Por: Sergio Mastretta

El domingo 1 de julio la pasión cercada por las boletas en la casilla. Cada quien marca el límite de sus emociones, las fronteras del país que imagina y padece. A la medianoche los fragmentos son frases de los protagonistas y figuraciones de lo que se nos viene en los próximos días: “No todo está dicho, hay que esperar… Ha habido una gran inequidad”, dice AMLO apuntando a la impugnación. “Somos una nueva generación, no hay una vuelta al pasado”, ha dicho antes Peña casi para convencerse a sí mismo. “Todos debemos respetar la decisión del pueblo de México”, afirma un sonriente Calderón con un  último flagelo. “A los contendientes nos corresponde acatar los resultados”, ha dicho antes Josefina al arriar tempranito su bandera.

A la vista de estos personajes recupero mi jornada electoral con lo escrito esa noche y con la memoria de 36 años de votar y contribuir con el trabajo periodístico a la transformación democrática de México. Imagino cómo la miran los ojos jóvenes y aguerridos de quienes todavía no cumplen treinta años, la mayoría sin edad para votar cuando echamos al PRI de Los Pinos en el 2000, pero ya muy atentos para valorar lo ocurrido en el 2006,  y me abruma la estrechez del paso del tiempo, la enorme dificultad humana para entender el largo plazo, y me alienta observar las consecuencias de la pasión por el plazo corto.

Contar un fragmento de lo ocurrido este domingo, repasar otros instantes de domingos electorales en 1988, 1994, 2000 y 2006, tal vez ayude a recuperar sus propios momentos decisivos.

 

 


1 de julio del 2012

1.- Final del día, al norte, en la colonia Barranca Honda, 9.30 de la noche. Los grupos contrarios, en paz, pero cada quien en su esquina, como el país entero, cada quien encerrado en su territorio, en el recuento de su decisión personal.

Hace ya rato que el sol ha caído en Barranca Honda, la colonia más al norte de la ciudad de Puebla, en el estribo de Tlaxcala, asomada desde una loma última a un arroyo fronterizo, bronco en esta temporada, uno de tantos que bajan desde la ladera poniente de La Malinche y a veinticinco de su cumbre. Y punto final de los veinte kilómetros largos trazados desde la orilla de la presa muerta, Valsequillo, que cierra el paso a la ciudad en su extremo sur. Una metrópoli sujeta por la anarquía de la tenencia de la tierra y que aquí no ha querido saltar la tranca poblana, y sólo mira la planicie franca y ruda de la campesina Tlaxcala, territorio antiguo de resistencia contra la arrogancia natural de aztecas y poblanos.

Rafael Díaz es el dirigente del PRI en esta colonia. Hijo de dos comerciantes que venden elotes en el mercado Hidalgo, llegó con ellos en1988. Ahora lo encuentro en a esquina frente a la casilla 1077, a las espera de los resultados. Lo conozco desde los años noventa, cuando la estación de radio La radiante 105 organizaba festivales musicales en las colonias de la periferia. Con él reconstruyo la historia de este pequeño México.

Cuánto contiene de la ciudad esta colonia: trazo en cuadrícula,  banquetas de cincuenta centímetros, calles de seis metros de ancho, muchas todavía de tierra, ausencia total de árboles, casas a la mitad de la esperanza cumplida, la vida enmarañada en los alambres de CFE, teléfonos y cableras. No hay un parque público, no hay una cancha de básquet, apenas el cura salvó un lotecito para la iglesia. Los ejidatarios han vendido hasta el último metro y nadie pensó en los espacios públicos. La invasión ocurrió en 1988, cuando la organización popular 28 de Octubre le había ganado al PRI la base social, cuando la izquierda política era de caricatura y la izquierda en la BUAP vivía su pequeña guerra civil. 25 años después, la colonia refleja con nitidez a México: mil 500 familias han auto construido sus casas a trompicones, y a fuerza de marchas han obligado al gobierno a traer los servicios; pero como la 28 de Octubre ha perdido todo control político en el barrio, ahora los distintos grupos buscan amparo en sí mismos;  la mitad de los vecinos no cuenta con título de propiedad, la mitad de las calles carece de asfalto, todo el drenaje descarga a la barranca honda.

Barranca Honda, una colonia paralizada al sur del arroyo frontera, encaramada en una loma abierta al abismo de una ciudad cocida con los girones de la miseria proletaria, con retazos construidos a golpe de jornales informales a lo largo de los años, es un fragmento del país que hoy decide. 9.30 de la noche, y no hay señales desde el interior de la casa en la que han ubicado la casilla 1077, con sus tres contiguas. Tres grupos, cada uno en su esquina, están a la espera de que por fin desplieguen las sábanas con los resultados de la jornada.

Hasta aquí vengo a buscar esta remolona y maltraída democracia mexicana.

 

6 de julio de 1988

Todo queda cerca en Puebla, el mundo es un encierro en este centro viejo de casonas mustias que hacen como que no se enteran de las pasiones políticas. Todo queda cerca, el PRI en la 5 Poniente, el PAN en la 2 Sur, el PMS en el jardín del Carmen. Todo queda cerca, ¿por qué entonces miramos tan lejos la transformación democrática de México? Ahora, y como no había sucedido en cincuenta años, el sistema priista enfrenta una verdadera oposición, la que brotó de sí mismo y con el apellido de uno de los más suyos: Cárdenas.

