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Pretendo, con este ensayo, recordar al gobernador Rafael Moreno Valle por qué consideramos inaceptable la construcción de servicios turísticos y para estacionamiento de coches sobre los suelos arqueológicos del centro ceremonial y religioso de las Cholulas.

Cholula surge en un valle, el poblano-tlaxcalteca, habitado desde tiempos arcaicos. En las cercanías del lago de Valsequillo, por ejemplo, arqueólogos rescataron muestras de restos culturales fechados con más de 20 mil años de antigüedad  Si bien los primeros núcleos sedentarios, las primera protoaldeas, hacen su aparición hasta fechas más recientes: entre 1600 a 1200 a.C Estas aldeas o micro aldeas variaban en tamaño, algunas de media hectárea otras de hasta quince pero compartiendo una característica esencial: se asentaron y desarrollaron en la cercanía de fuentes permanentes de agua. Entre 1200 a 800 a.C se detectó en el valle poblano tlaxcalteca la presencia cultural olmeca (vendrán otras)  mientras algunas de estas aldeas empiezan a ejercer influencia sobre asentamientos menores localizados en sus cercanías. Habrá paulatinamente presencia de arquitectura ceremonial con plataformas o estructuras piramidadas en muchas aldeas y aumentará la existencia de hornos; se construyeron también los primeros canales para irrigar o drenar ciénagas y jagüeyes. En este largo tiempo la construcción de terrazas consolidó la vida sedentaria cuando la actividad agrícola aseguró la alimentación y especialización de una creciente población urbana en el valle (García Cook; Merino Carrión: 1987). Para los dos primeros siglos a.C (el horizonte que los arqueólogos llaman Formativo o Pre-Clásico) Cholula ya se distingue por su crecimiento poblacional en detrimento de otras aldeas que en intervalos de 5 a 10 kilómetros en su alrededor contaban también con centros urbanos y arquitectura piramidada y ceremonial. La primera fase constructiva del centro ceremonial de Cholula, el Edificio Rojo (localizado en la esquina noreste de la gran pirámide), se construye en este tiempo y su suelo rinde importantes restos de cerámica del Formativo que permitió a Eduardo Noguera en 1954 elaborar la primera secuencia cronológica de lo que será la asombrosa historia de casi 1500 años de esfuerzos constructivos de este gran edificio político religioso. Conocemos solo someramente la organización ceremonial y agrícola de esta primera aldea cholulteca (porque la investigación arqueológica del Formativo en Cholula ha sido mínima. Ver Mountjoy y Petersen; 1973).); pero un arquitecto arqueólogo, Miguel Messmacher (1967), propuso a investigar la probabilidad de que en la cercanía de una antigua ciénaga del lado oriental de la gran pirámide los cholultecas practicaron tempranamente una agricultura de chinampas. Esa antigua ciénaga del lado oriental de la ciudad es la que hoy el gobernador Rafael Moreno Valle mandó rellenar con miles de toneladas de varillas y cemento para construir un innecesario y estéticamente horrible puente vial. La ubicación de Cholula en este valle aluvial con abundancia de fuentes de agua impulsó el crecimiento y dominio político religioso que la ciudad iba demostrar sobre el valle para el horizonte Clásico (0-800 d.C.). También contribuyó al asombroso ascenso de Cholula como centro rector político y religioso el hecho que la primera fase constructiva de su gran templo pirámide fue erigido sobre un ayamel o manantial del cual brotaba el agua que nutría a esa ciénaga vital.  La gran pirámide de Cholula, hay que recordar, se continuará construyendo hasta su interrupción a comienzos del Post-Clásico (circa 1200 d.C.) cuando ya casi alcanza, como una Torre de Babel, el cielo: los cholultecas habían logrado construir un templo pirámide a lo largo de 1500 años que tiene una altura de más de 400 metros cubriendo en su base más de 16 hectáreas. Como saben todos, cuando los españoles conquistaron Mesoamérica los pueblos de la gran Cholollan aún tributaban en su cima a un dios de la lluvia, Chiconauquiahuitl o 9 Lluvia según el corregidor Gabriel de Rojas (1581). Y en ese mismo sitio y desde que los frailes franciscanos construyeron una primera ermita en el Siglo XVI y después el templo dedicado a la Virgen de los Remedios, los pueblos de la gran Cholollan continúan subiendo a su cima para tributar a una Patrona y ante un Dios actualmente cristiano.

