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Por: Sergio Mastretta

 

En el otoño de 1990, Sergio Mastretta realizó para la revista Nexos una investigación en la tierra caliente mexicana contendida en la cuenca del río Balsas, desde su extremo oriental en los ríos Atoyac y Mixteco, en las estribaciones de los estados de Puebla, Oaxaca y guerrero,  hasta el extremo occidental en el río Tepalcatepec, en la frontera de Jalisco y Michoacán.

Así presentó entonces nexos el reportaje que arrojó esa experiencia periodística:

“El reportaje que publicamos aquí se ocupa de una de las zonas más vivas e inquietantes de México, con una increíble densidad histórica y una incomparable homogeneidad social y cultural. Hoy, una zona cruzada por la violencia política y policiaca, el rezago agrario, el narcotráfico. La zona en que conviven las camionetas Cheyenne y la tienda de raya, la nota roja y los corridos y las leyendas, las "pangas miserables" por el Balsas y los ‘puentes formidables en autopistas’. La Tierra Caliente es hoy lo mismo un nudo nacional que, más que una continua expectación, un nuevo comienzo de esperanza, una apuesta de que ahí acabarán dirimiéndose, para bien, varios de los asuntos más urgentes de la agenda del país. Por eso nexos le encargó a Sergio Mastretta que con amplitud y profundidad nos diera el pulso de este México intenso. Este es el resultado. Invitamos al lector a entrar en él.”

Veintitrés años después, esa región histórica profunda de México arroja acontecimientos difíciles de comprender a vuelo de pájaro: la insurrección magisterial en Oaxaca y Guerrero, que ha puesto en jaque la reforma educativa impulsada desde el gobierno federal o la violencia sin freno que recorre todos los pueblos y que se expresa de manera terrible en la guerra civil entre las llamadas “guardias comunitarias” y los “Caballeros Templarios” en la región de Tepalcatepec, en Michoacán. Es una realidad que demanda para su comprensión conocimientos históricos y narraciones en detalle. No es fácil entender la violencia que marca esta trágica etapa de la historia nacional. La mirada de largo plazo puede ayudar.

Mundo Nuestro reproduce con ese propósito este extenso reportaje  dividido en cuatro partes. Aquí la quinta y última.

Arcelia

Es el municipio de mayor productividad agrícola en la Tierra Caliente. Es de los pocos que presentan un equilibrio en su calidad migratoria. Buena parte de sus hectáreas de riego las abastece la presa Vicente Guerrero, sobre el río Poliutla. Es una de las regiones de mayor presencia de los capitales que maneja Salvador Sánchez desde Ciudad Altamirano. Gobernado por el PRI a pesar de los reclamos del PRD, el municipio ejemplifica como ninguno los problemas derivados por la elección interna priísta. Aquí¬ siguen las versiones del perredista perdedor, un priísta perdedor y un priísta ganador.

Antonio Bravo, comerciante tlapalero, candidato por el PRD en las elecciones del 3 de diciembre: "El PRI ha perdido por la prepotencia de sus funcionarios. Ya se vio en Europa: un solo partido se corrompe. El pueblo explotó porque el gobierno aparenta la democracia. Ya son muchos años de dedazo, y peor, ya ni siquiera son los caciques locales los que mandan, son los funcionarios en turno en Chilpancingo. El PRI hizo escrutación, todos vimos que fue un intercambio de guasas. Compitieron cinco gentes: un diputado local, profesor del SNTE, un presidente de la Cámara de Comercio, un licenciado, un matancero y un doctor. Y limpiamente ganó el carnicero, Francisco Salgado, pero hubo maniobra y se la dieron al doctor Fernando Lagunes. Y pasó que muchos priistas, ante la trampa, votaron por el PRD. Yo era apolítico, pero en el 88 me di cuenta de que Cárdenas era una buena alternativa para manifestar la inconformidad: el gobierno aplica con los campesinos la ley de Jonás: al jodido, joderlo más. No se diga al pequeño comercio ora con los impuestos y la contabilidad. Y lo mismo para el desarrollo municipal: la presa está diseñada para 18 mil hectáreas, pero no riega ni la mitad porque nunca se acabaron de hacer los trabajos hidráulicos.

 

 

"Ellos, 48 horas antes de la votación, metieron siete casillas más, cuando tradicionalmente en Arcelia se instalaban cinco, y se dieron padrones generales, no fraccionados. A pesar de eso, les ganamos".

 

Francisco Salgado, carnicero de 30 años de edad, priísta: "Esto empezó cuando vino el señor gobernador Ruiz Massieu a invitar a todos los que quisieran participar en la selección interna. Yo me animé. Hace poco era presidente del comité municipal del PRI en Arcelia. Hubo precampaña, ahí¬ fue claro que Hugo Arce Norato, diputado local y asesor del gobernador en materia agropecuaria, apoyó abiertamente al doctor Lagunes, metió dinero y negoció en Chilpancingo la presidencia por Coyuca de Catalán y Cutzamala, que se las dieron al PRD. El gobernador había dicho que sería un proceso honesto lo de la renovación del PRI, pero eso es una farsa, un dedazo disfrazado. Me di cuenta de lo que es la política, primera y última vez que participo. Fíjese, Arce Norato era de la oposición y el doctor Lagunes del PST y hace unos años organizó un plantón de 90 días frente a la presidencia, según esto por anomalías electorales.