Empezar por el final, por el festejo del rey a las 8.30 de la noche. Todavía no son las once y a Manuel Bartlett no se le ha caído el sistema. Por eso la maquinaria engrasada esboza la sonrisa del  triunfo y los rostros en el edificio del PRI en la 5 Poniente han dejado de ser viscosos, casi sorprendidos por el confeti y el entusiasmo de los porristas. Por eso han declarado el carro completo en los catorce distritos. Por eso los dos viejos caciques, el cetemista Blas Chumacero y el choluteca Armando Toxqui serán una vez más diputados, aunque, como al antiguo líder textilero lo lleven cargando a la curul. Ahí están, menuditos, apenas descubiertos por sus canas, sobando espaldas, recibiendo cuchicheos en el oído, sin prestar atención a las cuentas, ni a las porras, ni al confeti, ni al “pero sigo siendo el PRI” del mariachi que todo lo encierra, que lo sobrepasa todo y que se los lleva en vilo con la ligereza con la que su partido lleva los colores nacionales.

A las 9.30 el dirigente panista Francisco Fraile se asoma desde la oficina de su partido a una calle 2 Sur vacía. Casi escuchamos los mariachis priistas dos cuadras más allá. No hay apremio en su voz: “Vamos ganando --dice--,  eso nos dicen los reportes de nuestra gente, pero ya vez, el PRI ya habla de un triunfo aplastante. Tendremos que pensar en otros medios, en la resistencia civil. En todo el país están haciendo lo que nos hicieron en Puebla en 1983, esta es una reconstrucción de ese fraude”.

Sí, a las diez de la noche el PRI anunciará un triunfo arrollador.

En la 17 Oriente, a la vuelta del Carmen, a la hora de la risa priista, los del cardenistas reciben telefonazos de todo el estado: “No es posible, si apenas están llegando los resultados, y todo lleno de irregularidades: en Tepeaca nos corrieron a los representantes, en la casilla 102 de Huauchinango, funcionarios del Banco de Crédito Rural se robaron la urna en una camioneta Ford negra a las 3 de la tarde. Aquí en la ciudad la tendencia fue la falta de boletas. En Santa Úrsula, municipio de Felipe Ángeles, en el distrito de Serdán, donde ganamos con 738 para el PMS contra 403 del PRI y cero para el PAN, no levantaron acta.

Por la mañana, a las 11, en la cafetería del Hotel del Alba, donde el gobierno del estado instaló la sala de prensa, converso con un despreocupado periodista del equipo del candidato del PRI en el distrito IX. “¿Cómo crees que va a estar preocupado mi jefe? Hermano, nosotros votamos hace dos días, ahora dejamos que voten los panistas”.

En el teatro Franzoni, las oficinas del PARM, y ahí la ansiedad del candidato, el Dr. Sergio Guzmán: “Amenazaron con pistola a la gente nuestra que pegaba propaganda, la van a pasar mal, les dijeron. Y ya ves, en el DF asesinaron a Ovando y Gil, la gente más cercana al ingeniero Cárdenas. Eso nos afectó, nuestra gente se espantó”.

A la 1 de la tarde gana la conciencia cívica. En Buganvilias unas cien personas hacen fila en la casilla 47, pero se han acabado las boletas. . El presidente de la casilla amenaza con dar por terminada la votación. Todo mundo argumenta y rasga vestiduras. De repente, aparecen unos “pitufos”, como les dicen a los pandilleros reconocidos como tales en la 22 Poniente, que se bajan de una Combi polarizada. Pero no pasan de ahí, la cola de votantes y su furia los impresiona. “Vagos, malvivientes”, les gritan los de la fila  La indignación general y la aprensión entre los representantes de la oposición en la casilla se convierte en llamadas de auxilio a la autoridad. A los pocos minutos se presenta un camión de soldados del ejército mexicano, no hay policías. Pero los pitufos se esfuman. El PAN ha traído al notario Soto Rojas a dar fe de lo sucedido. La presión es muy fuerte sobre el presidente de la casilla. Los representantes y funcionarios acuerdan elaborar ahí mismo, sobre papel blanco, nuevas boletas, firmadas por todos y avaladas por el notario. Sí, se impuso la conciencia cívica.

Benigno Delgado, de 71 años, es representante del PAN en la casilla 49 B: “Estoy aquí para distraerme, joven, me dice, hace ya muchos años que me chocó el PRI, desde 1952 cuando le hicieron su topillo a Henríquez Guzmán. Yo me salvé cuando llegaron los soldados a la casilla, arrojé por allá mi credencial del Grupo Unitario de Iniciativa y Acción (GUIA), y por eso no me llevaron, pero ahí en la avenida Juárez quedaron muchos heridos… Como a las 6 de la tarde, cuando todavía no se cerraban las casillas, ya habían declarado presidente a Ruiz Cortines”.

En una casilla en Analco platican dos representantes, uno del PRI y otro de los cardenistas. Los dos tienen menos de 20 años:

--¿Por qué te uniste al PRI? --pregunta el del PMS--, ¿estás a favor del alza de precios?

--Bueno, mano --dice el tricolor--, yo por mi partido puedo entrar en la política. Estoy contra la inflación, pero el PRI da garantías…

--Sí, pero después se las cobra.

--¿Y? Ai tienes Centroamérica, revoluciones y desastres, ve cómo viven…

--Bueno, sí, me han contado…

--Pero tú también tienes razón --concilia y cierra el priista--: yo veo en la tele, que coma uno carne, leche, huevos, ¿pero quién puede comprarlo? Mira, en realidad yo soy cardenista, me gustó lo que hizo, se fijó en las anomalías de mi partido…

Ahí mismo en el centro recojo el testimonio de un viejo tapicero: “Está duro, ahora se viene el puro pueblo, a ver quién lo para. Ninguno de los partidos cardenistas ha dicho qué va a pasar, Cárdenas no ha dicho si nos transan vamos a hacer esto, vamos a hacer lo otro, pero para todos Cárdenas es una alternativa. Ya ves nuestra generación, puras pinches derrotas, el sistema se encargó de darle en la madre al sindicalismo, a todos los que nos rajamos la madre. Pero la pelota se salió por otro lado, por el canal de las elecciones, así se las está cobrando el obrero, pues qué esperaban, cuando el pueblo no tenía nada, ni siquiera un Toluco López, un Olivares, cuando lo engañan con los cachirules, sale este cuate, y todos nos agarramos a Cárdenas, ni él se lo esperaba, lo vamos a hacer una alternativa”.