La pregunta que se hizo el arqueólogo Geoffrey McCafferty (2001) considero que es la pregunta esencial que nos seguimos haciendo sobre Cholula ¿Cuáles fueron los factores que influyeron para que Cholula lograra reinar sobre este valle? ¿Cómo o por qué sucedió la construcción de la pirámide de Cholula mientras otros templos piramidados eran abandonados? ¿Por qué Cholula y no, por ejemplo, Acatepec, como centro político religioso rector? Para responder estas preguntas arqueólogos deben investigar el paisaje simbólico y sagrado que los cholultecas construyeron como centro ceremonial en el entorno de la gran pirámide. Porque solo sabemos que su principio rector fue el reconocimiento del agua como dador de vida (S.Suarez, 2006); y que los cholultecas decidieron una orientación astronómica distinta a Teotihuacan para orientar sus templos rindiendo culto solar al ocaso del sol durante el solsticio de verano (F.Tichy, 1981).Todo el entorno ceremonial de la gran pirámide, las más de 154 hectáreas protegidas por ley de 1993 que el gobernador Rafael Moreno Valle ha mandado alterar con la ayuda del alcalde Leoncio Paisano, especialmente las áreas de habitación de nobles y elites durante distintos periodos constructivos y de conquistas étnicas como sucede después de 600 d.C, aguardan aún investigación multidisciplinaria y rescate arqueológico. Cholula y su asombroso proceso constructivo de un espacio simbólico y sagrado como axis mundi del valle poblano tlaxcalteca mesoamericano todavía esconde a México y los mexicanos toda su grandeza. Es más, Cacaxtla y sus soberbios murales (C.Brittenham 2014), o Cantona ya en el Post-Clásico, no se pueden descifrar si no comprendemos, por ejemplo, la cultura de las élites que gobiernan Cholula después de la caída de Teotihuacan cuando  grupos maya chontales y otros del sur de la Costa del Golfo conquistan Cholula. ¿Tiene razón el arqueólogo McCafferty, como yo veo la evidencia arqueológica disponible, al insistir que Cholula nunca fue abandonada hacia el siglo octavo de nuestra era? O como insistió Paul Kirchhoff que Cholula hereda el status de ciudad sagrada de Teotihuacan durante el horizonte arqueológico llamado Epi-Clásico (800- 900 d.C.) por Wigberto Jiménez?

 ¿Cómo sucedió que políticos mercaderes se apropiaron destruyendo el invaluable entorno ceremonial de la gran pirámide de Cholula sin respeto ni mala conciencia sobre esta inmensa historia mesoamericana que este subsuelo resguarda? ¿Cómo sucedió que el mundo entero mira escandalizado la destrucción cultural que el Estado Islámico lleva a cabo sobre los sitios arqueológicos del Medio Oriente y en Cholula dejamos que el gobernador Rafael Moreno Valle proceda a rasurar una plataforma del Clásico cholulteca para que aplanado sirva de estacionamiento de coches? ¿Con mandato político de quien se doblegó el INAH para permitirlo? ¿Dónde está alguna denuncia de estos sucesos de parte de la Escuela de la Antropología de la BUAP que Julio Glockner, Manlio Barbosa y yo creamos a comienzos de la década de los ochentas, escuela de la cual fui maestra y su primer coordinador?

Lo que está sucediendo en la zona ceremonial de las Cholulas son acciones dignas de mercaderes apropiados del templo. Por eso los cholultecas e investigadores de su cultura mesoamericana insistimos que el gobernador Rafael Moreno Valle debe retirarse de los suelos sagrados del centro ceremonial en torno a la gran pirámide de Cholollan.