 

"Arce Norato amenazó a las comunidades de que les suspenderían el servicio eléctrico si no ganaba Lagunes. Prometió reparar caminos, hizo que la CNOP se declarara descaradamente a favor de Lagunes, logró que el propio gobernador Ruiz Massieu visitara con Lagunes una comunidad, vino en helicóptero y no pasó a Arcelia. ¿Qué cree que nos chupamos el dedo? Así¬ y todo, a pesar de que hicieron trampa -por ejemplo, en comunidades donde en el padrón priísta hay siete personas, votaron 58-, les ganamos: 685 contra 325. De cinco urnas gané cuatro en Arcelia. Pero se la dieron al doctor. El propio gobernador habló por teléfono el día de la votación y dijo que la línea era apoyar a Lagunes. Allá ellos. Por eso el 3 de diciembre ganó el PRD, porque la gente se acordaba de lo que había dicho Ruiz Massieu. Todo se lo hicimos saber a Colosio, pero no tuvimos ninguna contestación".

 

El doctor Fernando Lagunes Arroyo, presidente municipal de Arcelia, recibe acompañado de su síndico. La gente en el pueblo dice algunas cosas: que el que mangonea es el síndico; que Lagunes tiene nexos con el narcotráfico y que con la presidencia sólo busca consolidar sus intereses. El da su versión: "Aquí no estaban preparados para este tipo de elección interna. Por eso los resentidos votaron por el PRD, los del propio PRI se voltearon. Tenía que haber un ganador. Ese Francisco Salgado se creía seguro, ahora dice que hubo trampa, pero no había posibilidad de chanchullo. Pero "ya está más tranquila la gente. Ven las obras que se hacen.

No hay problema. Aquí no hay cardenismo, el PRD trae gente de fuera, de Teloloapan, del estado de México, pero el campesino de aquí es priísta.

 

-O sea que aquí no hay necesidad de modernización --pregunto.

 

-No, no se necesita nada de eso.

 

Teloloapan es uno de los 16 municipios de la región norte de Guerrero, que comprende la tierra de los Figueroa (Huitzuco), el lugar donde doña Eulalia Guzmán alucinó con los huesos de Cuauhtémoc (Ixcateopan), el pueblo turístico y platero (Taxco), el islote desarrollado de Guerrero (Iguala) y la recién inaugurada presa El Caracol (Apaxtla), que le arranca al Balsas 585 mil KW de electricidad. Cinco presas, sin contar la construida por la CFE, riegan un poco más de diez mil hectáreas. El resto de las 77 mil hectáreas que se cultivan es temporalero y produce maíz, frijol, ajonjolí, cacahuate, arroz y hortalizas. Territorio ganadero, cuenta con 69 baños garrapaticidas para bovinos que acaban, vía intermediarios, en los mataderos de Acapulco, Chilpancingo y el Distrito Federal. Vía de acceso a la Tierra Caliente por la carretera Iguala-Altamirano, Teloloapan es un municipio plenamente campesino, gobernado hoy por un Consejo Municipal presidido por un militante del PRD, partido que denunció la desaparición de dos campesinos del lugar en la represión policiaca a la marcha perredista en Acapulco en marzo pasado. Lo que sigue son dos testimonios del conflicto.

 

"Aquí pasaron el día 10 de diciembre más de 500 policías -narra una mujer propietaria de la fonda Los Globos, en la calle principal de Teloloapan-. Agarraron al pueblo desprevenido. Se robaron las urnas a la vista de todos, ahí¬ salieron con ellas en una camioneta. Se les gritaba en la calle: `rateros, sinvergí¼enzas'. Vinieron los golpes. Luego se fueron. Quedó la gente ahí¬ en el zócalo. Muchos campesinos de los pueblos, todos armados. Y entonces se vieron armas que no se habían visto nunca, porque aquí¬ hay muchos que se han ido al norte y han traído buenos fierros. Es que el pueblo ya se cansó del gobierno y del PRI. Los que lo apoyan son los ricos, los comerciantes. A últimas, hasta esos ricos se hicieron a un lado. Pero no todos, como ese señor José Mógica, el de la farmacia, ese ya se agarraba a golpes con los perredistas.

