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En mayo de 2013 en Mundo Nuestro publicamos este reportaje sobre el proyecto hidroeléctrico de la empresa Deselec-Comexhidro en el cauce del río Ajajalpan, en la Sierra Norte de Puebla. Lo reproducimos aquí porque creemos que los interrogantes se sostienen en la coyuntura del rechazo de la comunidad de San Felipe Tepatlán a la construcción de la presa.

No es fácil establecer las consecuencias ambientales que un proyecto hidrológico puede provocar en la cuenca de un río. ¿Es válido hablar de caudal mínimo? ¿Sobrevivirán los peces en las pozas durante el estiaje? ¿La pérdida de las seis hectáreas de bosque mesófilo que se llevará la presa de 900,000 metros cúbicos de la hidroeléctrica Puebla 1 de Comexhidro afectará los servicios ecológicos que rinde en la ribera del río Ajajalpan?

Pero más difícil es comprender la premura con la que la autoridad federal autoriza la instalación de una represa que cortará el paso del agua en un 90 por ciento a lo largo de varios kilómetros: dos meses y medio.

Y lo que resulta incomprensible es que la SEMARNAT, en su portal de trámites, haya tardado más de un año en dar a conocer el resolutivo de aprobación de la solicitud de impacto ambiental presentada por la empresa COMEXHIDRO el 21 de septiembre del 2011, dictaminado positivamente por la dependencia el 9 de diciembre del 2011, con número de oficio S.G.P.A./D.G.I.R.A./D.G./9364, pero que no apareció sino hasta fecha muy reciente en el acceso e línea.

 

Aquí el reportaje completo: Hidroeléctricas: el caudal de la desinformación