Ciudad nocturna. Todavía a esta hora se ve a los muchachos panistas ir y venir de las casillas a su cuartel. Los del PMS ya se han encerrado y repasan su inocencia electoral. A la medianoche corren los rumores desde la ciudad de México a las redacciones locales. El run run es que se han unido Cárdenas, Clouthier y Rosario y que presionan a Bartlett, que ha salido con que se les cayó el sistema.

En el rumbo del PRI nada de eso importa. El mariachi canta y los funcionarios de gobierno se pavonean de sus elecciones inmaculadas.

El gobierno de Miguel de la Madrid, con Manuel Bartlett como secretario y organizador de las elecciones, le da 9.6 millones de votos a Carlos Salinas de Gortari, el 50%; a Cuauhtemoc Cárdenas le reconocerán 5.9 millones, el 31%; al panista Manuel Clouthier, 3.2 millones, el 16.7%.


1 de julio del 2012

2.- Principio del día, a la orilla de esa avenida brutal en la que se convirtió la 11 Sur. Es temprano, así que los camiones no han iniciado la caza de pasajeros y todavía puede pensarse que amanece en un apacible barrio pueblerino. La casilla 1176 y sus dos contiguas están en el barrio de Mayorazgo, antiguo territorio fabril, sin más trazos de sus mudanzas obreras que su fiesta patronal a San José y sus casitas de dos aguas construidas en los años treinta del siglo pasado para los trabajadores de Atoyac Textil, reconvertidas hoy en misceláneas, pollerías y talacherías descarriladas por el tráfico que lleva y trae a los miles de poblanos que en los últimos veinte años tomaron los llanos de San Baltasar Campeche, diez kilómetros en línea recta hasta el lago de Valsequillo.

Son las 8 de la mañana en la primaria Manuel Avila Camacho, en la calle Franciso Javier Mina, y no han llegado los representantes del IFE en la casilla contigua 1, así que los votantes, más o menos unos cien ciudadanos mañaneros esperan muy pacientes a que lleguen los suplentes. A las 8.15 ya hay actividades, pero los funcionarios se llevan su tiempo para contar boletas y organizar la jornada, así que la votación arranca cerca de las 8.45, y para las 9 el movimiento es fluido, como lo será a lo largo del día. De las 1918 boletas repartidas entre las tres casillas serán depositadas en las urnas al final del día 1312, con una participación superior al 65 por ciento, por lo menos tres puntos arriba del promedio nacional.

Desde 1988 voto en esta colonia, o en la sección vecina, en San José Mayorazgo. La misma escuela, los mismos rostros de los funcionarios electorales, siempre con aire de maestros de secundaria o profesionistas. Es una casilla de clase media típica, me digo para ubicar mi propio entorno. Y siempre ganan los panistas, la memoria me confirma.

(Mañana, sin embargo, el PREP marcará a dónde se fue el voto útil de los panistas: 160 votos para AMLO, 128 para Josefina, 106 para Peña. También ganará la contigua 1 y la contigua 2. En ambas el PRI se irá al tercero).

 

21 de agosto de 1994

Elección fuera de julio. Ahora estamos el domingo 21 de agosto. Ya existe el IFE, pero todavía está en manos del secretario de Gobernación, pero todo mundo exige su ciudadanización. Yo mismo he participado en Xalapa en un foro sobre el tema, y ahí hablo de las vacas y los votos.

Un amigo, viejo lobo priista, me propuso una interpretación de las transformaciones sufridas en nuestro país en asuntos electorales. Es un ejemplo ranchero, pero adecuado para valorar la profunda quiebra de las relaciones económicas y políticas que sostuvieron la estructura estatal y el comportamiento histórico del partido de Estado. Es un ejemplo provinciano, pero ilustra bien los grandes plazos de la política mexicana tanto como la pregunta por el agotamiento de los tiempos. Y nos ayuda a pensar en que a pesar de todos los esfuerzos legales, el cuatrero no se ha ido.

Durante muchas décadas, en un mal nutrido pueblo del altiplano, un cuatrero con nombre, apellido y domicilio conocido arrasaba con las vacas que encontraba a su paso en el potrero de la comunidad. Los campesinos, por igual ejidatarios y pequeños propietarios, simplemente lo dejaban hacer. El abigeo era el hombre fuerte, tenía por amigos a jueces, jefes policíacos, prestamistas, curas, maestros, periodistas y diputados, y su familia se heredaba desde siempre la presidencia municipal. Era el compadre de todos ellos, el que los protegía por igual de agraristas y cristeros y les aseguraba la posesión de sus terrenos. Para no ir más lejos, era quien representaba al Supremo Gobierno, que de cuando en cuando aparecía por ahí con sus ingenieros y tinterillos para la construcción de una escuela, la dotación de agua potable y luz eléctrica, la siempre prometida pavimentación del camino, ni que decir de la clínica y, por dios, un teléfono. Si también se llevaba las vacas, pues había que sobrevivirlo, tenía las armas, era la ley y era el gobierno.

El tiempo pasó, nuevos hijos crecieron y demandaron tierra, trabajo, educación y vivienda. Algo llegó, pero las nuevas bocas y manos no tenían lleno, a pesar del recurso de jalar a la ciudad, a los Estados Unidos, a los otros negocios buenos y malos con los que dios no deja de socorrer al campesino.

