".$creditoFoto."

                   Carta abierta a Guillermo Prieto (2): un día en Norwich, Inglaterra. 14 de noviembre 2014.

                   Estimado Guillermo, no pude quedarme más tiempo en Puebla, como hubiera querido, porque teníamos ya planeado nuestro viaje a Inglaterra, a la ciudad de Norwich, donde una muy querida joven se recibiría de Doctora en Biología, luego de estudiar la genética de poblaciones de cierta flora de la faja volcánica mexicana: hasta allá llegó para el estudio de nuestros volcanes, que tú siempre has admirado tanto y que en efecto, sí son únicos y milenarios.

 

                     En fin, a diferencia de tus tiempos, cuando tenías que viajar tres meses en barco para llegar a Europa, ahora el Atlántico se cruza en avión (una máquina que es un ave) y en diez horas estás ya respirando otros aires. Es admirable en realidad. Desde el cielo nuestras ciudades se ven pequeñas aunque crecen los volcanes; nosotros mismos desaparecemos para los de abajo y ellos para nosotros. ¿Pero dónde está Dios?, se pregunta una cuando invade el cielo que es su morada. No está aquí, me digo, cuando recuerdo a los 43 muchachos desaparecidos-asesinados en Ayotzinapa, ¿será que no se puede verlos desde tan alto? Tampoco veo a los ángeles encima de las nubes, sólo está aquí la osadía humana de vencer los límites del tiempo; es de día en Europa cuando en México es noche negra.

 

                  Llegamos a Norwich te digo, una hermosa ciudad medieval donde hace mucho frío. Tiene una antiquísima catedral en cuyo patio hay un laberinto de piedra labrado en el campo, distinto de la historia griega del minotauro; aquí el espacio lo ocupaban los los monjes como un lugar de reflexión: en cuanto más crees acercarte al centro, al conocimiento verdadero, más te alejas y cuando crees que ya no puedes avanzar más, es justo cuando has llegado. Es decir, es la humildad lo que lleva al conocimiento. No sabemos nada, pero la verdad puede estar muy cerca de nosotros.



Después fuimos a la University of East Anglia, donde esperamos que transcurriera el examen de la joven.  Fue en el Museo de Arte de la Universidad, Guillermo, cuando algo me sorprendió y es de lo que quería platicarte. Encontré ahí, en el lugar menos esperado, unas hermosas esculturas de barro, como testigos de la sensualidad de nuestro mundo  prehispánico, que forman parte de la colección Robert and Lisa Sainsbury, conformada por arte antiguo del todo el mundo, antes resguardada en la casa de sus propietarios y ahora en exhibición.  Y ahí estaban frente a mis ojos, sorpresivamente, dos esculturas en terracota  de contrincantes del juego de pelota, tiene un cuerpo atlético y una hermosa mirada, no de combate, casi tiernas, son de la zona de Guerrero en México, según dice la cédula, del año mil antes de Cristo, estilo “Xochipala”, fueron  adquiridas por el coleccionista en 1977. Luego me sorprendieron también dos esculturas femeninas manufacturadas en barro, con reminiscencias de uso de engobe rojo: una de ellas, tiene  muy buen cuerpo diríamos ahora y está en una posición sumamente sensual, vamos, como de las Mil y Una Noches. Según la cédula, son de origen olmeca, entre 1 200 Y 900 años antes de Cristo y de la región de Puebla. En otra de las salas, a su vez, hay un busto en barro, en cuyo brazo descansa la cabeza de una mujer, cuya actitud invita al reposo. Estas  dos últimas esculturas fueron adquiridas por el coleccionista en 1975. Lo demás son en su mayoría bellísimas piezas de Asia y África, que recuerdan justamente a Picasso. 







   



Que buen gusto el del Imperio Británico para las piezas de arte. Y sin embargo,  porqué no adquirieron los ingleses en sus conquistas y hallazgos el más mínimo gusto culinario? ¿Qué sería de éstas tierras antes de la papa…?  Piedad para el paladar.

                     Finalmente, después de cinco horas, la joven salió de su examen sobre nuestros volcanes. Los jurados dijeron que habían tardado tanto porque estaban aprendiendo de ella, que la alumna era ya a su juicio una nueva colega. Afuera la esperaba la fiesta con sus compañeros: vimos, querido Guillermo, cómo los nórdicos, esos jóvenes blancos como la nieve con fisonomía de piratas, elfos y algunos hobbits, se arremolinaban entorno a la joven mexicana para felicitarla, al tiempo que brindaban con Champagne. Eso es lo que pasa, Guillermo, cuando se estudia a los volcanes. Quedaron los académicos admirados y queriendo conocer nuestras tierras.