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Por: Pablo Piceno

 

3 de octubre del 2013. Llevan trece días de viaje cuando el motor se detuvo en el corazón del mar Mediterráneo. A tan solo dos kilómetros de la isla italiana de Lampedusa, a mitad de camino entre Túnez  y la costa sur de Sicilia. A bordo van cerca de 500 africanos en el barco. Casi todos de Eritrea, más allá de Egipto, en el Cuerno de África.

El bote queda a la deriva. En su intento por ser descubiertos por  algún barco, el capitán ordena a los pasajeros prender fuego a ropa y cobertores. Ocurre una explosión de combustible. El pánico toma el control del bote. Lo cuenta para CNN Hamid Mohamed, uno de los sobrevivientes. "Reunimos un poco de ropa y ropa de cama y las encendimos. Pero explotó el contenedor de benceno", dice Hamid Mohammed. El fuego se propaga, los pasajeros se amontonan sobre un costado y el barco se hunde..

Hamid tiene 18 años, y como el resto de los sobrevivientes, pasa más de cinco horas en el agua, entre los cadáveres de sus compañeros que flotan a su alrededor.

De acuerdo con reportes de la prensa italiana, el barco se hunde cerca de la playa Rabbit, también conocida como la Isla Conejo, que ha sido recientemente elegida como una de las mejores playas del mundo por Trip Advisor.

Según un estudio del Centro de Estudios e Inversiones Sociales italiano, Censis, en los primeros ocho meses de 2013 llegaron a las costas de Italia 21,241 indocumentados, frente a los 15,570 registrados en todo el 2012.

Pablo Piceno nació en Wolfsburg, Alemania, hace 22 años; poeta, profesor de alemán, estudia Filosofía y Literatura en la Universidad Iberoamericana Puebla. Por cuatro años fue misionero religioso - y seminarista- del Camino Neocatecumenal, en México y Perú. Colaboro en las revistas Mosaico, Contratiempo (los dos de la Ibero), y Opción, del Itam. Adquirió recientemente la Beca de la Fundación para las Letras Mexicanas para asistir al Taller de Creación Literaria 2013.

Y con la fuerza de las palabras bellas, nos recuerda que el naufragio de Lampedusa es la tragedia del mundo.

Oggi è un giorno di pianto

(Hoy es un día para llorar)

Papa Francisco

 

 

el ancho mar de italia

como el agua bautismal

consagra cuerpos

 

a un dios consagración

le duele el cuello

la visión

le duele áfrica

 

al mar de italia

le duele ll'aria fresca

doppo na tempesta

 

un pescador corta una red

que pescó veinte negros

y extiende otra red

que pesca veinte peces

 

y ese es el oficio

de un pescador en italia

el oficio de un pollero

en tijuana

de la migra en guatemala

de cada asta levantada

en cada ancho mar

 

y traicionar la patria

es dar la patria a un forastero

darle pan al forastero

darle paz  

ecco la carne viva de la orgía de
las naciones        

           capital de babilonia
criminal.