Mientras, el cuatrero de siempre mantenía su cuota de animales en el monte y en el llano. Con buenos modos y con el sombrero en la mano la gente le decía que no fuera así, que ya habían cambiado los tiempos, que no se metiera tanto en el potrero.

Un buen día alguien se apostó al acecho del abigeo, que sin empacho y sobre el reclamo airado del ganadero, limpió una vez más de vacas el llano. A la vuelta del tiempo, los campesinos cercaron el campo y pusieron guardias armados para proteger sus animales, algo que enojó mucho al cuatrero, que no comprendía la ingratitud de aquellos. No entendía los reproches de sus aliados de siempre, los curas y los maestros. Y acusaba de comunistas y mitoteros a los que se organizaban para defender el potrero. Una noche, porque ya en el día era imposible hacerlo, el cuatrero llegó por su tanda de animales. Algunos hombres quedaron muertos en el campo, pero muchas vacas permanecieron dentro del potrero.

Desde entonces, el hombre fuerte, con nombre, apellido y domicilio conocido, anduvo intranquilo. No podía vivir sin las vacas. El campo cada vez estaba cada vez más protegido. Pero faltaba más, para eso estaban sus compadres y correligionarios: el abogado y el cura, el banquero y el periodista… Y tan metida en la piel, la desmemoria. Pues es así, ahora mismo este pela vacas ha vuelto a pasar por el potrero.

En el debate de abril ha dicho el candidato priista Ernesto Zedillo, “el reto es la pobreza, cómo sacar de esa condición a millones de mexicanos, cómo hacerlo sin paternalismos, rompiendo ese círculo de miseria en el que se encuentran atrapados, que ese sea el mayor triunfo de nuestra generación”. El panista Diego Fernández de Ceballos afirma: “el reto es el cambio que no signifique la destrucción de México, no cambiar para que todo siga igual, ni para volver a un pasado que no debe de regresar”. Dice Cárdenas, que lo intenta por segunda vez: “este debate es una motivación para quienes impulsamos el cambio democrático, en una televisión que ha estado cerrada para nosotros… El país está deteriorado por la corrupción, la arbitrariedad, la falta de inversión y la desocupación. Salvo una minoría, todos buscamos un cambio justo y razonable… Un cambio sobre tres ejes: democracia, crecimiento económico y equidad social”.

En el recuento de la elección, Ernesto Zedillo ganará con 17.18 millones de votos, el 48.6 por ciento; el panista Fernández de Ceballos 9.14 millones, el 25.6 por cientos. A Cárdenas, en su segunda derrota, le reconocerán 5.85 millones, el 16.5 por ciento. Tres años después, con una elección por primera vez organizada y operado por un organismo ciudadanizado, autónomo, fuera del control del gobierno federal, Cárdenas ganará la gubernatura del Distrito Federal.

 

 

 

 

Fragmentos en la madrugada de la democracia mexicana

1 de julio del 2012


3.- Barranca Honda y Mayorazgo, dos fragmento originales de una jornada cívica que miro desde la barrera que dan los años largos de una generación que arrancó a la vida política en 1976, cuando el gobierno priista ni siquiera tuvo candidato opositor y se pensaba y era todavía Quetzalcóatl y Tezcatlipoca, dualidad absoluta, señor del cielo y de la tierra, fuente de vida, origen y destino del poder, espejo negro autoritario, paterno, pozo profundo, maternal, abnegado redentor y homicida. Sin más, partido único, incontestable sistema presidencialista.

Treinta y seis años y seis elecciones desde entonces. Norte y sur en el territorio personal de la decisión, en fragmentos del día, de la memoria de la tierra en la que cada quien planta los futuros de una nación inasible. Pero sí sostienes la boleta en la mano, le cargas tus certezas y dudas. ¿Cómo llegas tú? ¿Te haces cargo de tu pasado? ¿A quién arrojas tus culpas? ¿Y cómo llegan los demás? ¿Su nación es la tuya? Ahí estás tú, o cualquiera, una mujer joven, un hombre viejo, aquel al que empujan en la silla de ruedas, la pareja de novios tomada de las manos, el muchacho en tenis, bermudas y camisa basquetbolera, que viene y va de rebotar su vida.

Ahí estoy yo, a mis 57 años, con la decisión tomada hace mucho, pero que igual interroga, y simplemente por estilo: ¿piensan los candidatos en mi familia?, ¿me importa realmente lo que digan sobre la familia ellos y sus  partidos? ¿Mi decisión se interesa en lo que los tres piensen del sexo, del género, del aborto, de la realidad de las madres solteras, del matrimonio gay? ¿Del petróleo y los minerales del subsuelo? ¿De los caciques priistas del sindicato petrolero? ¿Del expolio que las mineras canadienses hacen del oro y la plata en el subsuelo? ¿Del monopolio privado en que derivó la privatización de Telmex? ¿Del monopolio gringo en que se convirtió la privatización de los ferrocarriles? ¿De la capacidad que tiene para despedir a un obrero un empresario? ¿De la dominación de los sindicatos sobre las relaciones de trabajo? ¿De los derechos que no tienen los montes y los ríos, las ceibas y las guacamayas? ¿De la capacidad que tengo para informarme de la pluralidad del país si sólo veo Televisa o TV Azteca? Ahí estoy yo, viendo Barranca Honda y Mayorazgo, pensando si alguna vez en su vida los candidatos Peña, AMLO y Josefina se treparon a un camión urbano arrebatado de furia en la 11 Sur o si brincaron los charcos en un paraje desolado de cualquier colonia en busca del Micro que los acerque veinte minutos en el viaje de una hora al centro de la ciudad. Han pedido el voto y es una nación tan distante la suya al voto sobre los árboles, las banquetas, los postes y los alambres, los parques, las canchas, las áreas comunes en barranca honda.

