• José Eduardo Medina y Luis Medina
  • 07 Agosto 2014

 

(Introducción por Mundo Nuestro) Un año después, y luego de millones de toneladas extraídas de los bancos de tierra en Nopalucan para las obras de ingeniería civil de la automotriz AUDI, el INAH reconoce afectaciones importantes en sitios de importancia arqueológica. Y salvo el hecho CODESA, la empresa responsable de la explotación, se ha hecho cargo del costo de la investigación que realizan arqueólogos del Centro Regional INAH Puebla, no hay ninguna consecuencia. Ni los constructores, ni el gobierno estatal ni por supuesto la firma alemana serán responsables de lo que ahí se ha perdido. Ni mucho menos de la enorme fosa de 650 metros por mil metros en sus lados y 50 metros de profundidad que dejarán para la eternidad a menos de medio kilómetro de los pueblos de Nopalucan y Lara Grajales.

En conversación telefónica con Mundo Nuestro, la Maestra Jesabel Luján Pinelo confirmó la presencia de especialistas del INAH en San José Chiapa, con el arqueólogo Sergio Suárez Cruz como director del proyecto.

“Estamos tratando de entender lo más posible la afectación”, me dicho la Maestra Jesabel.

El Instituto pidió información al gobierno estatal de lo que ocurría desde noviembre del 2012, pero recibió respuesta hasta mayo del 2013, cuando había ocurrido ya la afectación principal. Desde entonces, y sobre los campos ya propiedad de CODESA, los arqueólogos han realizado pozos de sondeo, descripciones estratigráficas y geológicas del área y han investigado el contexto histórico y cultural de la región. Han documentado la importancia cultural anterior al periodo clásico, y aunque están por determinar la filiación específica, es un hecho la existencia de asentamientos (aldeas) anteriores a la era teotihuacana. Sobre toda esa historia pasaron las máquinas excavadoras de CODESA, la contratista de AUDI-Gobierno del Estado. Y me pide que tenga cuidado en la redacción de esta nota, me dice que puede provocar morbo y, como consecuencia, robo hormiga, como ya ha ocurrido en un pozo saqueado recientemente en Nopalucan.

Robo hormiga contra una fosa de más de 32.5 millones de metros cúbicos de tierra.

El siguiente es el recuento que han elaborado dos vecinos de la comunidad de Nopalucan, Eduardo y Luis Medina, sobre lo ocurrido en ese abismo abierto por el progreso capitalista representado por empresas y gobiernos que no tiene ningún respeto por la justicia ambiental ni por el pasado histórico y cultural de los pueblos originarios de México.

Antes que nada debemos agradecer mucho el apoyo que nos brindaron en el 2013, los reportajes, los contactos, la información y la continuidad que dieron a esta situación, fue muy valiosa e importante, nos sirvió de mucho. Nuestra sorpresa fue que pocas personas se sumaran a la inconformidad.  Lamentablemente la situación como en aquella ocasión nos la hicieron saber, no era fácil, el gobierno jamás nos informo, se extendió en tiempo y la gente que se sumo empezó a desanimarse y alejarse hasta el punto de ya no mencionar ni continuar con las actividades.   

Otra circunstancia también influyo en la decisión de nuestras acciones, y precisamente fue la problemática que la empresa CODESA tenía con el pago de los terrenos comprados. Estaban muy molestos a los ejidatarios al grado que en los primeros días de del mes de agosto del 2013, organizados por las autoridades auxiliares de la localidad, cerraron el acceso a los bancos de tierra deteniendo toda maquinaria y equipos de la empresa que ahí se encontraban,  hasta que cumplieran con la totalidad de los pagos, promesas y otras peticiones comprometidas, pero que por razones propias no nos las especificaron.

