Mundo Nuestro: La vida es una sucesión de imágenes que no queremos ver. Cada quien cierra los ojos para no enfrentar su desgracia.
Eso ya no es posible en México.
Dos escenas contienen a este monstruo en las montañas: la mujer y sus niños en el jacal de la desnudez extrema de la pobreza en Guerrero; el cuerpo colgado no es un tronco más de árbol imponente, es la tierra misma derrotada por la violencia insondable.
El video publicado recientemente por newyorker.com, Guerrero: the monster in the mountains, perfecto en su blanco y negro y en los vapores del bracero, en sus campanadas exactas en el denso tiempo detenido de los fotogramas, casi es el rostro de este nuestro país perdido.
Casi.
Deja de lado el torrente profundo que carga esta historia de sangre: los miles de millones de dólares en que se convierte la producción y trasiego de amapola hacia la heroína que ha vuelto a inundar el mercado, también insondable, de las drogas en Estados Unidos.
Cada quien puede abrir sus ojos inteligentes y críticos.
