero, Morelos y Oaxaca. En época de secas es un territorio de clima difícil y extremo, aparentemente hostil, pero en el que florecen plantas, flores y frutos exuberantes y misteriosos. En época de lluvias su riqueza biótica es inimaginable. Es un ecosistema que alberga muchas especies endémicas  importantísimas de flora y fauna, como gato montés, zorros y venados. Cerca de Atlixco, entrando a la mixteca, está un pueblo que se llama San Diego La Mesa, en el que se produce un mezcal con un sabor excepcional. El mezcal emborracha pero no por eso se van a prohibir los magueyes. Más allá están Matamoros, Chietla, Acatlán, Jolalpan, y muchísimas comunidades que han sabido sobrevivir donde un catrín de la ciudad no duraría ni tres días, léase usted o yo.  Cerca de 170 mil hectáreas de esa zona poblana son aptas para la explotación racional de la palma dulce, una planta generosísima que sirve para hacer canastas, techos, casas, tejas, palapas, petates, incluso capas y prendas que son impermeables . Existe un empresario inteligentísimo y creativo que ha desarrollado un sistema de construcción de viviendas a base de palma, que además de ser muy hermoso, es térmico y barato. También trabaja con el bambú, de rápido crecimiento, cuyas hojas enriquecen enormemente el suelo. Sin embargo muy pocos en esa zona tramitan aprovechamientos sustentables de esa riqueza natural. La palma se está acabando. Es difícil reproducir la palma dulce en viveros porque su semilla, envuelta en un fruto parecido al dátil, requiere para germinar que sea tragada por los zorros, digerida y tocada por los ácidos de sus estómagos, para luego ser desechada y florecer. Se están acabando los zorros y las palmas. Los incendios, el aprovechamiento no sustentable  y el cultivo de mariguana son los enemigos de la biodiversidad de esa zona.  A pocos les ha interesado tramitar aprovechamientos de manera formal porque el cultivo de la marihuana y los poderes ocultos unidos a ese cultivo, dominan. Ojos invisibles desconfían de todo lo que huela a formalidad e instituciones gubernamentales que quieran fomentar otras alternativas que seguramente serían más rentables y enriquecedoras para el ecosistema mismo, o que incluso  podrían complementarse con el cultivo PERMITIDO de la marihuana. ¡Otra vez la sombra de la clandestinidad y la prohibición enrarecen y criminalizan a comunidades enteras! El kilo de marihuana seca se paga en 200 pesos a los campesinos. No es mucho, pero ya está ahí construido un mercado seguro aunque clandestino.

En la naturaleza nada es ocioso ni malo. Si la mariguana se legalizara y su cultivo se asociara a otros cultivos sustentables, se enriquecería la economía de la región y  permitiría que la población de esa enorme zona de la mixteca  volteara los ojos a cultivos como el del maguey mezcalero, las chirimoyas,  o los árboles de cuahuayote, cuyos huesitos, parecidos a los de la papaya, tienen un sabor delicioso, no se necesitan pelar, son altamente nutritivos, y el kilo tostado vale 130 pesos. Es mucho más fácil de obtener un kilo de estos huesitos que secar y juntar un kilo de mariguana. La mariguana en Rusia y China se usa para hacer textiles fantásticos y para muchísimas cosas más. Aquí su cultivo es furtivo, se persigue, se quema, se  mata con químicos y se comercializa de la peor forma para el que la produce. Es tan absurdo matarla como lo sería acabar con las vides porque producen el vino o el brandy que emborracha. Mientras la mariguana en México sigue criminalizada y su producción prohibida, en varios estados de la unión americana ya es un producto de consumo legal y seguramente pronto su producción local  desplazará  a la mariguana mexicana, cuyos usos medicinales ya se toman en cuenta, mientras aquí en México se gastan miles de millones de pesos en armas y ejércitos para perseguir a los campesinos que la producen y a quienes la comercializan. Mexicanos matando mexicanos por una prohibición poco razonada. La violencia no cesará mientras exista este modelo perverso hacia plantas que la naturaleza nos regala llenas de dones que la especie humana se encarga de tergiversar o satanizar. Les compramos a los americanos millones de dólares en armamento para perseguir a quienes producen lo que en su país se consume ya de manera  legal.  La mariguana, al ser prohibida en México  se produce con riesgo y  la plusvalía no la obtienen los campesinos, sino las mafias criminales y políticas que trafican con la ella. 

 Omar García, uno de los chavos sobreviviente a la matanza de Iguala lo dice con sencillez y honestidad en una entrevista radiofónica: “No me da pena decirlo. Crecí viendo sembrar amapola y mariguana a la mayoría de los hombres de la comunidad. Crecí viendo violencia. Las otras siembras de frijol o maíz son para autoconsumo, de eso apenas se vive. Hay muy pocas alternativas para los jóvenes: irse al norte, entrarle a trabajar para los caciques que cultivan amapola o marihuana, ser reclutados como sicarios o tratar de estudiar. Es realmente un ambiente muy difícil."

Dicen algunos que serían los norteamericanos los primeros en sancionar a México si legaliza la mariguana o la amapola, porque se les acaban muchos negocios, como el de vender armas a policías, al ejército o  a los narcos. Se han decomisado en nuestro país en los últimos años más de 170 mil armas de grueso calibre producidas en Estados Unidos solo a bandas criminales, armas que cruzaron por sus supuestamente impermeables fronteras. Súmele lo que les compran para el ejército y policías para combatirlos. Es un círculo perverso.

¿Podríamos ser audaces y pensar bien y en serio la posibilidad de que se legalicen los cultivos que hoy tienen a México sumido en una  guerra civil disfrazada de combate a las drogas?

Una primera propuesta que podemos exigir a los diputados es el NO a la criminalización del cultivo y comercio de mariguana. No a la simulación. Legalización YA. De eso no nos pueden castigar  comercial o políticamente nuestros vecinitos del norte sin morderse la lengua.

(Foto tomada de http://unibio.unam.mx/irekani/handle/123456789/12445?proyecto=Irekani)