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Foto de Diario Cambio

Construir un sistema alternativo de transporte masivo en una ciudad del tamaño de Puebla no es sencillo. Muchas de las vialidades por las que cruzará la Red de Transporte Articulado (RUTA), como lo es el caso de la línea que recorrerá la once norte-sur, tienen un trazo original que data del siglo XIX; tal es el caso de la parte que viene desde el norte y cruza por el Paseo Bravo hasta la altura del panteón municipal, que ya fue ampliada en los años setentas del siglo pasado.

Con muchos esfuerzos, diferentes gobiernos municipales fueron arbolando la avenida por la que hoy es necesario construir las estaciones de abordaje y descenso de RUTA. Cada estación mide sesenta metros, pero en algunos tramos el camellón es tan angosto que se hace necesario construir dos paradores, uno para subir y otro para bajar, por lo que las líneas de derribo de árboles no son de sesenta metros sino de 120.

Por otro lado, debido a la enorme demanda que tendrá RUTA en esa vialidad, las estaciones también estarán más cerca una de otra, a diferencia de lo que sucedió en Boulevard Atlixco. Todo esto lo hemos venido averiguando en diferentes acercamientos con las autoridades responsables del diseño, construcción, autorización e implementación de la nueva línea. Son demasiadas instancias la que intervienen y además, se arrancó el proceso de construcción justo en el cambio de caballo de una administración municipal a otra. Las prisas, además, no son buenas consejeras. No tengo duda de que RUTA bajará los parámetros de contaminación del aire, tampoco de que es la única opción que Puebla tiene para modernizar el transporte público. Puebla es una ciudad que ya ha tenido contingencias ambientales por mala calidad del aire. Así lo demostraron los indicadores de las estaciones de monitoreo que ya existen. Puebla Capital ya cuenta con un Plan de Acción Climática Municipal que fue aprobado el año pasado en cabildo; esos planes, que serán acciones obligadas para todos los municipios a partir de 2015,  están encaminados a disminuir los gases de efecto invernadero por medio de acciones que pasan por incentivar y mejorar el transporte público, así como por hacer crecer la masa arbórea en las ciudades.

En el caso de la nueva línea de RUTA todos hemos visto con frustración y desánimo como se han derribado árboles sanos, viables y hermosos en el camellón de la once norte-sur. Ciudadanos y autoridades hemos tenido varias reuniones para entender el proyecto y para lograr que la intervención y las medidas de mitigación de verdad se lleven a cabo con todo rigor. Una medida pasa por reponer no solo los árboles derribados en espacios destinados para áreas verdes, sino sembrar otros doce mil. Aquí lo importante no será sembrar, sino hacerlo de acuerdo a los procedimientos y la normatividad que el municipio de Puebla tiene ya plasmado en el Código Reglamentario. Sembrar con las especies adecuadas, garantizar su sobrevivencia y no hacer de las medidas de mitigación una simulación sino una realidad por medio del monitoreo de la autoridad municipal y de las redes ciudadanas. 



Foto de La Jornada de Oriente/José Castañares

 

La Secretaría de Infraestructura, que lleva el pulso de la obra, se ha ocupado en hacer las reuniones necesarias para que CEMEX, empresa ejecutora, cumpla con todos los requerimientos de mitigación; una amplia representación del ayuntamiento también ha estado en la mesa de trabajo, y han hecho un compromiso a largo plazo para dar seguimiento a la reposición y sobrevivencia del arbolado. Organizaciones ciudadanas y universidades nos hemos comprometido a dar  seguimiento a dichas acciones.

Creo que si algo hay que mejorar es la comunicación social. No es lo mismo ver caer un árbol sano sabiendo que es por una necesidad imperiosa, a verlo caer pensando que es por negligencia, descuido y abuso de la empresa constructora o las autoridades. Hablando se entiende la gente. La comunicación social de los gobiernos debería de ser para dar información útil y puntual a los ciudadanos y no solo para echar incienso a las autoridades en turno. Mejor y más oportuna información evita muchos malentendidos, enojo y distanciamiento entre sociedad y gobiernos. Creo que las mesas de trabajo interinstitucional que esta semana condujo la Secretaría de Infraestructura han sido útiles para mejorar la gestión de una obra definitivamente necesaria, pero en la que se cometieron errores garrafales y actos de mala fe de parte de la empresa sub contratada por CEMEX para intervenir el arbolado, empresa llamada "Alfa y Omega. Toda una lección de gestión para futuras obras y su debido monitoreo son el resultado del interés y acción de muchas personas para salvar los más árboles posibles. Hablar y actuar si funciona.