Todo indicaba que los trabajos hasta ahí llegarían, pues poco a poco la maquinaria la fueron sacando y no se observaba arreglo alguno. Llegó el momento en el que sólo una maquina quedó, y estaba a cargo de las autoridades auxiliares, quienes arreglaron sus caminos, derribaron bordos en la zona y comenzaron a rellenar con escombro.

 

De repente, el INAH y la investigación arqueológica

Fue hasta el mes de noviembre del 2013, el día 11, que volvimos a ver actividad: tras hacer un recorrido por la zona encontramos a personal del INAH realizando excavaciones en búsqueda de antecedentes históricos, llevaban ya algunos días realizando trabajos de investigación; nos mencionaron que estos estudios eran parte de un proyecto de investigación que buscaba recabar información de asentamientos y orígenes de los pueblos de la región que involucra el proyecto AUDI, por lo que el tiempo era limitado y solo estarían nueve días y de ahí se irían a otro municipio.

La información que en su momento nos platicó la funcionaria del INAH es que efectivamente encontraron mucha evidencia que describe y caracteriza a la zona como de influencia  comercial muy antigua, por ser una zona central paso obligado desde el Golfo y el Sureste; y que las piezas halladas son de materiales diversos pertenecientes a las etnias cercanas como la de Cholula entre otras. Nos aseguró que más adelante, al término de los trabajos, nos informarían de los resultados.  La arqueóloga que nos atendió fue la  Mtra. Jesabel Luján Pinelo, del INAH Puebla.

Por ultimo nos mencionó que todos estos trabajos serían  financiados por la empresa CODESA, como resultado de la sanción que le fue impuesta por no avisar al INAH de sus acciones.

 

El regreso de las excavadoras

La actividad en los bancos se reanudó entre los meses de abril y mayo por la empresa CODESA, que se había dicho que ya no continuaría con los trabajos extracción por los diferentes problemas generados por su forma de actuar. Sin embargo, continuó y hasta esta fecha sigue con la destrucción en la zona llegando hasta su tope máximo, nivel tras nivel, y busca hacerlo menos impactante rebajando los bordos y las orillas sin importarle los peligros que genere a terceros.

 

También regresa el INAH

La segunda excavación por parte del INAH comenzó el día 29 de julio del presente año.  Los arqueólogos  realizaran dos muestreos para la obtención de más evidencias históricas de la zona. Durante la plática los arqueólogos nos mencionaron que las tierras son propiedad de la empresa CODESA, por lo que al término de las investigaciones y tras no encontrar evidencia de gran importancia esta sería removida por la empresa dejando sólo un terreno que no se ha vendido por problemas de litigio por lo que llamaron “una isleta”, y en la cual también se realizaran muestreos por la alta presencia de material histórico.

Cabe señalar que el área de los muestreos que en este momento se están llevando a cabo ya fue removida o alterada por las maquinas de la empresa CODESA, hecho que desconocían los arqueólogos y que les mencionamos, situación que ellos ya presentían por no encontrar nada hasta el momento por lo que es una zona perdida.

“Esta forma de trabajar de las empresas es muy común --dijeron las arqueólogas--,  o solicitan permisos y cuando llega el INAH ya no encuentran evidencia o la encuentran pero alterada por lo que se pierde la información.”

Entre la información que nos mencionaron está la relacionada con una zona que ya les prohibieron tocar por que presenta la mayor evidencia del patrimonio histórico de nuestro municipio, y que aun siendo de ellos no van a poder disponer de ella para la explotación, por lo que una vez que terminen con los trabajos giraran los oficios pertinentes para prohibirles la el uso de ellas.

Pero temen los arqueólogos, y nos inquieta a los pobladores, que en cualquier momento pasen con las maquinas ya que se están terminando con los recursos de los otros bancos y les urge disponer de ellos. Ya por último nos pidió estar al pendiente para que trabajemos de manera conjunta para presionar a la empresa a no tocar la zona que ellos prohibieron explotar.

El avance de la plataforma de Audi al 11 de abril del 2014 (google earth)

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