2 de julio del 2000

Escribo una crónica breve para el noticiario radiofónico Revista 105,  que conduzco desde 1992: “Las encuestas al inicio de la campaña le daban el triunfo a Labastida, por ejemplo la del diario El Universal, 77% al PRI, 37 a Fox, 18 a Cárdenas. A la media noche de este domingo el escenario es el contrario: el PREP reporta los resultados del 29 por ciento de las casillas: Vicente Fox va adelante con el 46.5% de los votos; el priista Labastida lleva el 32.4; Cuauhtemoc Cárdenas, en la vencida tercera, apenas alcanza el 16%. Poco antes de las 11, el presidente Zedillo dice que “ya somos una democracia madura”,  y ha felicitado al candidato panista. El presidente del IFE, José Woldenberg dice que este cambio político es el más radical que ha conocido el México moderno, y que el IFE ha pasado la prueba. El presidente del PAN, Germán Martínez, dice que Zedillo pasará a la historia como un demócrata y un estadista al reconocer la derrota del partido en el gobierno. Los priistas afirman que actuarán con dignidad y congruencia política. El derrotado Labastida Ochoa se contenta con decir que “el PRI seguirá vivo”. De paso, el PREP confirma que Andrés Manuel López Obrador ha triunfado en el Distrito Federal. El diario La Jornada juega con Monterroso y dice que cuando México despertó el dinosaurio ya no estaba ahí.”

Fox extasiado en el balcón del hotel en el que anuncia su triunfo: “México ya cambió --dice lo que en los siguientes días repetirá en spots de televisión--, el voto hizo posible este cambio histórico que inundó de alegría y esperanza nuestro país. Hoy todos tenemos que estar unidos para que mañana vivamos mejor. Gracias a ustedes en México ya la hicimos”.

Los resultados oficiales los dará el IFE ciudadano a media semana: Fox: 115.9 millones (42.5%), Labastida 13.5 millones (36.1%), Cárdenas 6.2 (16.6%)

2 de Julio del 2001, escribo un editorial para mi programa radiofónico Revista 105, a un año de la derrota del PRI y su expulsión democrática de Los Pinos: “Cambios de largo plazo, cambios en el corto, ¿qué esperamos los ciudadanos de nosotros mismos, de nuestras empresas, de nuestras organizaciones de educación e investigación? Todas estas preguntas pasan y se responden en buena medida de lo que esperamos de nuestros gobernantes y de lo que suponemos se debe hacer desde la política.

“Hoy es 2 de Julio, una  fecha, que muchos ciudadanos han valorado como parte aguas en la vida nacional, como pudo serlo el 2 de Octubre, esa tarde terrible del viejo México autoritario y mortal.  2 de Julio un año después, qué cambió, qué ha podido cambiar. Todos tenemos referencias personales, remitidas casi siempre al ánimo del trabajo y el bolsillo o, lamentablemente, a la violencia. Es más difícil  entablar referencias estructurales que identifiquen un cambio de fondo en un país. Ya no está el PRI en el Gobierno Federal: ¿eso modifica las cosas? A juzgar por las encuestas y los hígados, para el ánimo popular el trabajo de un presidente no priista no ha provocado un cambio rotundo en la vida de las personas. Hay un desencanto social pasivo que puede llevar a la pulverización del espíritu de transformación que ha ganado el ánimo nacional. Hay también un desencanto inteligente que debe llevar a la organización social en todos los ámbitos de la vida privada y pública.”


 


30 de Junio-1 de julio del 2012

4.- ¿Qué ha hecho distinta esta elección de las ocurridas desde 1976? Lo busco a última hora del sábado 30 de junio en la Gran Avenida, una calle simple de doble sentido y que corre paralela al Boulevard Norte, y que a la altura de la 34 Poniente cobija en la planta baja de un edificio de departamentos de tres pisos la reunión del grupo de MORENA en el distrito IX, el sector norponiente de la ciudad. Dos habitaciones y un garaje; tres escritorios, dos computadores y un trío de teléfonos habilitado; el mapa del distrito con la localización de las casillas. Carteles de MORENA y retratos de Andrés Manuel. Si algún futuro tiene para Puebla esta elección lo encuentro en la posibilidad de que esta organización se traduzca por primera vez en cincuenta años en algo más parecido a un partido, con estructura, vinculación de cuadros y mandos elegidos y reconocidos. Propósito lo tienen.

La reunión es simple: José Manuel P., responsable del IX Distrito, explica que se busca habilitar a los brigadistas de MORENA con vehículos que les permitan movilizarse rápidamente a lo largo del domingo. Entiendo por lo que escucho que todos los sectores están cubiertos, que en todos hay responsables y que las tareas y la logística están definidas. En una de las habitaciones --la que da a la calle, sin ventanas--, unas veinte personas escuchan y opinan en torno a la jornada. Se trata básicamente de descubrir irregularidades (acarreos y carruseles sobre todo) y de movilizar brigadas que las paren. La gente que participa parte en sus opiniones de experiencias electorales pasadas; los imagino en sus barrios, caminando por calles similares a las de Barranca Honda y Mayorazgo, no con los ojos comunes sino con una vista capacitada para la sospecha: micros, camisetas rojas, movimientos de grupos alrededor de casas particulares. No creo que nada de esto sea muy distinto a lo que debe ocurrir a la misma hora en los cuarteles seccionales de sus rivales priistas y panistas. Supongo que estoy ante la conciencia cívica aplicada, algo que tendría que ser aprendido por cualquier alumno de secundaria.