 

"A Pedro Urióstegui la gente lo sigue, aunque está enojada con él porque aceptó que los priistas entraran en el gobierno municipal. Ya estamos curados de espanto, el PRI siempre hace trucos. Y si los campesinos le quitan el apoyo a Pedro, entonces se cae el PRD. Porque la verdad, lo que está mal es que al campesino se le haga menos socialmente; de ellos comemos, y su maí¬z no vale. Ese hombre rico, Alejandro Cuevas, el del comercio de productos agrícolas, de ellos hizo su dinero: compra muy barato el maíz de los campesinos. Y eso que él es un hombre noble. Cómo estarán las cosas para el PRI que ese Alejandro no aceptó que lo pusieran de presidente".

 

A una cuadra, frente al zócalo, está la farmacia de José Mógica, un criollo que atiende desde temprano en el antiguo mostrador de botica. Una pregunta basta para que suelte su enojo. Saca del cajón una ametralladora calibre 22, la deja unos momentos en el mostrador. El periodista finge no verla:

 

"Aquí no perdió el PRI, señor -dice-. Pero aquí es un desmadre, el PRI ha abandonado a sus partidarios ante un partido de oposición que ha engañado a los campesinos ignorantes, que les prometió las tierras y las casas de los ricos. Los campesinos, sí, es cierto, están molestos, cansados de tanta promesa falsa del PRI-gobierno, que no cumplía, que los engañaba, que sólo se acordaba de ellos para pedir el voto. Yo soy priista, y lo digo: el PRI se ha equivocado con los clásicos dedazos de Fidel Velázquez. Desde que el día 10 de diciembre el PRI-gobierno se llevó las ánforas, según por las anomalías en las elecciones. El PRI-gobierno, y me duele como priista, dejó en abandono durante tres meses y días a la ciudad de Teloloapan, a la merced de personas ignorantes. Yo, José Mógica Bustamante, tuve momentos difíciles porque no estuve de acuerdo con una oposición rodeada de personas ignorantes y líderes inverosímiles que hicieron sufrir a los que somos priistas. Los campesinos venían a chingarme: `Mógica, manda a hacer tu caja', `Mógica, te va a llevar la chingada'. Yo ya no estoy dispuesto a soportar eso. Las autoridades deben aplicar todo el rigor de la ley. O que nos den armas para defendernos.

 

"El error más grande del gobernador Ruiz Massieu es haber llevado a cabo unas elecciones internas con nuestra misma gente del PRI. La persona política chaquetera, sin moral de ciudadano, vino a dar por resultado todos los desmadres que se presentaron. Los que perdieron las elecciones internas voltearon todo. Pa'cabar pronto, el PRI ha dejado solo a Teloloapan. No ha trabajado, no ha puesto a personas capaces. Le falta comunicación, escuela, enseñanza. El campesino ya no se engaña. El campesino está jodido, sabe que no le pagan el trabajo que le mete a la tierra. Ahí¬ está precisamente el error que cometió el gobierno. Y lo seguirá siendo mientras no ponga el ojo en que el país vive de los campesinos. Mientras no haya buen precio, nadie va a sembrar. Por eso el descontento, por eso se va la gente del otro lado".

 

Del otro lado de la política, del otro lado de la frontera.



Las cuatro luciérnagas chispean en el camino. Apuntan a los faros del automóvil a cien kilómetros por hora. En el péndulo del miedo se valen los extremos: dos días antes, en San Lucas, Michoacán, braceros agradecidos colgaban la fotografía familiar frente a la troca y el yard de algún suburbio de Stockton a la cadena de milagros de la Inmaculada Concepción, la virgen de la Tierra Caliente. Su imagen aparece fugaz, como una broma entre los cuatro fusiles. Un mes de imágenes se le sobreponen: el viejo Othón Salazar en el Congreso Cardenista de la Montaña, la mujer tlapaneca en el Ministerio Público de Tlapa que denuncia la golpiza a la que la sometió su hermano priista que le disputa la parcela, los ancianos de Metlaltonoc que le hacen la vida imposible al joven presidente municipal perredista, los indígenas detenidos por la siembra de mota en Chiautla, Puebla, los camiones que se llevan en paquete a los braceros mixtecos a Sinaloa...

 

Pero ahora la amenaza contiene todas las imágenes. Parar o seguir. Maleantes o policías, cualquiera que sea significa lo mismo. Es la realidad de otro país. Finalmente nada lo resume: ni la certeza del fracaso del cardenismo ejidal, ni la miseria de los temporaleros y sus alternativas (jornaleros de las trasnacionales, braceros en el norte, narcotraficantes). Tampoco sirve otra constatación: la violencia es cotidiana, haya o no elecciones. La muerte se cuenta en la página roja, como arrojar melones en una troca. Los partidos son un simple hilo de la madeja: el PRI, el PRD, la política ganancia o pérdida de votos, divisiones internas, toman forma, nombre y apellido en los hombres e intereses de los pueblos. La tierra, el agua, los montes, el buen o mal uso de los recursos. Finalmente los pueblos contra el Supremo Gobierno en la figura que un buen día, paternal, adquirió en el peregrinaje del Tata Cárdenas. Y que un mal día se perdió.

Nada se explica. Sólo el pie que acelera para perdernos en la noche del Balsas.