• Verónica Mastretta
  • 26 Septiembre 2013
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Por: Verónica Mastretta

Desde 1958 México no había quedado atrapado en medio de una tormenta tropical y un huracán. En esa época sucedió un fenómeno idéntico al que hoy vivimos pero sin mayores consecuencias porque en ese momento las laderas de lugares como Acapulco estaban deshabitadas igual que los márgenes de los ríos y  muchas de las zonas que hoy vemos castigadas por el encuentro de estos dos fenómenos meteorológicos. "Manuel" era una tormenta tropical como tantas otras, cuando tocó tierra cerca de Nayarit la madrugada del 15 de Septiembre. 24 horas después,  "Ingrid" llegó como huracán a las costas de Veracruz. Como dos ejércitos en perfecta formación, se unieron para tomar el territorio que llamamos México, causando  lo que el Weather Channel denominó como el efecto "sándwich"  sobre dos tercios del país. Para la naturaleza no hay nombres de países, ni entiende de fronteras marcadas por la mano humana...tampoco sabe de lo que Protección Civil, CONAGUA y los mapas del país han dado en llamar "zonas de riesgo". Tampoco los humanos hemos hecho caso de lo que puntualmente  marcan las cartas urbanas municipales o los planos de INEGI como zonas no aptas para vivienda, ya sea porque son zonas federales o de riesgo. Eso son las orillas de los ríos, las laderas de las barrancas, las barrancas mismas, y los lugares que tienen una inclinación de más de 45 grados y que de ninguna manera debieron habitarse. ¡Es tanto el desgobierno y la ceguera con respecto a lo que dicen los planos elaborados con toda puntualidad  y datos duros del INEGI! El ordenamiento territorial se menospreció y la explosión demográfica tomó por sorpresa a un país que se multiplico por cinco de 1958 a la fecha. 

La necesidad de vivienda y su demanda no ha estado  respaldada por una buena  organización gubernamental desde los niveles más bajos de la cadena de gobierno, es decir, los municipios. La mayoría de las personas que demandan vivienda están a expensas de muchos desarrolladores sin escrúpulos o de los invasores organizados de tierras,  que hacen lo que se les pega la gana y prefieren pedir perdón y no permiso. Y es así como invaden zonas federales de ríos, lagunas y vasos reguladores naturales. Todo eso va sucediendo lentamente, violentando toda la normatividad, silenciosamente, apostándole a la complacencia,  a la complicidad o a la poca capacidad de supervisión de los gobiernos municipales para parar esas construcciones  hechas  sobre zonas que están marcadas como de absoluto riesgo o de propiedad federal.

 "Ingrid" y "Manuel" entraron como Pedro por su casa y arrasaron a su paso con muchos de los asentamientos que estaban en zonas de riesgo. Arrasaron también con montes deforestados que en 1958 se mantuvieron firmes, pero que hoy, sin árboles que sustenten la tierra, ruedan como castillos de arena ante las olas.

Toda construcción debiera arrancar con una humilde licencia de construcción emitida por el municipio correspondiente y de acuerdo a una sencilla carta urbana que debiera hacerse respetar.

Los gobiernos municipales de Puebla, que es una  ciudad aparentemente armada con planes de desarrollo, han permitido a lo largo de los años  la invasión y construcción en laderas de los ríos, en barrancas y en zonas marcadas como de riesgo o federales. En el sur se han rellenado 16 de los 19 vasos reguladores que existían. Ahora muchas colonias aledañas se inundan y  los afectados se voltean a buscar culpables.  La colonia "Jardines de Agua Santa" nació de una invasión permitida en administraciones pasadas. Está asentada en la mitad de lo que en planos aparece como ZONA FEDERAL. En fotos aéreas anteriores al 2000,

El vaso de la laguna aparece completo  y en protección civil y en CONAGUA aparece como laguna. Nadie supo y nadie vio que se construyeron ahí 300 casas que hoy piden regularización y cuyos habitantes solo tienen una minuta de compra-venta absolutamente irregular.

Con muchos días de anticipación los científicos expertos en clima, avisaron que este raro encuentro de ciclón con tormenta se aproximaba, pero muchos de los afectados hoy por el fenómeno "sandwich"  no tenían a dónde ir. ¿Dejar tu casa y todo lo que tienes por el aviso de un probable fenómeno natural?  Es probable que muchos estuvieran en zonas permitidas, pero también es cierto que muchos de los afectados son víctimas de la falta de regulación mínima que debiera existir en todo el territorio nacional para ordenar los espacios en los que se puede construir y en los que definitivamente el mismo estado debiera tener la fuerza para decir no. 

Hoy vemos a los pobres cocodrilos que salieron de  la reserva ecológica "Laguna Negra", buscando comida en las calles inundadas de Puerto Marques, en Acapulco. Pobres cocodrilos, igual que las personas también sufren con la catástrofe.

Mucho ayuda el que no estorba. Si quieres ayudar con efectividad, manda lo que donarás a los centros establecidos por la Cruz Roja, Sedesol, Cáritas e instituciones que con seguridad canalizarán tu ayuda. No mandes lo que ya te estorba en tu casa , solo lo enlistado por estas instituciones: leche en polvo, frijoles, lentejas, sopa de pasta, sal , café, azúcar, sardinas, aceite, jitomate enlatado, jabón, cubetas, jaladores, cepillos , escobas, franelas, jabón, rastrillos, papel higiénico. Eso es lo que se necesita en los albergues.

Para los tres niveles de gobierno esto debe de ser el último aviso de que se debe dar prioridad al ordenamiento territorial de nuestro amado espacio, llamado México.

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