Para los que pondremos un auto, se trata simplemente de chafiretear a los brigadistas.

Domingo, doce del día en la oficina de Morena en la Gran Avenida. Intento averiguar si lo que ha asegurado AMLO puede convertirse en lo verdaderamente inédito de este proceso electoral --porque no lo son los comportamientos tradicionales de las televisoras y encuestadoras  favor de los priistas, ni los enredos partidarios de un gobernador como Moreno Valle, ni los reacomodos en los grupos de poder ejemplificados por Fox y Elba Esther, ni el extravío de los panistas tras doce años de confundirse con el proyecto nacional que impulsan los priistas--, y me refiero a lo que no se ha dado nunca en la organización partidaria electoral de la izquierda mexicana: que más allá del liderazgo mesiánico (Cárdenas en el 82, López Obrador en el 2006), la enorme movilización social que encabeza se traduzca en una estructura que tal nombre merezca.

En una de las mesas, habilitada con dos líneas telefónicas, dos activistas llaman a una serie de personas enlistadas, dirección de por medio y con teléfonos, para recordarles que hoy es el día. A ojo calculo unas 150 familias tan solo de la sección 1021, ubicada en la 28 Poniente, con una cuadrícula que va de la 22 hasta la 36, y más o menos entre la 7 y la 9 Sur. No hay mucho éxito con los teléfonos, así que necesitan un auto para darle la vuelta casa por casa.

Allá vamos. La mayor parte de los domicilios esconden vecindades. Cuartos estrechos, uno o dos, más la cocina y el baño. Hacinamiento. Se toca la puerta, y si abren, el diálogo es corto: compañera, no se olvide de ir a votar. Ya casi todos han ido. En una casa le dan al activista un panfleto que han encontrado muy temprano en el patio: con los colores del peje, AMLO y Ebrard se abrazan en un evento, abajo se lee: en el DF está permitido el matrimonio entre homosexuales, igual que en Cuba y Venezuela, y eso va contra la ley de Dios… El activista sigue el recorrido casa por casa, al pie de la letra su lista, sin aburrirse. En la esquina del templo del Refugio, en la 28 Poniente, observa a un niño que reparte volantes: “Mira, ahí está, vamos a detenerlo, está cometiendo un delito”. El niño no lo sabe, se acerca, ingenuo a la ventanilla y me entrega la papeleta: es una invitación al catecismo.

(A la mañana siguiente leeré en la pantalla del PREP el resultado de la casilla 1021: PAN, 80; PRI, 93: AMLO, 134. Me entero que votaron 314 de 479, el 65%, y que se anularon siete votos. Y algo interesante: el PAN ganó el voto de senador y diputado --quiero entender que el voto útil se fue con López Obrador--. Y que firmaron el acta dos representantes del PAN, tres del PRI, uno del PRD y uno más del Panal. Y que no se reportaron incidentes.)

Regresamos a la oficina en Gran Avenida. Encuentro a José Manuel P., tiene unos tres años metido de lleno en la creación  de la estructura de MORENA en el distrito IX de la ciudad de Puebla. Hace un rápido recuento de su trabajo como coordinador: han logrado constituir 179 comités, uno para cada sección electoral, lo que les ha garantizado tener el día de hoy a por lo menos un representante en 428 de 432 casillas, todos con el membrete del PT. Empezaron en el 2008 y hoy tienen registrados y con credencial de militante a 13 mil personas, la mayor parte obreros, comerciantes, profesionistas, estudiantes y amas de casa. “Te puedo decir que en la ciudad hay más de 57 mil militantes --me dice--. Mi trabajo empezó con la ubicación de los simpatizantes de AMLO --me dice--, y todo fue informar, orientar, organizar. En el 2009 empezamos a distribuir el periódico Regeneración, de ahí vino lo de MORENA”.

Suenan los teléfonos: denuncias de acarreos, instigación a votantes. Historia vieja. Como lo ha sido la de los izquierdistas “maiceados” por el gobernador en turno desde los tiempos de Piña Olaya en los ochenta, o los representantes de casilla pagados por Gobernación. Me quedo con el hecho de que por primera vez en la historia de la izquierda en Puebla ha logrado cubrir la totalidad de las casillas con algo que se parece a lo que los analistas llaman “estructura política”.

No la tuvo AMLO en el 2006.

 

2 de julio del 2006

En la madrugada todo sucede en internet. No trabajo ahora para ningún medio. He votado por la mañana aquí en Mayorazgo y como todos, veo que vamos derechito a la confrontación electoral. Ya veníamos: el presidente Fox, las televisoras, los empresarios, la guerra sucia contra López Obrador. Y sus propios errores, todavía no puedo creer que haya repetido tres veces el cállate chachalaca. Ahora veo las declaraciones de los actores: el conteo del PREP va en el 76 por ciento, y da ventaja de 37.11 de Felipe Calderón contra 36.19 del perredista; muy lejos, el priista Madrazo se quedó en el 19.75 por ciento. Ha dicho antes, a las 11 de la noche, Luis Carlos Ugalde que su conteo rápido no permite definir a un ganador. Pero ya hemos visto a Calderón, flanqueado por el dirigente panista Manuel Espino y por la coordinadora de su campaña Josefina Vázquez Mota declararse vendedor con las encuestas de salida de GEA-ISA, que le dio 36.6 al PAN y 33.4 al PRD, Arcop, 37 contra 35, Marketin Político, 38 contra 34. “No cabe la menor duda de que hemos ganado, y se corroborará con el IFE”, ha dicho. Y claro, convoca a la reconciliación y a la unidad nacional. No va a estar fácil, AMLO dice que de acuerdo a las actas que tiene en su poder lleva una ventaja de 500 mil votos. Y que es resultado es irreversible, y que agradece el apoyo a los pobres y los humildes del país, y que no es un hombre de odios, y que les tiende la mano a sus contrincantes, y que en cuanto se concreten las cifras que lo conviertan en presidente de México convocará a un gran acuerdo nacional. Y lo ha dicho ante un zócalo capitalino repleto de simpatizantes. Así que no va a estar fácil, uno con encuestas de salida, otro con actas en mano, pero tenemos dos triunfadores.

Al IFE, nuestra mayor construcción democrática, la herramienta ciudadana construida a golpe de votos y movilizaciones durante más de veinte años en que logramos arrebatarle al gobierno priista el control de las elecciones, a esta hora de la madrugada del 3 de julio del 2006, se lo llevó el carajo.

1-2 de julio del 2012

Cerca de las 10 de la noche en Barranca Honda. Todavía no acaban el conteo en la casilla 1077. En el celular sigo al PREP, que lleva muy parejos a Peña y AMLO, y ya más abajo a la panista, pero no van apenas más de millón y medio de votos. En el ínterin, ya Josefina aventó la toalla, y la hemos escuchado por el radio los que esperamos la colocación de la sábana en el portón metálico.

Por fin aparecen. Todo en orden. Pegan la sábana y todos nos amontonamos para ver: la primera columna es la de Presidente,  y tengo que sumar a las coaliciones, lo que se lleva unos minutos, pero así quedaron, Josefina 111, Peña 96, AMLO 110, Cuadri 14. Checo Diputados y Senadores, gana el PAN con una diferencia cercana a los 30 votos a los otros dos.

A otra cosa. Los curiosos se desvanecen llevándose sus corrillos. Rafael Díaz, hijo de fundadores de la 28 de Octubre, la más antipriista organización popular que ha habido en la ciudad, y líder del PRI en la colonia desde hace más de diez años, me dice para despedirse: “Ya ves, aquí vivimos, ¿para qué pelear?”

A las seis de la mañana del lunes 2 ya estoy en la computadoray en el PREP: Peña está arriba con más de 15 millones de votos, AMLO tiene 12 y Vázquez Mota 10. Veo los titulares del DF: La Jornada “Calderón y medios van con Peña Nieto; aún no está dicho todo: AMLO”; El Universal: “Ningún regreso al pasado: Peña”.

 

La semana vendrá caliente, pero veo que al contrario del 2006, cuando el PREP se atoró con el 88 por ciento de casillas computadas, esta vez corre parejito y ya rebasa los 90 puntos. Y no está solo, tan sólo en mi correo veo el movimiento: recibo este correo de una joven mexicana estudiante de doctorado en Biología:

“Va texto, muy pinche, estoy frita de cansancio y con poca inspiración:

Las sábanas son esos pliegos de papel oficial que se pegan afuera de la casilla con el total de votos escritos a mano. La gente las fotografía. Mexicanos cualquiera armados con un celular con cámara y un minuto de tiempo. En total 143,437 sábanas por todo el país. Esas mismas personas, ciudadanos de a pie, las suben a internet a travez de tuiter o un correo electrónico. Ahora las estamos trasncribiendo. La idea es que así se pueden comparar contra la imagen escaneada de las actas y contra los resultados del PREP.

El sistema funciona muy bien, uno puede buscar su casilla y checar que los números coincidan. El siguiente paso es transcribirlas. Ésta página lleva a una fotografía de las sábanas elegida al azar. El voluntario copialo que ve. Transcribe. Da un clic y aparece otra fotografía. Cuando varias personas coinciden en todos los números la sábana se da por transcrita y ahora se puede comparar con los resultados del PREP. Quienes están transcribiendo son de nuevo ciudadanos armados ahora con una computadora en algún lugar del mundo. No hay manera de acordar cambiar los números en tal o cual sábana, ni siquiera es posible elegir cuál transcribir. Se trata en resumen, de un esfuerzo ciudadano para revisar los resultados, para decir #YoSoyAntifraude”

También a esa hora recibo otro correo, esta vez del académico universitario Carlos Figueroa, quien estuvo como representante general de MORENA en el Distrito XII: “Esencialmente fue el concurso de los ciudadanos sin partido que fueron movilizados por MORENA en un esfuerzo verdaderamente importante.  Pero esto era en el papel, habrá que ver si a la hora de la hora esto fue cierto. En mi caso, en las 11 casillas que tuve a mi cargo, todas estuvieron cubiertas con representantes, pero el hecho cierto que  es que  de los 32 que inscribimos entre representantes propietarios (2 por casilla) y suplentes (1 por casilla), no asistieron 3 propietarios (una de ellos con plena justificación por enfermedad pero que estuvo apoyando de alguna manera a su pareja que estuvo en la casilla) y un suplente. Este dato microscópico puede dar un indicador de que  es inevitable contar  con que del 99.9% de los representantes teóricamente puestos en las casillas, habrá que deducir un porcentaje de ausentismo.

“Lo que se viene es el de ir preparando el escenario para el 2018 con Marcelo Ebrard como candidato presidencial, probablemente la construcción de MORENA como partido político, aunque esto todavía está en duda. Se trata de ya no seguir dependiendo de partidos venales como los de la izquierda en este país, pero al mismo tiempo se corre el riesgo de fundar uno que sea más de lo mismo.”

Un correo más, esta vez de una observadora ciudadana sin partido, registrada ante el IFE en un distrito de la ciudad de Puebla: “Al final de la jornada, todos al pendientes para el conteo, se contaron dos o más veces los votos (cuando era necesario), así como las boletas sobrantes, ninguno de los representantes de partido fue imprudente, todos respetaron el papel de todos y se llegó al consenso final, fue muy tardado, la presidenta y las dos monjas salieron rumbo al IFE a las 11:30 de la noche, no sin antes felicitarse unos a otros por la civilidad y el aporte a la democracia de este país de quienes estuvimos en la casilla.

“¡Todos orgullosos! Más allá de la anécdota confirmé que los mexicanos desconocemos los procesos y estamos desinformados (tanto los que estaban formados afuera gritando que se abriera sin entender porque se les explicó que los procesos de control aún no estaban hechos y que el hacerlos era por el bien de su voto, así como los mismos funcionarios y representantes de partidos que hicieron su trabajo lo mejor que pudieron). Confirmé la desconfianza de los ciudadanos ante algunas medidas del IFE, las personas, aunque aceptaban el lápiz que se les daba, cuando se hizo el conteo de los votos, nos percatamos que marcaron su voto con lapicero o marcador. (Confirmé) la resistencia a la participación, de los 621 registrados en la lista nominal de mi casilla, sólo votaron 374. Es una lástima esta apatía, no sólo por lo que significa en términos electorales y sociales, sino por el costo de las elecciones, pagamos por algo que no usamos. (Confirmé) la lentitud del IFE para responder a las dudas o problemáticas que surgían durante el proceso, nos sucedió que ante las dudas de funcionarios y representantes de partido, el asesor del IFE que nos monitoreaba (un chico no mayor de 23 años) decía; no puedo hacer más. Los funcionarios se quejaron por la hora en la que se les dio el material porque no tuvieron el tiempo suficiente para instalar la casilla, algunos representantes del partido se llevaban actas que eran casi ilegibles por la calidad del material que entregó el IFE, entre otras.

“Y confirmé la falta de lealtad partidista y la falta de respeto a las instituciones. Seguíamos contando los votos cuando JVM había salido a reconocer su derrota dando paso a la victoria del PRI. Cuando se enteraron las representantes del PAN, su rostro se desencajó y noté su desilusión, la más joven de ellas dijo ‘no lo puedo creer’. Seguíamos contando cuando Peña salió a dar su mensaje como presidente virtual y todos dijeron ‘este señor ya salió y nosotros seguimos contando votos, que nuestros votos no cuentan o qué’.

“No hay duda de que adopté una casilla que se rigió por la civilidad, el entusiasmo y el respeto al diálogo. Es verdad que escuché a algunos de ellos decir ‘yo no estoy aquí por un partido, estoy aquí por la persona’ y a otros ‘yo siempre he sido priista". Pero la mayor verdad de estas elecciones es que los mexicanos estamos desinformados, no somos proactivos y nuestras instituciones aún tienen mucho que aprender. Espero que quienes lean esto compartan conmigo la necesidad de una sociedad informada y proactiva, que deje de temer porque nos esperan 6 años de injusticia Priista, más allá de eso, espero que estén de acuerdo conmigo que nos esperan 6 años de pro actividad civil que nos lleve a exigir cuentas a nuestros gobernantes y que un futuro próximo nos permita vivir una verdadera democracia.”


2 de Julio en la madrugada

Una vez más escribo al final de la jornada electoral: López Obrador es el último en salir en la tele y lo hace con el grito de no estás solo, no está solo de sus seguidores: “No está dicha la última palabra, la información que tenemos indica otra cosa… Ya ustedes conocen que no hubo la equidad que establece la Constitución, es de dominio público el uso de dinero a raudales y la falta de equidad en los medios de comunicación… Actuaremos de manera responsable". Antes ha salido Peña Nieto ya con la bandera a la espalda y con los gritos de presidente, presidente de sus porristas: “Somos una nueva generación. No hay regreso al pasado”. Ahora se repite la historia del año 2000, pero es un presidente panista el que lo felicita: Felipe Calderón habla en cadena nacional apenas el IFE da a conocer los conteos rápidos que dejan las cosas 38.1 contra 31, y se le ve contento, como si esperara que mañana mismo le pone la banda al priista: “Hoy el pueblo de México ha tomado una decisión en las urnas que todos debemos respetar”. Y filosofa, y casi se ríe cuando lo dice: “No hay victorias permanentes, y no hay derrotas para siempre”. Y por si las dudas, encausa la impugnación electoral: “En caso de que existan inconformidades, es fundamental que estas se encaucen por la vía institucional y que se agoten todos los procedimientos contemplados por la ley, y si de ello resulta que hay algo que cambiar en nuestro marco normativo, que se haga también por los medios institucionales.

 

Peña Nieto ya está montado en la victoria: “Es una segunda oportunidad para el PRI… Ejerceré una presidencia democrática, moderna, abierta a la crítica y dispuesta a escuchar”.

Apenas el 24 de mayo del 2011 lo he visto en la televisión renegar en fila de Salinas, Elba Esther, Montiel, Moreira, Yarrinton. “El partido marca evidentemente un deslinde, no está para defender a nadie, cada quien es responsable de sus actos”.

Marcó su raya. Y a otra cosa el candidato. Todavía no se le venía encima el movimiento 132. Ahora nuevamente hemos despertado, y ahí está, oculto en el copete y la carita, el viejo régimen todavía está aquí para marcar los linderos: deslinde, demarcación, frontera; alcances, límites. Aquí empiezo yo, y no acabo nunca. Allá, donde empiezas tú, no iré jamás. El nuevo PRI en la más fiel de sus andanzas: la máscara de la desmemoria. Y si no, pregúntale a las casillas.

Y para rematar, lo que se nos viene, que ya se nos vino encima desde el 2007, cuando el ejército salió a la calle a combatir al narco: “La lucha contra el crimen va a seguir, con una nueva estrategia, para reducir la violencia y proteger, ante todo, la vida de los mexicanos”.

No estaba muerto, dice el dicho, y no andaba de parranda.